viernes. 19.04.2024

Francia, el espejo

El Partido Socialista Francés se ha quedado en la marginalidad con apenas el 6%, y la derecha, los republicanos, ven como Macron se lleva la mayor parte de su electorado, aviso para navegantes...

¡Cuántas veces se escuchaba aquella maldita frase que nos sacaba los colores, donde se decía que "África empezaba en los Pirineos"!   Sentíamos como nuestros vecinos del norte nos miraban por encima del hombro, o con compasión por vivir bajo el yugo de una dictadura. Hoy, afortunadamente, este estigma se ha diluido, quizás nuestro europeísmo también tiene mucho que ver con esas condiciones en las que hemos vivido la mayor parte del siglo XX.

Francia ha sido siempre un espejo donde mirarnos como país,  no hay duda, la envidia que pasábamos cuando se cruzaban los Pirineos para  ver una película, realizar compras o disfrutar de una libertad que nosotros en aquellos tiempos, teníamos vedada, y ni podíamos soñar.  Aquellos que nos acercamos o ya superamos la frontera de los 60 tenemos todavía esa marca, que deja el vivir en un régimen dictatorial, que hoy, afortunadamente, suena a película de Camus, Bardem, Trueba o Berlanga... en nuestra memoria colectiva se valoran mucho más épocas como la transición, que ahora padece un extraño revisionismo.

Esa Francia que tanto admirábamos, un modelo avanzado en tantas realidades sociales, desde los valores de la revolución "Liberté, Égalité, Fraternité,"   de la muy lejana Primera República,  laica, inspiradora de nuevas realidades sociales. Pasando por el renacer de un país después de la II Guerra Mundial, con la Quinta República, la de los padres del europeísmo con Jean Monnet y Robert Schuman a la cabeza, hasta llegar al despertar del mayo del 68 inspirador de otros más actuales, incluso los restos de nuestros partidos en la clandestinidad, con un socialismo hegemónico o en cohabitación con la derecha, dirigido por Mitterrand. Siempre que miramos hacia Europa, Francia es nuestra puerta de entrada.

El partido socialista que  se está devorando internamente, puede mirarse en el espejo francés, y sacar sus propias conclusiones

Actualmente, y siendo ya una realidad el Brexit, el peso de Francia dentro de la Unión Europea es mayor, junto con Alemania son claramente las potencias dominantes, y sus realidades marcan una clara influencia dentro de la misma. La aparición de un movimiento centrista y europeísta encarnado en el joven exbanquero y exministro de Hollande, Emmanuel Macron, es un hecho relevante, y para la reflexión. Un movimiento que ha salido del fracaso de los grandes partidos políticos, una derecha que la corrupción ha golpeado directamente a su candidato, y un partido socialista dividido, con una historia reciente de mal recuerdo, y donde incluso sus líderes pedían el voto para el propio movimiento de  Emmanuel Macron,  la Asociación para la Renovación de la Vida Política, (En Marche!)

Es fácil caer en las comparaciones por las similitudes y paralelismo con nuestra situación política, que sin duda "haberlas haylas"el partido socialista que  se está devorando internamente, puede mirarse en el espejo francés, y sacar sus propias conclusiones, para no llegar al borde de la desaparición, como lo han logrado Hollande, Hamon, Valls y compañía.  Por otra parte, Francia tiene una extraña conexión entre la extrema derecha y la extrema izquierda, cuya suma puede superar ampliamente el 40% del electorado, y donde se da una realidad digna de estudio,  de cómo esos votos pueden caminar de un extremo al otro.  Así, Marine Le Pen y su partido consiguen la mayoría de sus votos de feudos tradicionales de izquierda, e incluso núcleos considerados históricamente del Partido Comunista. Es un voto del descontento, contra el establishment, al igual que el de la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, y sin embargo, ante posiciones tan antagónicas se producen discursos que llegan a un mismo sector del electorado. Así Le Pen apeló directamente al electorado de Mélenchon, para que "paren al banquero". Hay que recordar que Mélenchon ha sido el único líder que no ha pedido el voto para Macron, con el fin de frenar a esa extrema derecha que da miedo por sus posiciones xenófobas y excluyentes. Mélenchon tiene muchas similitudes con el líder laborista inglés Jeremy Corbyn con una posición radical en la izquierda, ambigua con el Brexit y a veces extraña en otros temas sociales.

Macron, hoy tiene overbooking de la derecha y la izquierda para entrar en su movimiento, su fuerza emergente ha conseguido llegar a una gran capa del electorado

Por otra parte, está el fenómeno del partido de Macron que ha pasado en un año de no existir a conseguir 20 millones, el 66% del voto emitido. Puede ser cierto que los partidos tradicionales se lo han puesto más fácil, pero con todo hay un cambio del electorado que es extraño en ese espacio de tiempo, y como todo lo que nace es todavía una auténtica incógnita. Formar cuadros para dirigir un país en tan poco tiempo también es un grave riesgo, en nuestro país, Podemos ni se presentó a las municipales en muchos lugares por ese problema. El impulso a las políticas europeístas con el Brexit de fondo es un alivio, más si la alternativa era la salida de Francia del euro, la vuelta al ultra nacionalismo rancio, aunque sea con caras más amables. La realidad es que sigue la preocupación por una Europa que corre por el camino del neoliberalismo, "que se ha preocupado mucho más de salvar las grandes cuentas de bancos y Estados, que las graves situaciones que sufren los ciudadanos que la componen".

Hay quien ha querido comparar o sumarse al carro de Emmanuell Macron, con Albert Rivera y a "En Marcha" con Ciudadanos, ideológicamente si pueden tener muchos puntos de encuentro, pero estamos ante realidades muy distintas. Macron, hoy tiene overbooking de la derecha y la izquierda para entrar en su movimiento, su fuerza emergente ha conseguido llegar a una gran capa del electorado, aunque también haría bien en mirárselo, ya que hay encuestas que dicen que el 59% de su voto es prestado, con el fin de poner barreras al Frente Nacional.  Su reto será que en las elecciones legislativas, ese voto no se vaya por donde vino. Mientras tanto en nuestro país, la derecha sigue sin asumir sus graves responsabilidades con la corrupciónel  PSOE con su desgarro interno y externotienen en Francia su espejo de lo que en el futuro les espera, el Partido Socialista Francés se ha quedado en la marginalidad con apenas el 6%, y la derecha, los republicanos, ven como Macron se lleva la mayor parte de su electorado, aviso para navegantes...

Francia, el espejo
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