sábado. 20.04.2024

Mirando las estrellas mientras avanza la extrema derecha

Los más de 62 millones de votos de Donald Trump, los cerca de 50 millones de votos de Jair Balsonaro en Brasil, tienen que servir para una profunda reflexión.

"Mirando las estrellas se ve el cielo, pero nunca se alcanza", y quizás somos demasiados los que nos pasamos el tiempo contemplando cómo suceden los acontecimientos sin ser protagonistas de los mismos. La realidad es que hay una extrema derecha que se echa a la calle, que llena las urnas de votos, mientras otros discuten sobre el sexo de los ángeles, quién puso primero el huevo, o si son rojos, colorados o aterciopelados.

Los más de 62 millones de votos de Donald Trump, los cerca de 50 millones de votos de Jair Balsonaro en Brasil, tienen que servir para una profunda reflexión,  por qué son más atractivas políticas que parecían desechadas y desfasadas hace mucho tiempo, vuelven con tanta fuerza, con unas ideas que pueden ser un retroceso dentro de los derechos humanos y la propia democracia.

Dicen que "algo tiene el agua cuando la bendicen", y algo tienen que tener estos mensajes que siendo tan simples, en muchos casos retrógrados y desfasados, para que sean más atractivos y tengan más credibilidad. Ver el avance de esa ultraderecha en los admirados países nórdicos: Suecia, Noruega, Dinamarca.. se nos cae un mito, por centro Europa de tan triste recuerdo, tiene que servir para que salten las alarmas. Austria, Alemania, Holanda, Bélgica... Pasando Le Pen en Francia, Amanecer Dorado en Grecia en todos esa extrema derecha sigue ganando terreno.

Por si faltaba algo llegó el populismo de una Italia, que mezcla churras con merinas y hace un híbrido infumable cerrando fronteras y abriendo promesas

Por si faltaba algo llegó el populismo de una Italia, que mezcla churras con merinas y hace un híbrido infumable cerrando fronteras y abriendo promesas, que por muy irreales que puedan ser, su música suena demasiado bien, para los que se dejan embaucar por la melodía. Distinguir derecha e izquierda en ese país ya parece un imposible.  Su ministro del Interior, Matteo Salvini, con Liga Norte siendo la tercera fuerza está absorbiendo al movimiento populista "Cinco Estrellas". Salvini  no se corta, ataca a la Unión Europea culpable para él de todos los males de Italia, de Europa y del mundo mundial, ya sabes "dales un enemigo externo y los unirás contra él", insulta a los refugiados llamándolos "carne humana" encima hay aquí quien le ríe las gracias. En una sociedad cada vez más preparada, con más información, que esta política xenófoba tenga  éxito y siga escalando en las encuestas, desde luego es para preocupar.

Mirar hacia los países del antiguo telón de acero no es consuelo, padece la ley del péndulo, Polonia, Hungría, Rumania,.. la verdad es que es para echarse las manos a la cabeza, muchos de los que hoy están en la Unión Europea tienen normas que no cumplen los mínimos niveles de democracia y respeto a los derechos humanos para su admisión en la misma. Que la extrema derecha está en aumento en todo el continente es una realidad, no una opinión. Se alimenta de la crisis, corrupción,  inmigración, rechazo a la UE,  el hartazgo de muchos de la clase dominante, el antiestablishment, hay que reconocerlo de donde alimentarse no le falta. Son malos tiempos para la  lírica, quizás hay que pasar a la acción, y si nuestras ideas pensamos son mejores hay que defenderlas, no simplemente contemplarlas, se necesita más gente participando, plantando la cosecha para recoger los frutos, que alucinando mirando como sube esa derecha radical e insolidaria. 

El gran problema es lo que representan quienes desde los púlpitos riegan la xenofobia

Qué está pasando para que con mensajes cortos y primarios, con mucho menos esfuerzo consigan más y mejores resultados,  puede que demasiadas veces se hayan realizado promesas luego no cumplidas, se haya perdido la credibilidad, con la corrupción, y el olvido de una buena parte de la sociedad , creando el campo de cultivo para ideologías, que les basta con enseñar los defectos y vergüenzas de los demás para crecer ellos. Etiquetar como nazis, fachas a todos los que no piensan como nosotros, además de injusto, es ya darles un gran triunfo, el de ser posiblemente la mayoría.

Medidas como la subida del SMI a 900€, el control de los alquileres, actualización de las pensiones con el IPC, aumento de las ayudas a dependientes, en los presupuestos de 2019, si esto no es maquillaje para próximas elecciones pueden ser pasos positivos. 

Hay quien se rasga las vestiduras porque VOX haya llenado Vistalegre con 10.000 personas,  con toda la publicidad que algunos han dado a la fundación del dictador y a esos movimientos quizás no hubieran sido tantos, pero el gran problema es lo que representan quienes desde los púlpitos riegan la xenofobia,  y sobre todo quienes les ponen altavoces para que su mensaje parezca creíble, movimientos que disfrazan sus vergüenzas con banderas y estandartes, ya lo decía Paco Ibáñez versionando a Georges Brassens, para algunos "en el mundo no hay mayor pecado que el de no seguir al abanderado".

Mirando las estrellas mientras avanza la extrema derecha
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