jueves. 28.03.2024

Cuestiones sobre Dios, IV

Creo que sería obligatorio que todas las religiones entre sí creasen ellas mismas una cultura de la tolerancia y de la paz. Ya han existido durante siglos y milenios demasiados conflictos entre las religiones, en todos los lugares del mundo.

Se podría indicar o expresar o decir, de forma suave, que el siglo veinte se experimentó de forma masiva, sobre el tema de Dios, la religión y temas metafísicos, una persecución mundial, al menos por parte de algunas ideologías, y en algunos continentes como jamás, quizás ni siquiera las antiguas persecuciones romanas sobre el cristianismo son parangonables.

O dicho de otro modo, el siglo veinte, ha visto y sufrido como determinadas ideologías que tomaron el poder del Estado, con la fuerza del Estado, y los enormes poderes que permiten el mismo Estado, han perseguido sistemáticamente a todas las religiones que han tenido bajo su control y territorio, hasta niveles, que creo no es exagerado indicar, que jamás en la humanidad se habían producido. Porque los Estados eran menores en todos los parámetros, y porque las persecuciones eran más limitadas. Pero también desde el poder de algunos Estados, algunas religiones frente a personas de otras religiones, de forma masiva, incluso creando genocidios.

Cada uno puede tener sus ideas o sus opiniones, pero no pueden servir, ya no repetirse jamás, que sean signos y elementos para confrontar pueblos

Por lo cual, la reflexión mínima sobre el tema de Dios y temas anexos y conexos, parece hoy de necesidad primaria.

Creo que sería obligatorio, por un lado, que todas las religiones entre sí, sus máximas élites, los mandos intermedios y los fieles o pueblos, de verdad, sin engaños y sin mentiras y sin hipocresías, creasen ellas mismas una cultura de la tolerancia y de la paz. Ya han existido durante siglos y milenios demasiados conflictos entre las religiones, en todos los lugares del mundo.

Por otro lado, todas las ideologías, religiosas o no religiosas, seculares o no seculares, deben entre ellas, formar puentes y vías de paz de entendimiento.

Es decir, el tema de Dios y los temas metafísicos, cada uno puede tener sus ideas o sus opiniones, pero no pueden servir, ya no repetirse jamás, que sean signos y elementos para confrontar pueblos y realidades y entidades sociales e ideologías y culturas religiosas y no religiosas.

De todas las razones de lucha entre los humanos, deben ser descartadas todas las incógnitas y variables en las cuales entren las religiones y las metafísicas. No se puede utilizar a Dios para ir en contra de otros seres humanos, que crean en otro concepto de Dios, o no crean en ningún concepto de Dios.

O vivimos en paz todos los humanos, o con el poder tecnológico que tenemos terminamos en nuestra propia autoextinción

Parece ser que en cualquier ciudad del mundo o aldea o pueblo, en unos más que en otros, ciertamente, nos encontraremos en el futuro y en el presente, comunidades de personas que tendrán diversas religiones e ideologías. Hay que aprender la cultura de poder estar y existir y vivir todos juntos, sin entrar en ninguna clase de conflicto. Es absolutamente necesario, de verdad, unos dicen creer en Dios, si de verdad, unos dicen creer en la Humanidad y en el ser humano, porque hoy es de necesidad imperiosa. O vivimos en paz todos los humanos, o con el poder tecnológico que tenemos terminamos en nuestra propia autoextinción. Por consecuencia el concepto de Dios, la razón de Dios no puede ser una, que incentive esa posibilidad, sino el concepto de Dios debe servir para poder vivir y existir los seres humanos en paz, unos con otros, cada uno con su ideología, en los marcos sociales y políticos de la democracia y de los Derechos Humanos...

¿Las dos grandes ideologías no democráticas que hubo en el siglo veinte, eran en esencia no creyentes en Dios, ateístas, por tanto, podemos y debemos pensar, una ideología sociopolítica, que sea atea puede tender con más facilidad a la no-democracia...?

¿En la antigüedad, quizás el poder religioso y espiritual, en cierto grado atemperaba y matizaba el poder secular, estamos hablando de las primeras ciudades-Estados o de los primeros Estados o primeros Imperios de la antigüedad, podemos seguir pensando que las religiones, y por tando el concepto de Dios, en sociedades que aceptan dicha realidad, matizan y modifican los poderes, es decir, son necesarios el concepto de Dios para la supervivencia humana, porque de algún modo contrapesa en cierto modo y en ciertos grados, los poderes de la sociedad, el económico, el político, el militar, etc.?

¿O dicho de otro modo, una religión racional y moderada, incluso en tiempos de sociedades no democráticas, atemperan y matiza y limita el poder no democrático de esos poderes fácticos o sociopolíticos y por tanto, crea espacios de un cierto grado de libertad...? ¿Y si no existe la religión o Dios en esa sociedad, los poderes reales y fácticos, apenas tienen cortapisas o límites, si estos a su vez, no son democráticos...?

¿Por lo cual, como se ha visto hasta la saciedad en el siglo veinte, las no-democracias sin permitir o tolerar las religiones o el concepto de Dios, no solo a nivel privado, sino público, en el grado posible, tienen un poder omnímodo, si son no-democráticas, con consecuencias imprevisibles e impredecibles  para la sociedad y para el individuo en general...?

¿O planteado de otra manera y forma, aún hoy, la sociedad, para su supervivencia, aunque la realidad de Dios o Ser Supremo, no exista en sí, cosa que nadie ha demostrado, aún hoy, para la propia supervivencia de la especie humana, teniendo en cuenta el enorme poder que la misma especie humana ha alcanzado, aún todavía la especie humana necesita a Dios, Dios y la religión, siempre que esta sea racional y moderada y altamente moral, hoy todavía la sociedad y la humanidad necesita a Dios, para contrapesar el resto de poderes, para limitar teóricamente el resto de poderes, especialmente cuándo se producen en los máximos órganos de poder, sistemas no-democráticos, sean de un color o sean de otro...?

¿En nombre de Dios se han hecho barbaridades, pero en nombre de la no existencia de Dios, de ir contra Dios, de no dejar a Dios un lugar en la historia y en la sociedad, se han hecho o multiplicado aún más las barbaridades y las crueldades, y eso se ha visto en el siglo veinte, es decir, antes de ayer...? ¿Acaso no deberíamos aprender, incluso seamos ateos o agnósticos, o creyentes, en cualquier religión del mundo...? ¡Supongo que estos fragmentos no gustarán a muchas personas, pero no se escriben con intención de herir a nadie, sino en defensa de los Derechos Humanos y de la paz mundial y en todos los territorios del planeta...!

Cuestiones sobre Dios, IV
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