martes. 23.04.2024

Las mentiras sobre la necrópolis de Raicedo

Todavía se está a tiempo de ver lo que se ha hecho, antes de que la niebla de la mentira que tapa todo esto, se transforme en más y más mentiras, como todo lo que se hace en esta tierra que tanto nos enamora.

Alguien miente. Alguien quiere demostrar que no se ha equivocado, demostrar que estaba muy interesado en la conservación de todo, incluso de la conservación del puesto, del cargo o del prestigio ya perdido, por mucho que ahora se intente engañar con una supuesta preocupación por un Centro de Interpretación, un Parque Jurásico o el Sursum Corda.

Varias veces ha salido en la prensa el asunto de la necrópolis de Raicedo, algunas cartas se han escrito, y la empresa encargada de su estudio –tiro de cuerdecitas, de planos, de escobucas..., haciendo la labor para la que fue contratada– ignorando el informe que se presentó a la Consejería, exculpando su inhibición porque como se expresó "ellos solo son empresa"

Es lógico que este comportamiento destructor y mentiroso se extienda por los valles y montes ya que al principal responsable de nuestro gobierno le importa un ardite lo que suceda

Y ahora, después del maldito episodio del que nadie hizo caso, se intenta lavar la cara con unos trapos sucios, que es lo que permanece como resto de lo que fue la necrópolis pues nada ha quedado, salvo cuatro o cinco lajas del conjunto de centenares que fueron desmontadas y llevadas no sabemos donde para ocupando su lugar con materiales, escombros y residuos de construcción de la flamante y descomunal carretera de Anievas. ¿Dicen que la desvían? Todavía se está a tiempo de ver lo que se ha hecho, antes de que la niebla de la mentira que tapa todo esto, se transforme en más y más mentiras, como todo lo que se hace en esta tierra que tanto nos enamora.

Pero es lógico que este comportamiento destructor y mentiroso se extienda por los valles y montes ya que al principal responsable de nuestro gobierno le importa un ardite lo que suceda con tal de enloquecer por salir en los medios de comunicación que le usan para risión y vergüenza de los cántabros, en vez de hacer públicos los planos que se levantaron y las fotografías que se hicieron para compararlo con la mentira que ha quedado y lo que va a celebrarse con alharacas, inauguraciones, reportajes y parabienes de cínica hipocresía.

Las mentiras sobre la necrópolis de Raicedo
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