jueves. 28.03.2024

El allegado ha llegado

Sabemos que el allegado no es el cuñado ni el suegro ni el primo de Cuenca. Y suponemos que pueda ser el amante, la pareja o la costilla del familiar convocante de la cena.

Los inolvidables Tip y Coll se preguntaban el uno al otro: “¿qué tal la Navidad, bien o en familia?”. Ambos genios del humor se murieron demasiado pronto, Tip en 1999 y Coll en 2007. Y no alcanzaron a ironizar sobre la conspicua figura del allegado.

El allegado ha llegado de la mano de ese filósofo con apariencia de filósofo y nómina de ministro de Sanidad llamado Salvador Illa Roca.

El allegado es esa criatura indescriptible que ni siquiera puede describir su introductor navideño. Tan confuso resulta este invitado que la incansable patrulla femenina de vigilancia lingüística aún no ha decretado la existencia de la allegada. Sabemos que el allegado no es el cuñado ni el suegro ni el primo de Cuenca. Y suponemos que pueda ser el amante, la pareja o la costilla del familiar convocante de la cena.

Ha adquirido todas las papeletas para ganar el premio al culpable de la tercera ola de la pandemia

El allegado es ya un tipo sospechoso, mal encarado y de mirada oblicua. En este sorteo previo al de Navidad ha adquirido todas las papeletas para ganar el premio al culpable de la tercera ola de la pandemia. Hay muy pocas cosas peores que ser el allegado en estas señaladas fechas. El convidado homologado por Illa se asocia, en congoja y pesimismo, al mismísimo pavo.

Illa Roca se enroca y no facilita pistas que permitan concluir el retrato robot de la figura de moda en España. El allegado amenaza con ser el séptimo en la mesa de seis, el undécimo en la de diez y el sobrante en los brindis. Antes confesarse ludópata, fan de Perales o hincha del Tropezón de Tanos que allegado. Antes cenar solo que mal mirado. Antes guardar falsa cuarentena que inscribirse en la mesa como el vil allegado. Antes, durante y después de las navidades, mejor guardar falsa cuarentena en su triste domicilio.

Mientras tanto, el penúltimo allegado es una borrasca llamada Ernest. Cruel concesión a la alternancia de género, esa que permitirá al próximo ciclón denominarse Filomena. Qué tiempos aquellos de la sagrada concordancia en los que un masculino huracán solo podía llamarse Sergio y una femenina tormenta solo podía llamarse Eva. 

El allegado ha llegado
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