martes. 23.04.2024

Nos quieren volver locos

Cada vez somos más los que estamos cansados de todo y de todos, del gobierno central, de los gobiernos autonómicos, de nuestros parlamentos, de nuestros dirigentes, aquí no se salva nadie, y que nos vengan con el cuento de que los míos son los buenos.

Todo lo relacionado con la pandemia en nuestro país parece una historia para no dormir, un relato de terror por capítulos, nos está haciendo tanto daño, dejando tantos muertos, situaciones que se están tapando, cubriendo con el manto del olvido, que no me cansaré de denunciar los fallecidos abandonados en las residencias, la falta de protección de la población... Ahora nadie tiene culpa, ni hay responsabilidad alguna, quizás porque todas las administraciones tienen su grado de responsabilidad y quieren pasar página lo antes posible. Hoy hablar de ello, que les pregunten ya les resulta incluso incómodo y molesto.

Seguimos sin normas que den seguridad a los ciudadanos, tenemos los legisladores más vagos, y quizás menos preparados en mucho tiempo

Ha pasado más de un año, y seguimos sin normas que den seguridad a los ciudadanos, tenemos los legisladores más vagos, y quizás menos preparados en mucho tiempo. Se siente vergüenza ajena, por el uso partidista, por el uso electoralista de la pandemia, de las normas, de la propia vacunación, de nuestros derechos fundamentales. Hay comportamientos que merecen el calificativo de miserables, aquellos que sabiendo que nos están haciendo daño toman decisiones solo con el objetivo de conservar sus puestos, el poder. Su objetivo no es servir a los ciudadanos como tantas veces nos dicen sino servirse de nosotros, abusar de nuestra confianza, defraudar las ilusiones puestas en sus promesas.

Cada vez somos más los que estamos cansados de todo y de todos, del gobierno central, de los gobiernos autonómicos, de nuestros parlamentos, de nuestros dirigentes, aquí no se salva nadie, y que nos vengan con el cuento de que los míos son los buenos. Es cierto, que la responsabilidad no puede ser la misma, la de un Presidente del Gobierno de España, que la del Concejal de deportes del Ayuntamiento de Argoños; está claro, que a más poder más responsabilidad, lo demás política de distracción. Como decía el poeta, a los que estamos hasta las pestañas solo nos queda la palabra, la denuncia, el desahogo hacia los que llenan nuestras vidas de expectativas que nunca se cumplen. Los que por la mañana nos dicen una cosa y por la tarde la contraria, a los que se pasan la vida insultando, malmetiendo, tensionando nuestras vidas en una campaña electoral eterna.

La improvisación es una constante, hay tantas normas y recomendaciones, tantos cambios en las mismas, que nos están volviendo locos. Sabemos que vivimos en situaciones excepcionales, que estar afectados por una pandemia seguro nos puede exigir una mayor responsabilidad a todos, pero pedir un poco de racionalidad en las medidas que se toman no parece mucho pedir.

Cada vez cuesta más entender que está pasando con los laboratorios farmacéuticos, y su relación con los mercados y los estados

En los últimos tiempos estamos poniendo todas nuestras esperanzas en la vacunación de la población, en esa inmunidad de rebaño, que los expertos y políticos nos dicen que nos llevará a un nuevo paraíso, a una vida que se parezca a la que llevábamos hace poco más de un año. Sin embargo, cada vez cuesta más entender que está pasando con los laboratorios farmacéuticos, y su relación con los mercados y los estados. Es cierto que AstraZeneca se está llevando todos los palos posibles, parece que muchos merecidos, sin duda, su campaña de enfrentamientos e incumplimientos con la Unión Europea, y con casi todos los países, es para que sus dirigentes, al menos los que llevan la imagen, mejor les pongan a envasar vacunas.

No sabemos si sufrimos un exceso de información, o un exceso de intoxicación, ya fue en los primeros ensayos cuando surgieron las primeras dudas con AstraZeneca y la Universidad de Oxford, anunciaban ensayos de su vacuna que mostraban una alta efectividad, pero los resultados eran desconcertantes. El tratamiento alcanzaba el 90% de efectividad cuando se administraba media dosis, pero la respuesta de los voluntarios con dos dosis completas bajaba al 62%. Luego sería una equivocación en la dosis según la farmacéutica. 

Lo grave vendría con las dudas que los expertos de diversos países pusieron sobre la relación de esta vacuna y un extraño tipo de trombosis que se está produciendo sobre todo en mujeres menores de 55 años. La EMA (Agencia Europea del Medicamento) un organismo que goza de gran prestigio entre los propios profesionales, primero no veía ningún inconveniente en su aplicación a la población en general. Ahora sin embargo ve indicios que señalan una posible relación entre esta vacuna y los coágulos sanguíneos con niveles bajos de plaquetas. La duda crece, y el miedo también, parece una campaña hecha por negacionistas de las vacunas.

Cada país se ha puesto a tomar medidas, sin la más mínima coordinación, llevando la duda y la confusión a todos los ciudadanos

Para más confusión, cada país se ha puesto a tomar medidas, sin la más mínima coordinación, llevando la duda y la confusión a todos los ciudadanos. Unos no saben si les van a poner la segunda dosis de AstraZeneca, de otra, ninguna, qué vacuna poner... otros, los que tenemos un punto de hipocondriacos, tenemos todos los síntomas que nos comentan,... y ahora cualquier dolor está producido por la vacunación. Tenemos el efecto mariposa, el simpático....la teoría del caos...

Sin embargo, los expertos siguen con su cantinela de que no existe el riesgo cero, y que los efectos positivos son mucho mayores que los riesgos asumidos. Por otra parte, está el mundo de los mercados, y su guerra sucia, los intereses comerciales. Solo como dato ver el diferente coste de las vacunas y la evolución de las farmacéuticas en los mercados nos puede llevar a la importancia de las guerras de la imagen. Así, incluso AstraZeneca ha cambiado su nombre por el Vaxzevria con la esperanza de lavar algo su imagen, aunque también se debe conocer el coste de cada vacuna y que no descartemos tenga algo que ver con esas puñaladas en la oscuridad. Así el coste de AstraZeneca (ahora Vaxzevria) por dosis es 2 euros, J&J 7 euros, Pfizer/BioNTech 12 euros. Moderna 15 euros, Sanofi/GSK 8 euros. Esta última ha recibido grandes subvenciones de la Unión Europea, pero se sigue sin noticias ciertas sobre la misma; un escándalo del que se habla poco. Lo más curioso está en los efectos secundarios según los datos estadísticos son muy parecidos en todas las vacunas aprobadas por la EMA, siendo Moderna la que ha producido más notificados con trastornos generales, pero estos datos cambian, como las cotizaciones en la bolsa, Moderna ha subido un 470% en el último año, BioNTech (Pfizer) 150% y AstraZeneca una caída del 3%.

Seguimos, cada día más desorientados, cada día con más dudas; ahora pensemos en los países que ni tienen medios, ni recursos para comprar en este nuevo mercado de piratas, que si algo ha demostrado esta pandemia, es que aquí nadie está a salvo hasta que lo estemos todos. Una nueva variante en la otra parte del mundo, tarda días en anidar en nuestro hogar. 

La OMS (Organización Mundial de la Salud), este organismo dependiente de ONU tiene pocos recursos, y ahora su voz no llega como debiera, no es capaz ni de coordinar, ni de dirigir situaciones donde su presencia es tan necesaria, con más competencias y apoyos, pero también es cierto, que si no somos capaces de hacerlo en nuestro país... 

Nos están volviendo locos con sus incoherencias, con su egoísmo, con su imprudencia..., pero, ¿será improvisado o tiene otras intenciones? Europa con todos sus errores, al menos, ha exportado una gran parte de las vacunas producidas en su territorio, pero la insolidaridad nos sigue amenazando con cronificar esta pandemia, y/o con otras nuevas. El mundo sigue, no todo es negro, pero hay años...
 

Nos quieren volver locos
Comentarios