jueves. 25.04.2024

Elisa

Elisa de voz pausada te envolvía en su relato y acababas contagiado de su optimismo, a lo largo del tiempo hemos podido comprobar que esta pareja con más de 90 años eran de los que se agarraban a la vida y a sus sueños con una intensidad que emocionaba

Fue hace ya décadas cuando conocimos a Elisa y Ángel, un matrimonio de jubilados que había comprado una pequeña vivienda en Cantabria,  como decía ella "para pasar los últimos años de su vida en un lugar tranquilo, cerca de la mar, donde poder dar los paseos agarrados de la mano por las hermosas playas de Berria, Helgueras y Ris... por Argoños, Arnuero, Santoña, Noja..."

Vinieron de vacaciones desde Madrid y al conocer el lugar literalmente se enamoraron del mismo, no con pocos esfuerzos compraron una casa, de una sola planta que les permitía  por su edad no tener que subir y bajar escaleras. Apareció en una reunión de AMA, se acercó y preguntó si nos podía ayudar, que ella era muy mayor, pero "que había visto muchas cosas en su vida, aunque pocas injusticias tan grandes como las que se estaban cometiendo con nosotros, qué sean las propias instituciones quienes te estafen, secuestren tu patrimonio y hasta te roben el futuro".

Ellos eran de esas personas que no levantan la voz, mas cuando hablan sus palabras te llegan por estar realizadas desde la experiencia, desde la razón y sobre todo desde el cariño

Ellos eran de esas personas que no levantan la voz, mas cuando hablan sus palabras te llegan por estar realizadas desde la experiencia, desde la razón y sobre todo desde el cariño. En  una de las numerosas Marchas a Santander que realizábamos para pedir una solución a las instituciones, inocentes de nosotros pensando que al ser infracciones cometidas por las Administraciones pronto sería subsanado, Elisa y Ángel salieron en los medios de comunicación, era el matrimonio  de mayor edad que realizaba la Marcha, Elisa 82 y Enrique 84 años. Por el camino ella me fue contando las ilusiones que tenía depositadas en su casita, las obras que quería realizar y como la quería decorar, recuerdo que la miraba asombrado ante tanta ilusión y los proyectos de futuro, nos enseñó que la ilusión y las ganas de vivir no tienen edad.

Elisa de voz pausada te envolvía en su relato y acababas contagiado de su optimismo, a lo largo del tiempo hemos podido comprobar que esta pareja con más de 90 años eran de los que se agarraban a la vida y a sus sueños con una intensidad que emocionaba. Ella era de esas personas que hacen la vida más agradables a todos, siempre con una sonrisa para iluminar tu camino, donde la amabilidad, el respeto y el afecto forman parte de un todo que la hacía tan especial, y del que en nuestra asociación hemos querido que fuera un sello que nos reconociera. El tiempo iba transcurriendo y a pesar de la colección de promesas de nuestros responsables políticos las soluciones nunca llegaban, eran muchos los se caían, unos del tren de la vida, otros en la tristeza, e incluso en ese profundo pozo de la depresión, donde siempre te preguntas ¿qué he hecho yo para merecer este castigo, esta condena?.

Ante tanto pesimismo la sonrisa de Elisa te descolocaba, nos decía que ella tenía que dar las gracias porque tenía mucha suerte, la de no estar sola y miraba a su marido, la de conocernos a nosotros, y como esas abuelas cariñosas te llenaba de besos. Elisa se fue de nuestras vidas como llegó sin hacer ruido, sin molestar, en silencio, pero nos queda su recuerdo y su gran huella en nuestros corazones, también desgraciadamente  la rabia porque una vez más uno de los nuestros se ha ido, sin hacer justicia con él y su familia; de ello hay culpables directos, los que realizaron los ilícitos que dieron lugar a tanto sufrimiento, los que eran responsables de los ayuntamientos afectados y los miembros de aquella nefasta Comisión Regional de Urbanismo que presidía hace ya tantos años nuestro presidente Miguel Ángel Revilla, él es de los pocos que todavía está a tiempo de, por lo menos, reparar el daño causado a las víctimas que quedan de esta gran injusticia. Él sigue en activo y en el cargo de mayor responsabilidad de nuestra Comunidad.

El tiempo sigue pasando, la actual legislatura llega a su final, desde AMA seguimos trabajando, seguimos buscando soluciones. Los años pasan, se acumulan décadas, ya no tenemos las mismas fuerzas, muchos como Elisa y Ángel se nos ha ido, y van más de cien, siendo realistas los demás vemos el final más cerca, pero desgraciadamente la injusticia permanece, se hace más grande con el tiempo,  cuanto más débil es un colectivo más desprotegido está. Sientes rabia al pensar cómo se puede hacer tanto daño a tanta buena gente.

Elisa se fue de nuestras vidas como llegó sin hacer ruido, sin molestar, en silencio, pero nos queda su recuerdo y su gran huella en nuestros corazones

Ser ciudadanos totalmente respetuosos con las normas en vigor, con todo el mundo, no cortar calles, ni romper farolas, no querer molestar a los demás con más problemas, han supuesto olvido y marginación. Simplemente se pide un final para tanto sufrimiento, el aprobado por todas las instituciones: Parlamento de Cantabria, Senado, Unión Europea, ... y que sea en esta legislatura. No sigan gastando los recursos de los ciudadanos en dilatar procesos, en esconder el problema, en seguir teniendo secuestrado el patrimonio de cientos de familias durante décadas.

Elisa nos decía, "sólo pido no dejar problemas a mi familia", desgraciadamente no hemos sido capaces de cumplir su deseo, pero mientras haya fuerza seguiremos haciendo camino, este colectivo se merece una solución final. Es justicia que pedimos a los responsables de las instituciones, a los jueces, y a todo el que nos pueda ayudar. Ella nos enseñó que la vida es demasiado hermosa y que nadie se merece que le roben sus ilusiones y su futuro ni con 19, ni con 91 años.

Elisa
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