jueves. 28.03.2024

El juez durmiente

Al CGPJ le corresponde averiguar cuál fue el grado de somnolencia de don Julio. Y si se acabará convirtiendo en una pesadilla para su señoría.

Hace mes y medio que el Consejo General del Poder Judicial abrió la Diligencia Informativa 453/2018 para averiguar si el magistrado Julio De Diego se durmió repetidamente durante el juicio del Caso Gurtel. La histórica condena dictada por el presunto durmiente y los dos ejercientes despertó el viejo sueño de la moción de censura e hizo presidente a Pedro Sánchez. La Diligencia 453 aclarará si De Diego fue diligente o durmiente.

Escribió el gran Juan Cueto que hay películas que interrumpen fantásticos  anuncios. Y no al revés. La vista del Gurtel no fue precisamente un visto y no visto. Duró trece meses y ocupó 125 jornadas de mañana y tarde. Careció de anuncios  y resultó la “película” más vista durante semanas. Invitó más al sopor que al fervor. Tuvo más de siesta que de Sexta.

Su redacción exigiría  a los tres magistrados estar muy despiertos

La sentencia del Caso Gurtel ocupa 1.687 folios. Su redacción exigiría  a los tres magistrados estar muy despiertos. Una sola línea, la  que “pone en cuestión la credibilidad de Rajoy” cuando dijo no saber nada de la caja B del partido, aún podría quitarle el sueño al ex presidente. Además de quitarle el 1 de junio la jefatura del Gobierno.

Si no fuese porque agosto es mes de vacaciones judiciales, se diría que el expediente del magistrado De Diego duerme el sueño de los justos. Las Redes Sociales arden con el combustible de las cabezadas del magistrado. Y este tipo de fuegos con apariencia de juegos es muy difícil de perimetrar, controlar y extinguir.

Al CGPJ le corresponde averiguar cuál fue el grado de somnolencia de don Julio. Y si se acabará convirtiendo en una pesadilla para su señoría. Ciertos juristas dan por cierto que la sentencia se anularía y el juicio se repetiría si la dormidera queda acreditada. Aunque De Diego padezca  narcolepsia, acceso invencible de sueño que se produce en cualquier momento o lugar, vistas judiciales incluídas.

En el imperio de las Redes Sociales, como en el de Felipe II, nunca se pone el sol. La vigilia es permanente. Y nunca se da el duermevela ni el imposible metafísico de un ojo cerrado y otro abierto. Así que ojo avizor y autocontrol de los ronquidos. Porque en sede judicial, a diferencia de la alcoba conyugal, sí que se graban. Estamos ante el ejemplo.

El juez durmiente
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