miércoles. 24.04.2024

El Club de la Comedia

Mientras el presidente juega a un Pimpinela eterno con Junqueras, ahí sigue Cantabria, con el pico pequeñito y las obras sin hacer.

El centrifugado de ideas de Pedro Sánchez tiene algo bueno para el PSOE pero, como la mentira, las patas muy cortas: el votante aún no ha identificado si el presidente participó el pasado lunes en el Club de la Comedia, durante sus explicaciones en el Liceo de Barcelona a propósito de la bondad de los indultos, o esa interpretación la hizo cuando necesitaba los sufragios de todos los españoles. Mientras Sánchez sigue regateando obstáculos –y gana tiempo frente a los ojos del país; veremos hasta cuándo y si finalmente se regatea a sí mismo-, la claridad de conceptos no pertenece al Ejecutivo que pregona conciliación sin revanchismo (como si el Supremo fuera un vengador), sino a los independentistas. Éstos siguen en lo mismo y no parece que vayan a cambiar por mucha indulgencia que el Gobierno tenga a bien concederles. Repasemos sus últimos planteamientos: el indulto no es el fin, es el medio para llegar a la amnistía; el destino último es la república catalana y la independencia y, si tienen que volver a una especie de Procés II (delinquir de nuevo), lo harán. El Rey no es bienvenido en Cataluña (como si fuera solo de ellos) y la negociación que pone Sánchez como hueso de su futuro será utilizada por los secesionistas para desgastar a ‘Expaña’, con equis, porque ya chuparon de ella todo lo que podían y ahora el cuerpo les pide la Ley Convento, para lo que nos queda cagamos dentro.

El independentismo no engaña, Pedro Sánchez, sí

El independentismo no engaña (otra cosa es que tenga razón; la ley se la ha quitado), Pedro Sánchez, sí, porque ha vulnerado todas sus promesas electorales respecto de Cataluña. Citemos solo tres: rebelión, sí; indultos, no; Puigdemont, juzgado en España. En qué momento cambió la chaqueta, por qué y hasta cuándo son cuestiones que deberá despejar la parapsicología, porque a un tahúr hay que adivinarle las ideas antes de saber lo que lleva en la bocamanga. Y, mientras el presidente juega a un Pimpinela eterno con Junqueras, ahí sigue Cantabria, con el pico pequeñito y las obras sin hacer. La historia de mi vida, resumió Pulovski en El Principiante.

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