jueves. 28.03.2024

Santa Rita, Rita, lo que se roba nadie se lo quita

La fama del soberano traspasaba fronteras, era el Jefe del Estado de España, y su prestigio era tal, que nadie se atrevía a creer que pudiera hacer nada ilegal o inmoral, y si se sospechaba, la propia constitución le consideraba inviolable, vamos que podía hacer lo que le diera la puñetera gana, y claro él dijo si la constitución me lo permite, si los medios son dóciles, si todos me rinden pleitesía... pues me lo puedo llevar crudo, meto mano en donde quiero.

Es difícil salir de la actualidad, la marcha, huida, fuga... del rey emérito es sin duda un acontecimiento de esos que después de años aparecen en los libros de Historia. Con todas las diferencias y sin querer hacer comparaciones, mirar hacia el pasado y recordar al abuelo del rey emérito, Alfonso XII, cómo se marchó de nuestro país después de unas elecciones municipales en abril de 1931 que supusieron de hecho un plebiscito sobre la monarquía, los ciudadanos no perdonaron al abuelo su apoyo a la dictadura del Primo de Rivera.

La vida te da sorpresas, hoy la mayoría que sustenta a la monarquía se basa en un partido que siempre se declara republicano, y en nuestra constitución que todavía tiene artículos con reminiscencia de la ley sálica en su artículo 57.1, así fija el orden sucesorio hacia el futuro: "La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer y, en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos".  A veces hay normas que nos deberían sonrojar.

Aquí se puede aplicar al rey que engañó a su pueblo con todos los gobiernos cómplices

Recuerdo haber leído hace tiempo un relato breve, el mismo hablaba sobre el falso maestro, aquí se puede aplicar al rey que engañó a su pueblo con todos los gobiernos cómplices, sabían lo que hacía, y los grandes medios de comunicación que hoy llenan páginas y horas de programación dando caña al rey emérito, pero que durante tantos años callaban vergonzosamente.

Era un monarca respetado por casi todos, siempre hay algún raro que discrepa, y luego estaban los frikis, que se dicen republicanos y defienden a muerte la monarquía. La fama del soberano traspasaba fronteras, era el Jefe del Estado de España, y su prestigio era tal, que nadie se atrevía a creer que pudiera hacer nada ilegal o inmoral, y si se sospechaba, la propia constitución le consideraba inviolable, vamos que podía hacer lo que le diera la puñetera gana, y claro él dijo si la constitución me lo permite, si los medios son dóciles, si todos me rinden pleitesía... pues me lo puedo llevar crudo, meto mano en donde quiero.

Casi 40 años después nos siguen recordando que vivimos en una democracia gracias a aquella intervención del monarca

Su fama aumentó en una transición, que siempre nos dijeron que era modélica, dejemos que fue el arte de lo posible. Con el golpe de Estado del 23F de 1981, se le pasó a considerar al rey emérito de sucesor del dictador, al padre de la democracia. La propaganda institucional hizo de un golpe de estado que se fraguó, por personas de toda confianza del monarca a convertirlo en el salvador de esencias de nuestras libertades. Casi 40 años después nos siguen recordando que vivimos en una democracia gracias a aquella intervención del monarca. Tampoco es para quitarle méritos, ni decir que todo lo hizo mal, pero madre del amor hermoso, lo que vendieron, como un monarca lleno de virtudes, luego se ha parecido más a cuando pides un producto a una compañía china, lo que recibes no se parece en nada, vamos que pides un balón de playa y te traen una pelota de ping pong. 

Tal era su fama que en las cumbres internacionales se permitía decirles a otros jefes de Estado aquello tan famoso "¿por qué no te callas?". Le gustaba rodearse de una corte de empresarios, muchos con conductas sospechosas y otras demostradas ilícitas, pronto en su propia familia le salieron discípulos en lo de distraer lo común para uso propio y alguno actualmente ha dado con sus huesos en la cárcel.  Puede que usado como cortafuegos para que no se llegara a saber lo que hoy es "vox populi".

Todos los años por navidad además del turrón llegaba el discurso de su majestad, entraba sin llamar en nuestras casas a través de la pequeña pantalla, nos vendía un país maravilloso y el país, con sus problemas que vaya si los tenemos, puede que lo fuera; pero desde luego su monarca no. Entre lo manifestado y lo que hacía había más distancia que entre Finisterre y Nueva Zelanda.

Él nos podía recomendar conductas éticas cuando la corrupción corría entre los cargos públicos

En sus discursos anuales, ensayados y grabados por la televisión pública nos decía aquello, de "me llena de orgullo y satisfacción",  con todos los focos mediáticos centrados en ensalzar la imagen del Jefe de Estado. Él nos podía recomendar conductas éticas, cuando la corrupción corría entre los cargos públicos salpicando a todas nuestras instituciones, incluida la propia familia y amigos de la monarquía. Nos aconsejaba y manifestaba:

"No se podían aceptar conductas irregulares, que la justicia era igual para todos y pedía comportamientos éticos". 

Uno de los asistentes se atrevió a preguntar:

–El otro día, ¿no era Ud. quien con un comportamiento irregular se llevaba comisiones?

–Sí, yo era –repuso el monarca.

Entonces, otro oyente preguntó:

– ¿No era Ud. el que no tenía comportamientos éticos, y usaba los recursos del Estado para sus aventuras amorosas?

–Ese era yo –contestó el monarca.

Un tercer hombre interrogó al soberano

– ¿No era Ud. el que decía que todos somos iguales ante la ley?

–Efectivamente –afirmó el monarca. En ese momento se oyó un murmullo de indignación.

–Entonces, ¿por qué nos pide a nosotros que no hagamos lo que Ud. no respeta?

Y el monarca contestó con tono desafiante:

– Porque Uds. votaron en 1978 una Constitución vigente actualmente, que en su artículo 56.3 dispone "La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad..."  son reminiscencias del poder absoluto de los monarcas desde tiempos inmemoriales... 

- Ese monarca inviolable soy yo, porque Uds. así lo han querido y votado en la Constitución, ahora señores les toca asumir lo votado, y ojo que no quiero hablar del derecho de pernada. Por cierto, está muy bien que Uds. se indignen pero eso tendría valor hace 20 ó 30 años, ahora a mis 82 años, que me quiten lo bailado....

En definitiva, que el monarca hizo aquello que los sucesivos gobiernos y poderes institucionales le han permitido durante toda su vida, ahora algunos se rompen las vestiduras como si fuera algo nuevo. Menos mal que siempre nos quedará el preso Villarejo, que si no lo encierran igual seguimos sin saber nada de estas tropelías.

El virus de la corrupción ha llegado hasta el más alto cargo del Estado

El tiempo va pasando y el virus corre por nuestras ciudades, sumiéndonos a todos en un estado de preocupación. El virus de la corrupción ha llegado hasta el más alto cargo del Estado, ¿se puede tener la tentación de usar esta situación, para tapar la falta de acciones y medidas para proteger a la población? También es cierto que cabe la situación inversa, que se quieran tapar las vergüenzas de la monarquía con las desgracias del virus, así la renuncia del actual monarca a la herencia de su padre se hace al mismo tiempo que se declara el estado de alarma, y el emérito se marcha en pleno agosto, aunque es verdad que este agosto lamentablemente es muy extraño, y el que diseñó su marcha era su enemigo, al no decir su paradero es actualidad todos los días. Vaya Ud. a saber si son tan torpes, o ponen humo ante nuestros ojos.

Es muy frecuente en nuestros responsables políticos escuchar hermosos discursos que prometen el paraíso, y luego las acciones nos llevan a situaciones muy dolorosas... en la mayoría de nuestros dirigentes hay que hacer aquello de " haz lo que digo, no lo que hago".

Actualmente estamos ante una situación tan complicada, donde somos el país de Europa con más casos de Covid19 por cada 100.000 habitantes, España, con 309.855 infectados, ha superado al Reino Unido y es ya el país de Europa occidental con mayor número de casos por coronavirus, según el recuento que hace la Universidad estadounidense Johns Hopkins. Estos días la Consejera de Sanidad del Gobierno Vasco Nekane Murga, ya anuncia que estamos en la segunda ola del virus. De aquí la cuestión que más nos debe preocupar, ¿qué hacemos mal para estar así?, ¿por qué se protege peor nuestra salud en España que en los demás países? ¿Qué medidas han tomado otros países vecinos para tener una situación menos preocupante que la nuestra?... ¡Cuántas preguntas y qué pocas respuestas!

La hipocresía del monarca, solo es comparable a la de los gobernantes que sabían perfectamente todos sus comportamientos, ayudaban y tapaban las tropelías... malgastando recursos públicos y aprovechándose de ser la más alta autoridad para hacer una fortuna, que puede ser tan grande como el descrédito que sufre en estos tiempos.

La Historia juzgará estos momentos, pero lo peor que le puede pasar a alguien que lo ha sido todo, es verse a los pies de los caballos, con el descrédito de su obra, aquello del pintor que después de hacer un hermoso cuadro, al final se le cae la pintura sobre el mismo destruyendo su obra. Decidir el modelo de estado es un derecho de los ciudadanos, y hay que permitir dar cauces para que tal derecho se pueda ejercer. 

Saber por qué nuestro país sufre más que ninguno el maldito virus también es un derecho de los ciudadanos y un deber de nuestro Gobierno. Disolverlo en las competencias de las CCAA es ocultarse después de haber usado el Estado de Alarma durante meses.

Son muchas las veces que pedimos que los recursos "distraídos" por la corrupción, el monarca, su familia y los que saquearon las arcas públicas, con la Gürtel, los EREs... en un gesto de aquel monarca que dijo "lo siento no volverá a ocurrir", se donen esos recursos para nuestra Sanidad e Investigación, que nadie intente taparnos el sol con un dedo. En este país se aplica aquello de "Santa Rita, Rita, lo que se roba nadie lo devuelve, nadie se lo quita". 
 

Santa Rita, Rita, lo que se roba nadie se lo quita
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