sábado. 20.04.2024

Los abuelos son el salvavidas nacional

Por supuesto que se puede vivir sólo de esperanza, pero sin esperanza, no vale la pena vivir.

Los olvidados y desdeñados ciudadanos asistimos al indignante espectáculo de ver políticos inculpados en casos de corrupción. De la derecha y de la izquierda, del ámbito político y del sindical. Desde los ayuntamientos hasta las altas esferas del poder central.

Tienen en común que sobre ellos han primado más sus intereses personales por encima de los de su partido, y muy por encima de los intereses del Estado. Y cuando estos casos pasan, muchos de los compañeros de sus formaciones políticas o sindicales les disculpan, buscan explicaciones, tratan de protegerles, o simplemente callan. Es evidente que todos estos anteponen a su formación política o sindical por delante de los intereses de los ciudadanos y por lo tanto, por encima de los votantes. Se deben al clientelismo de partido y que seguirá existiendo hasta que algún “inteligente” imponga las listas abiertas.

Visto de esa forma, el futuro más cercano no es nada halagüeño. Por supuesto que se puede vivir sólo de esperanza, pero sin esperanza, no vale la pena vivir.

Los abuelos de este país, que hace tiempo aprendieron a exprimir las pesetas para sacar adelante a sus hijos y ahora aprovechan, muy bien, su experiencia para sacar brillo a los  euros que tienen, dan de comer  a sus nietos diciendo que lo hacen por entretenerse y disfrutar de ellos. 

Sin estatutos, sin planificación, sin directivos, sin gastos de administración, sin subvenciones, sin propaganda, sin intereses de ningún tipo, sin recompensas. Es la espontánea colaboración que ha permitido construir una gran red informal de solidaridad dejando a un lado los egoísmos propios de la edad para convertirse en un gran salvavidas nacional. Todo esto nos debe hacer sentir esperanzados en nuestro futuro que visto así, no invita al pesimismo, sino al orgullo y a la esperanza.

Tenemos por delante un gran futuro porque nuestra conciencia avala que colectivamente valemos mucho. Debemos esforzarnos y dar lo mejor de nosotros porque a ellos, por tanto esfuerzo y dedicación, ¡¡se lo debemos!!.

Los abuelos son el salvavidas nacional
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