viernes. 29.03.2024

La dignidad de nuestras hijas

Sigue metiéndose en el subconsciente de nuestras jóvenes que tienen que tener miedo, estar alerta, vigilar su vestimenta, sus copas, su entorno, desconfiar de cualquier chico que se les acerque... ¡NO!

Como mujer, en este momento, tengo muchos sentimientos en ebullición: cabreo, indignación, rabia... y tristeza, mucha tristeza. Compruebo apenada que, a pesar del trabajo realizado por muchas mujeres feministas, como yo misma, aún queda mucho por hacer. 

También soy madre de adolescentes y uno de ellos estuvo en ese maldito festival, y después de lo que ha pasado pienso si las familias estamos haciendo todo lo necesario para que esta chavalería NO considere normales estos hechos. 

Saco mis conclusiones que incluyen a una ultraderecha echada al monte con muchos recursos para llegar a sus redes y sus entornos

Pinchar sustancias a las mujeres para robarles su voluntad a la hora de relacionarse con ellas es un acto machista y condenable se mire por donde se mire. ¿Quién les ha hecho creer que se puede hacer, que es normal? Yo saco mis conclusiones que incluyen a una ultraderecha echada al monte con muchos recursos para llegar a sus redes y sus entornos. 

Se ha creado un caldo de cultivo en el que cala la idea de que todo lo que se relaciona con el feminismo y la igualdad entre sexos, les suena a nuestros chicos como un cuestionamiento de su "masculinidad", cuando debiera ser todo lo contrario.

Mientras tanto sigue metiéndose en el subconsciente de nuestras jóvenes que tienen que tener miedo, estar alerta, vigilar su vestimenta, sus copas, su entorno, desconfiar de cualquier chico que se les acerque... ¡NO!

Las mujeres tienen derecho a vivir sus vidas y ocio, como quieran, como lo hacen sus amigos varones.

Por favor, debemos reflexionar como sociedadSantander no puede convertirse en un lugar peligroso para la mitad de su ciudadanía. No podemos consentir estos sucesos y la pedagogía y educación en valores feministas con nuestros hijos varones debe ser constante. Sólo así, podremos erradicar este machismo que no nos deja avanzar como sociedad.

Una sociedad del siglo XXI, no lo olvidemos, aunque a veces parezca, por algunos comportamientos, del siglo XIX. 

Necesitamos y exigimos unas fiestas y un ocio libre de ataques a la dignidad de nuestras hijas. 

¡Por fiestas libres de agresiones sexistas!

La dignidad de nuestras hijas
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