miércoles. 24.04.2024

Vínculos con Juan de Castillo

El arquitecto trasmerano, cinco obras patrimonio de la Humanidad, estimula ahora a Arnuero para que le convierta en su faro patrimonial, su particular hombre del Renacimiento, que no abundan mucho.

Hay expresiones como “día histórico” y “hombre del Renacimiento” que nunca salen de mi boca, hay demasiados. El viernes 3 de febrero, fue, sin embargo, una excepción, porque repetí varias veces “hombre del Renacimiento” refiriéndome a Juan de Castillo a quien me declaré “vinculado y devoto para siempre”; ocurrió durante la presentación en el Ateneo de Santander, del libro colectivo Juan de Castillo, de maestro cantero a arquitecto universal. Si ellos me lo permiten, también me siento vinculado a los ciudadanos de Arnuero, su patria de origen, especialmente al ayuntamiento y al alcalde José Manuel Igual que tanta ilusión está derrochando para reivindicar a Juan de Castillo y darlo a conocer.

Vinculado al libro -cariñosamente lo recordó la coordinadora Mari Luz Quiroga - como impulsor de la iniciativa, su colaborador más constante, autor de varios textos propios, traductor de otros en portugués y cogestor ante el Ayuntamiento de Arnuero para su patrocinio.

Los portugueses le llaman Joao do Castiho y le aprecian como a Camõens

O sea, no puedo estar más vinculado a este libro y a este personaje. Sin embargo, cuando hablo de “vínculos”, en realidad tengo en la cabeza el maravilloso libro De vinculis in genere, de Giordano Bruno: debo revelarlo así, no hay más remedio. En el primero de mis textos para el libro colectivo, cito a Bruno cuando me refiero a María Ealo de Sá, ella sí vinculada con méritos y de por vida a Juan de Castillo. Decía Giordano Bruno que “si no hubiera sido por poetas posteriores como Homero y Virgilio, nadie sabríamos nada de los grandes capitanes griegos ni de los héroes de Troya”. Pues lo mismo: Sin María, seguiríamos aquí sin saber que uno de los héroes más amados de Portugal, el gran genio que configuró la personalidad artística de toda una época de esplendor nacional fue un emigrante trasmerano nacido en Castillo, Arnuero. Los portugueses le llaman Joao do Castiho y le aprecian como a Camõens. Sin María, solo habría sido para nosotros una sombra carente de relieve, en el suelo. Un día vimos por televisión la firma del Tratado de Lisboa, nadie caímos que aquel escenario fabuloso lo había pensado uno de Arnuero.

El arquitecto trasmerano, cinco obras patrimonio de la Humanidad, estimula ahora a Arnuero para que le convierta en su faro patrimonial, su particular hombre del Renacimiento, que no abundan mucho. Juan de Castillo puede ser un referente modélico del dominio de las competencias básicas para la juventud. Competente en lengua, conocía la jerga secreta del pantoja para su oficio, portugués, castellano, posiblemente latín y el lenguaje propio de la expresión literaria, tal y como demuestran sus informes a la corona desde las fortificaciones de la costa africana. Competente en matemáticas, calcula y diseña los edificios más arriesgados, competente en tecnología, realiza la traída de agua de Tomar para aprovechamiento industrial y agrario, entre otras innumerables obras. Competente en aprender a aprender, asimila y transforma, en eso consiste esta competencia, la sabiduría de sus mayores y de los maestros que tuvo en Sevilla, Burgos, Italia, y que transmitió a sus innumerables oficiales y aprendices: aprender a aprender y aprender a enseñar. Competente, en fin, en materia de emprendimiento y organización del trabajo productivo: fue un brillante empresario, con una concepción moderna de la organización, coordinando en paralelo varios proyectos por toda la geografía portuguesa.

Mi relato histórico incluido en el libro solo tiene 18 páginas, no pueden ser más en una publicación colectiva. Se titula La pintura de las variedades del mundo, que es como llamaron en primera instancia al “Jardín de las Delicias”, cuando Juan de Herrera autorizó a asentar su adquisición para el Escorial. Muchos trasmeranos se mueven entonces alrededor de Herrera, entre ellos Juan de Escobedo, de Colindres, secretario de Juan de Austria y asesinado una noche de abril en Madrid, poco después de que confiara a Herrera informaciones muy comprometidas. Aparecen cuadrillas de canteros trasmeranos que hacen huelga, manifestaciones, protestas por malos tratos y por la cruel ejecución de un joven sorprendido en el nefando crimen de sodomía. Entre todos los avatares de la historia, el genio de Camargo no deja de admirar la obra del genio trasmerano de Castillo Siete Villas.

Vínculos con Juan de Castillo
Comentarios