viernes. 19.04.2024

No habrá efecto rebote mientras la salud explote

España viene de sufrir una de las mayores caídas de los países desarrollados a consecuencia de la pandemia, y la lógica y la experiencia atestiguan que refractará un mayor crecimiento que el resto. Ello, sin embargo, no significa que se situará en cabeza de la recuperación rápidamente, porque hay que determinar primero de dónde viene –un sopapo mortal- para saber adónde va.

Por segunda vez en el último año el presidente Sánchez se ha vestido el traje del optimismo y ha lanzado un anuncio como aquellos viejos pregoneros de los antiguos pueblos: España saldrá de este atolladero macabro gracias a la vacuna, y lo hará mejor que nadie en lo económico, sólo superada por EEUU en el despegue durante los tres próximos años. Hay quien dice que Redondo se la ha colado cuadrada al líder de los socialistas y jefe del Ejecutivo: yo creo que el presidente, con buena intención pero sin los pelos de la burra en la mano, se traga cualquier galleta, sea cuadrada, redonda o romboidal, con tal de comunicar alguna buena noticia en medio de tanta penumbra. Si por el camino hay elecciones en Madrid, como es el caso, subirá la apuesta sabedor de que la memoria no es uno de los activos de los electores españoles.

España no aspira a ser ni siquiera cabeza de ratón, por mucho que la UE, con sus ayudas, la mantenga enganchada al último pelo de la cola del león

No hace falta ser presidente ni asesor, ni siquiera economista, para saber que cuando tiras una pelota al tablero ésta rebota. Pues igual la economía. España viene de sufrir una de las mayores caídas de los países desarrollados a consecuencia de la pandemia, y la lógica y la experiencia atestiguan que refractará un mayor crecimiento que el resto. Ello, sin embargo, no significa que se situará en cabeza de la recuperación rápidamente, porque hay que determinar primero de dónde viene –un sopapo mortal- para saber adónde va. Y la salida del pozo va a costar muchísimo por la caída del producto bruto y el crecimiento del paro. Por la conversión de los Ertes en Eres, por el enfrentamiento político y también a cuenta del lenguaje confuso y en ocasiones contradictorio de la coalición de Gobierno, que genera recelos dentro y fuera del país. De momento, España no aspira a ser ni siquiera cabeza de ratón, por mucho que la UE, con sus ayudas, la mantenga enganchada al último pelo de la cola del león, mordida por las hienas de la recesión, el paro y la alta mortalidad.

Conviene hablar más claro: no habrá efecto rebote mientras la salud explote.
 

No habrá efecto rebote mientras la salud explote
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