martes. 23.04.2024

¿Nos están robando nuestros derechos fundamentales?

La falta de una legislación específica para estas situaciones de pandemia es un grave error de este gobierno, con una gran ayuda también de una oposición destructiva.

Con la pandemia como justificación o excusa parece que nuestros gobernantes se permiten recortes en nuestros derechos básicos.  Nadie puede dudar que estamos perdiendo libertad, así no es cuestionable que un cierre perimetral nos limite nuestros movimientos,  una resolución de la autoridad puede suprimir temporalmente nuestros derechos de manifestación y reunión...

Es cierto que hay un valor superior que todos sabemos que debemos proteger, nuestra salud, individual y colectiva, y  ello produce confrontaciones entre derechos constitucionales e incluso con algunos que aparecen en la declaración universal de los derechos humanos. No se trata de hacer una valoración jurídica de fondo sobre esa colisión, ese choque entre normas, pero sí puede es necesario saber si hay una suficiente justificación a las limitaciones a las que estamos siendo sometidos, si hay otra forma de gestionar la situación de una forma menos lesiva para nuestras libertades básicas

Vamos a lo concreto,  el pasado 8 de mayo la delegación del Gobierno Central en Madrid impidió las manifestaciones previstas para ese día en la capital del reino, sin  entrar en el objeto de las mismas, pese a su importancia, y su interés social. Ese mismo día, a la misma hora, en el mismo país, con el mismo lema, regidos por la misma constitución, con una población similar, con unos números muy parecidos en cuanto a afectación de la pandemia, en Madrid no se podía ejercer ese derecho de manifestación negado, totalmente, en todo su territorio, por esa Delegación del Gobierno, por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, y donde el Tribunal Constitucional no da amparo para la suspensión cautelar de estas resoluciones. Mientras en Barcelona no había ningún problema legal para ejercer el mismo derecho a la manifestación.

El argumento, que puede parecer jurídicamente algo peregrino, es que en Madrid había previstas más manifestaciones que en Barcelona, pero el no permitir la más mínima manifestación ese día en dos lugares tan similares, parece llamativo y preocupante, ¿tienes más derechos por vivir en Barcelona, Bilbao, Santander, Guadalajara, que en Madrid ese día en cuestión?.

Hemos visto como tribunales superiores de Justicia de varias CC.AA. han tomado resoluciones totalmente distintas sobre una misma cuestión.

Hemos visto como tribunales superiores de Justicia de varias CC.AA. han tomado resoluciones totalmente distintas sobre una misma cuestión. Como  jueces y magistrados a los que no se les conoce una formación en medicina y mucho menos en pandemias, aunque alguno de los que dictó esas resoluciones diga "que los expertos en la materia son unos médicos que han realizado, simplemente, un cursillo", cierto, que ante el escándalo de sus palabras se retractó de las mismas, pero que dejan claro su pensamiento expuesto con luz y cámaras en más de una tertulia, donde muchas veces algunos jueces, se contaminan con sus opiniones sobre cuestiones que más tarde tendrán que juzgar. En un estado de derecho todos estamos sometidos a crítica, y tenemos nuestra libertad de expresión, pero los hay que su ego es más grande que su profesionalidad. Por ello, cuando se toman medidas que son muy discutibles socialmente, sobre todo por una falta imperdonable de nuestros legisladores, que no han sido capaces en más de un año, de tener unas normas que den seguridad a los ciudadanos, que se sientan protegidos por las mismas, y seguimos usando o limitando normas y derechos constitucionales, que nada tienen que ver con el uso para el que se están empleando. La falta de una legislación específica para estas situaciones de pandemia es un grave error de este gobierno, con una gran ayuda también de una oposición destructiva.

Esas medidas muchas veces muy discutibles, con tantas normas como CC.AA. nos pueden llevar al absurdo, y a un uso partidista y electoral de las mismas, un claro ejemplo de ello es la Comunidad de Madrid. Allí la Sra. Ayuso ha hecho de su enfrentamiento con el Gobierno Central, un elemento diferenciador, para ocupar un protagonismo que nunca debió tener, y  quizás la convocatoria de unas posibles elecciones anticipadas tengan mucho que ver. En este país se sigue usando eso de que "lo importante es que hablen de uno", lo que digan igual es lo de menos, ser famoso y popular es triunfar. Esa lucha por el cierre de los establecimientos, los horarios, cierres perimetrales, se han llevado al extremo del ridículo, donde alguno espera lo que diga el otro, para tomar la posición contraria, y donde lo que menos importa es nuestra salud.

Ya sabemos, y lo hemos asumido con enorme naturalidad, que dependiendo  de la comunidad en que nos encontremos situados podemos ejercer unos derechos u otros, el gran problema es la falta de una justificación racional y jurídica de esa legislación tan necesaria.  ¿Es lícito privar, en igualdad de condiciones, a un ciudadano de unos derechos y a otros no? Hay limitaciones que se pueden considerar menores como uso y disfrute de la propiedad, así, si se posee una vivienda en otra comunidad, y no puedes disfrutar de la misma, pero sin embargo tienes que realizar los pagos de agua, luz, basuras, abonar cuotas e  impuestos como si pudieras hacer uso de la misma. Lo mismo pasa con los seguros tanto de las viviendas, como de los vehículos a pesar de no poder usarlos sigues abonando lo mismo. La principal premisa para el pago de un seguro es el riesgo, pero si el mismo no existe, ¿por qué nos cobran igual?. 

Pueden ser pequeñas molestias, pero nos sirven para ilustrar el gran vacío legislativo, que nadie ha querido reparar. Ahora bien, hay algo mucho más preocupante que nos están anunciando, donde cada uno va a poder tener unos derechos diferentes según esté o no vacunado, creando una desigualdad digna de ser contemplada y reparada por la justicia. Ver como ciudadanos de la Unión Europea pueden viajar a nuestras Islas, incluso con un índice superior de casos de Covid-19, y sin embargo, nosotros no podemos ir a esta parte de nuestro propio país es para nota.

Nos puede convertir en ciudadanos de primera y de segunda según estemos o no vacunados, y todo esto lo asumimos con una tranquilidad que es de preocupar, no se acaba de ver un movimiento que defienda algo que ha costado tantos años lograr como son nuestros derechos constitucionales. Parece que estamos anestesiados, dormidos, y donde lo mismo nos meten la mano en la cartera que a nuestros derechos, y lo asumimos con una naturalidad de asustar.

Ahora que se reparte en maná de los fondos europeos, ya tenemos circo, cortinas de humo para dar y tomar con las mociones de censura, elecciones anticipadas, compraventa de voluntades...Todo menos lo que realmente nos preocupa, nuestra salud, el paro, ese futuro que nos los dibujan tan oscuro,   Nuestros representantes están muy ocupados, en mirar qué hay de lo suyo, pero ¿quién se ocupa de lo nuestro? ¿estarán en riesgo hasta nuestros derechos fundamentales?

¿Nos están robando nuestros derechos fundamentales?
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