Recomiendo sin ninguna duda a todas las personas que se puedan ver o encontrar en ese momento de su vida, en cierta manera hundidas, “emborrachadas” y sobrepasadas por el sistema educativo convencional que den un paso adelante.
Hemos avanzado mucho, hay que reconocerlo. Pero eso no quita para que todavía nos quede una barbaridad por delante. Deberíamos ser conscientes y también nuestras administraciones encargadas de la educación de lo que es realmente la inclusión y no utilizar el término como una especie de marketing
En diciembre de ese año 2018 di mi primera charla. Nunca la olvidaré. Entré en un salón de actos en el que habría unos 100 jóvenes, eran las ocho y veinte de la mañana. ¡Y la impartí sin ningún problema!
Ayudó al trabajo psicológico que paralelamente estaba realizando abordando la autoaceptación de la propia diversidad funcional. También me ayudó a crear mi propia red de amigos y a mantener mi espalda al día.
El trabajo terapéutico psicoemocional, el trabajo de fisioterapia o el trabajo de logopedia, que he realizado a lo largo de mi vida, me ha permitido ganar una autonomía personal, que durante mucho tiempo parecía impensable.
Adaptar la sociedad al completo es muy complejo, pero es realmente importante para construir un mundo más inclusivo e igualitario en materia de discapacidad.
El infantilismo también es una forma de excluir a este colectivo de la sociedad. ¿Por qué la dependienta de una tienda de ropa me tiene que pedir dos besos antes de marcharme del establecimiento?, ¿por qué si me voy a comprar unos pantalones se dirigen a mi madre?