martes. 23.04.2024

El doctor Madrazo, condenado a muerte II

Diego-Madrazo había escrito acerca de la eugenesia, El cultivo de la especie humana, y sobre la regeneración de nuestro país, La cuestión de la escuadra (1903), después del Desastre de Annual, libro en el que colaboró el general Bruna. Sostuvo, asimismo, misiones acerca de la educación pública tanto en la prensa como en diversos libros, por ejemplo, Instrucción a una ley de Instrucción Pública y Pedagogía y Eugenesia. Fue un gran luchador. Pensaba, y rápidamente escribía su pensamiento, todo aquello que pudiera beneficiar a Cantabria, a España y al ser humano.

Habrá habido seguramente muchas anécdotas sobre el doctor Diego-Madrazo, fruto de su fama y del cariño que le tenían tanto el que comenzó a anunciarlas como los demás a difundirlas. Se trata de relatos muy breves de algún suceso curioso que cierto o aumentado servía para ilustrar la figura del ilustre pasiego, que servía de mantenimiento de esta destacada persona, de este benefactor e incluso ejemplo de bondad. El caso que sigue, quizás sea bien poco conocido, pero sobre todo, debemos enmarcar todo el artículo teniendo en cuenta el factor tiempo en que se desarrollan los hechos. Porque, desde la siguiente anécdota, la vida, lo que va sucediendo en este relato, se desarrolla a una velocidad trepidante.  

Las galerías del Hospital de San Rafael que, en su origen fue asilo, subsistencia y refugio para mujeres que deseaban callar su embarazo y parto, y también centro asistencial, es hoy sede de la Asamblea Regional de Cantabria. Anteriormente, en la tragedia por el estallido del vapor "Cabo Machichaco" (1893) se colocó a los fallecidos. Diego-Madrazo, al que se le encomendó la dirección del hospital, recorrió aquellos soportales para identificar los restos de un muerto pariente suyo y, de repente, observa a una posible víctima de semejante detonación, y resuelve:  

-Este hombre no está muerto: que me lo lleven al hospital; tal vez pueda salvarlo.

Y lo salvó efectivamente, después de dos trepanaciones y la asistencia con sumo celo en un denominado hospital, que no se diferenciaba en nada a un puesto de venta provisional al aire libre, a un sencillo barracón o a una tienda para guarecerse en el campo, que se instaló en la Alameda Segunda de Santander. En este improvisado alojamiento hospitalario llevó a cabo el hábil y sabio cirujano operaciones muy complicadas y asombrosas curas que ya proclamaban como milagrosas las muchachucas del lugar, dando prueba del espíritu de entrega a los demás.

 Diego-Madrazo, unos poco más tarde, vuelve al valle que le vio nacer y del que había salido hacía 25 años. A Vega de Pas. Aquí va a empezar una aventura tanto profesional -que ya la había ejercido anteriormente- como empresarial, fundando su primer hospital en 1894. Era su afamado sanatorio quirúrgico. Poco duró. La nieve y el acceso desde Entrambasmestas eran dos razones suficientes para tener que cerrarlo. Sin embargo, en el curso de siete meses realizó 256 operaciones con tan solo cuatro fallecimientos. Tuvo que construir en 1896 y en la capital otro sanatorio más grande y en un lugar más accesible. Es un nuevo edificio que va a suponer, en su tiempo, una maravillosa innovación por las instalaciones, por la organización y por la adecuación en la asistencia. Y, sobre todo, como dice su Memoria,

...cuanto por el conjunto de detalles técnicos, que á tanto coste exige la Cirugía actual, hasta para el confort que en establecimientos de esta índole es más necesario que en ningún otro (Diego-Madrazo, Memoria y Estadística Operatoria del primero, segundo y tercer año. Sanatorio Quirúrgico Madrazo. Santander, 1898).

El doctor Diego-Madrazo fue siempre el benefactor de su patria chica y de Cantabria, y de Barcelona, esforzándose en todo momento por ayudar al género humano. Con este objeto altruista junto con el de extender las ciencias de la naturaleza y difundir su Filosofía, desarrolló una serie de obras teatrales, componiendo su propia literatura teatral. Su pensamiento al respecto es que todo drama o comedia que no es verdaderamente humano, no es artístico y es feo (...). La verdadera poesía es belleza porque es verdadera. No es bella por expresarse con ritmo y medida, sino por ser reales sus colores, verdaderas sus palabras y oportunas sus ideas (Diego-Madrazo: Cultivo de la especie humana. Herencia y educación. Ideal de vida. Santander.)

El doctor Diego-Madrazo fue siempre el benefactor de su patria chica y de Cantabria, y de Barcelona

Sus obras están repartidas en cinco volúmenes y en cada uno de ellos, generalmente cuatro obras. Son editadas en Madrid con el título Obras de teatro sobre el cultivo de la especie humana, y está prologado por Benito Pérez Galdós. Herencia y educación, Nelis, Una lección de Patología, Los hijos de los viejos, Pequeñeces, El fin de una raza, Las criadas, Muerte natural, Amor y belleza, El detentador, El fin justifica los medios, Sin alma y Entre mujeres son algunas de su producción teatral.

Con el fin de representarlo tuvo la capacidad suficiente para fomentarla, no solo en la creación de las obras, sino también haciéndose empresario del Teatro Español -Madrid- en 1912. La empresa, lejos de un fin particularista estrenando comedias o dramas del empresario, realizó campañas muy útiles y brillantes, con admirables compañías, como la de Enrique Borrás que representó algunas temporadas y dirigiendo la suya. Del mismo modo, en esa misión de Diego-Madrazo también estuvo presente Benito Pérez Galdós, como teatro clásico junto con estrenos de autores consagrados, al mismo tiempo que la juventud. Acabada la empresa madraciana en el Teatro Español, Renacimiento será la editorial que publicará en varios tomos todas las obras de Diego-Madrazo que se estrenaron, incluso las inéditas.

Toda la historia de este hombre -aunque sucinta historia-, incluido su arte literario, iniciado en Alicante y desarrollado y llegado a su fin en Madrid, estuvo invitando a cada autor y a cada crítico, así como a los actores, a apoyar el escrito que llevarán a cabo en favor del indulto al renombrado cirujano cántabro -frente a la jefatura extraña y al amotinado militar- la clase médica de América y Europa. No podía ser que se arrebatase de un plumazo no solo la vida de un hombre bueno, también la de todo un pueblo.

    Diego-Madrazo había escrito acerca de la eugenesia, El cultivo de la especie humana, y sobre la regeneración de nuestro país, La cuestión de la escuadra (1903), después del Desastre de Annual, libro en el que colaboró el general Bruna. Sostuvo, asimismo, misiones acerca de la educación pública tanto en la prensa como en diversos libros, por ejemplo, Instrucción a una ley de Instrucción Pública y Pedagogía y Eugenesia. Fue un gran luchador. Pensaba, y rápidamente escribía su pensamiento, todo aquello que pudiera beneficiar a Cantabria, a España y al ser humano.

En el lapso de tiempo de tres años (1927-1930), se había construido totalmente el tramo entre Calatayud y Cidad-Dosante, en Burgos, a 600 metros de Santelices

Y otro motivo de su campaña no fue otro que el del ferrocarril Santander-Burgos. En el lapso de tiempo de tres años (1927-1930), se había construido totalmente el tramo entre Calatayud y Cidad-Dosante, en Burgos, a 600 metros de Santelices. Sin embargo, la vía férrea con Santander no se completó, faltando tan solo 35 km. Se ha hecho turístico en ese último tramo, a pesar de la situación de abandono que tiene, el llamado túnel de La Engaña de 7 km de longitud, el más largo en el país en aquella época, y curiosamente con capacidad de doble vía y que nunca se utilizó. Su perforación acabó en 1959, pero ningún tren le ha atravesado nunca, siendo construido para favorecer y allanar la circulación del Santander-Mediterráneo... No deja de ser interesante que esté a 17 minutos de Vega de Pas, la patria chica de Diego-Madrazo.

    Labor política stricto sensu en este tiempo, sin contar su participación al final de su vida en algún periódico anarquista, o sus publicaciones, a sus 82 años, atacando a los diputados del tercer gobierno de la República, a quienes acusaba de favorecer al militarismo, aprobando presupuestos para la guerra en contradicción con la doctrina de la paz. El diputado socialista por Cantabria Bruno Alonso entendía la irritación del doctor "que nosotros sentimos en lo más íntimo de nuestros sentimientos, toda vez que el citado doctor, para nosotros, aunque nos combata, será siempre querido y respetado, porque hombre como él es toda una institución de generosidad, en la que se hermanan la ciencia y la cultura con el amor a la libertad y el cariño por la clase trabajadora". (En las Cortes de la República, El Cantábrico, 31-XII-1932).

    Y, a nivel internacional, fue un entusiasta y ferviente aliadófilo, frente a la postura indiferente de España en cuanto a la I Guerra Mundial, también conocida como "la de los cuatro años". Diego-Madrazo se manifestó oponente a esa neutralidad y sí partidario de Francia e Inglaterra, aun siendo grande su predilección por Alemania, por su formación y su preparación en Berlín. (Seguirá)

El doctor Madrazo, condenado a muerte II
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