En una escena ya mítica de la película Blade Runner, el replicante Roy Batty le dice a Harrison Ford “ Yo he visto cosas que vosotros no creeríais…atacar naves en llamas más allá de Orión”.
Yo no llego a tanto, pero también he visto cosas difíciles de creer. He visto a una madre salir del interior de una cafetería, apremiada por su hija, y cogerla a peso por los dos muslos y ponerla a orinar entre dos coches aparcados en la vía pública (gesto que repetirá la “niña” cuando tenga 19 años, a las cuatro de la madrugada, ya sin la ayuda de mamá). He visto a un fumador salir de un estanco y de forma mecánica quitar el plástico de la cajetilla y a continuación parte del papel de aluminio que protege los cigarros y tirarlos al suelo, habiendo una papelera en la misma puerta del establecimiento. A partir de aquí, a la tradicional frase de “Fumar mata”, habrá que añadir otra de “Fumar ensucia”.
He visto a peatones cruzar pasos de cebra con la clara intención de cobrar el seguro
He visto a cuatro personas, sentadas alrededor de la mesa de una cafetería, con la cabeza agachada en un aparente gesto de reflexión o de relajación colectiva. Error: estaban todos tecleando su móvil. He visto, y oído, bajar persianas a una velocidad de record Guinness. He visto a jóvenes beber vermú en una especie de tarros de mermelada. He visto a peatones cruzar pasos de cebra con la clara intención de cobrar el seguro. He visto a miles de personas incapaces de conjugar el modo imperativo (conjugad malditos, conjugad…).
He visto mujeres fumando a la puerta de una peluquería, envueltas en una especie de poncho de plástico, con la cabeza llena de lacitos de aluminio, y esas sí que parecían recién llegadas de Orión.