sábado. 20.04.2024

Trabajando por nuestros sueños...

Estos días un amigo se ha embarcado en la aventura de su vida, acompañado de su hijo han comenzado a realizar la vuelta al mundo en ferrocarril, y es que a pesar de las dificultades, de los virus y problemas, no hay nada más hermoso que luchar porque nuestros sueños se hagan realidad. Vivir en una sociedad más justa, más igualitaria, más solidaria, merece la pena trabajar cada día por ello, para que no se quede en un simple sueño utópico.

Son días donde casi todos los focos están puestos en ese maldito virus que nos está volviendo histéricos. Uno recuerda la última crisis allá por 2012 con la atención puesta en Grecia, Irlanda, Portugal y cuando fuimos rescatados, al menos el sector financiero, que pagamos a escote y ahora no nos lo quieren devolver, si te he visto no me acuerdo. Como en aquellos tiempos, no tan lejanos, se abrían todas las noticias con los números de la prima de riesgo, este diferencial con el bono alemán, las bajadas de las bolsas, el paro llegó al 26%, recortes sociales, ... y todo el horizonte lleno de nubarrones.

Ahora la apertura de las noticias son con otros números, el de los infectados y fallecidos por países, China, Corea, Italia...por comunidades, provincias... La bolsa hace lo de siempre rápidamente se contagia del medio. Ya nos tenemos que saludar desde la distancia, los actos multitudinarios son peligrosos, y cuando toses en público, antes se decía con educación, salud, los más religiosos, Jesús, y ahora notas esas miradas que te acongojan, te hacen sentir culpable como si hubieras cometido un delito. El contacto físico debe pasar al recuerdo, el trabajo y el amor parece que deben ser a través de la red, como si ya estuviéramos viviendo en una sociedad virtual, al menos mientras dure la pandemia del coronavirus.

La semilla del odio es lo más destructivo, y mucho tiene que ver el odio con el miedo

Es una pena vivir con tanto miedo, que es, sin duda, uno de los virus de más fácil transmisión y que nos condiciona la vida, pero esta sigue. Hoy hablar del problema de los refugiados en la frontera greco turca, parece que nos queda cada vez más lejos, como si tuviéramos bastante con nuestras penas, como para sumar más, y la insensibilidad de esta sociedad cada vez es mayor. Pedir el respeto de los derechos humanos es un acto heroico, y la ultraderecha aprovecha para ganar terreno e imponer sus ideas, su desprecio al diferente, su egoísmo donde lo importante eres tú y los tuyos es uno de los actos no solo insolidarios, sino también más necios posibles, ya que sin los demás, sin esos que tanto desprecian posiblemente viviríamos en muchas peores condiciones. La semilla del odio es lo más destructivo, y mucho tiene que ver el odio con el miedo, posiblemente vayan juntos, se decía que esos perros que ladran mucho, es porque realmente tienen mucho miedo disfrazado, como los bocazas que lanzan sus insultos a los que menos tienen.

Estos días el Gobierno de España está enseñando las dos caras del poder, los que buscan su protagonismo, sus minutos de gloria, que debieran saber que las prisas no son buenas compañeras de viaje, y menos para realizar normas fundamentales que nos rigen a todos. Lo sustancial no es que coincidan con una fecha simbólica, lo importante es que sean positivas para todos, que den soluciones reales a la sociedad. En esta cruz vemos también el intento de algunos por dejar su sello, incluso su nombre. Si la anterior ley educativa la conocemos por la Ley Wert, esta posiblemente sea la LOMLOE conocida como la Ley Celaá, proyecto aprobado al que le queda todavía mucho recorrido por el legislativo. Nace con los mismos defectos que las anteriores, ser una ley de parte, el PSOE se lo tenía que mirar, es su quinta ley de educación, sin consenso, qué lejos quedan aquellos intentos del Sr. Gabilondo por conseguirlo, tenemos pan para hoy y hambre para mañana. Si en la próxima legislatura llega un Gobierno conservador tendremos una nueva norma educativa, todas nacen como normas frentistas, sin el apoyo necesario primero de la comunidad educativa que es quien la tiene que aplicar, y de unos mínimos comunes entre los partidos que se llaman así mismos los más responsables, y después ya vemos... Seguro que hay buenas intenciones y cosas positivas en las mismas, pero ¿por qué estas prisas, tanto en la Ley de Libertad Sexual, como en la Ley Educativa?, se debe trabajar con las aportaciones de los expertos, buscando qué normas en temas tan sensibles para nuestra sociedad tengan el mayor apoyo y consenso.

A este Gobierno no le hace falta oposición, se la hace el mismo, son Gobierno y oposición en un mismo ser, quizás esto sea otra gran idea de algún gurú de esos que andan escondidos por Moncloa, con el fin de dejar sin campo de juego a la oposición, ya lo hacen ellos todo. Puede aplicarse adaptada aquella frase de Les Luthiers "si tu compañero de Gobierno te pega 100 puñaladas igual no es tu mejor compañero de Gobierno". A no ser que sean pactadas, aquello de puro teatro...

No todo es negativo, sería muy injusto, hay que reconocer que ante una alerta sanitaria como la que tenemos, con todas las dificultades se ha logrado dar una información clara, transparente y rápida, que en estos tiempos no es poco, y eso es trasladable a las CCAA que tienen las competencias de Sanidad donde están trabajando positivamente. Esta coordinación nacional la echamos en falta en la Unión Europea, y desde esta institución se puede dar mucha seguridad, la que todos necesitamos.

Lo importante es qué se hace, no ya el 8 de marzo sino cada día

Con estos temas andamos entretenidos cuando miramos el calendario y ya estamos ante un nuevo 8 de marzo, donde es necesario reconocer la necesidad de esa igualdad por la que tenemos que caminar en nuestra sociedad, y que tanto trabajo queda todavía por hacer. Algunos enfrentamientos surgen al discutir sobre quién va a ir a la manifestación, el lema o color de la pancarta, pero lo importante es qué se hace, no ya el 8 de marzo sino cada día, por llegar a realizar esos hermosos lemas, y por encima de todos "no nos falte ninguna"

Estos días un amigo se ha embarcado en la aventura de su vida, acompañado de su hijo han comenzado a realizar la vuelta al mundo en ferrocarril, y es que a pesar de las dificultades, de los virus y problemas, no hay nada más hermoso que luchar porque nuestros sueños se hagan realidad. Vivir en una sociedad más justa, más igualitaria, más solidaria, merece la pena trabajar cada día por ello, para que no se quede en un simple sueño utópico.
 

Trabajando por nuestros sueños...
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