jueves. 25.04.2024

San Valentín y también más cosas

Como medida de presión, y también de visibilización, los visitantes que acuden al pabellón o al stand en donde está representada Cantabria, quizá podrían aprovechar la oportunidad y el momento para mostrar que el territorio en el cual se incluye Cantabria, o mejor, a la Cantabria Histórica, posee una lengua que es específica de este territorio, y que antes que el castellano ha sido el cántabru.

Cada 14 de Febrero se celebra en varios países del mundo con gran entusiasmo y alegría el Día de San Valentín. Un día muy especial para muchas personas, pero a veces, y también, una nueva ocasión desaprovechada (cuando esto no debería de ser así) para dar valor y resaltar la importancia de utilizar nuestra lengua cántabra en vez de una extranjera y/o a veces impuesta, y quizá demasiado asociado a lo que es comercial y/o especulativo, mercantil y/o registral.

Baste esta introducción para resaltar y poner como ejemplo el que el Ayuntamiento de Astillero instaló en Febrero de 2021 un “Banco del Amor” en las inmediaciones del parque de La Planchada como nuevo reclamo turístico para el municipio, y todo ello dentro de su plan “Astillero donde quieres estar”.

Este banco, que fue colocado coincidiendo con la semana previa a la celebración de San Valentín, y que a su vez estaba ligado a varios proyectos, así como a concursos y a una lectura de poemas telemáticos (ninguno en cántabru), podría haber tenido (por ejemplo) un texto o quizá alguna palabra en cántabru, en vez de una referencia inglesa que poco o nada tiene que ver con nuestra tierra.

Que bien que habría sido el que este Ayuntamiento hubiera tenido la feliz idea de ser original a la hora de utilizar esta ejecución u obra

Se trata de un banco realizado en acero corten para dos personas que cuenta en su parte posterior con un corazón gigante de dos metros de altura en el mismo material, así como un corazón interior con la palabra “love” en el centro. Dispone también en su interior de luces led que cambian de color (y en las que los tonos rojizos son quizá los mayores protagonistas), junto a las grúas de Astander al fondo: icono de la localidad.

Que bien que habría sido el que este Ayuntamiento hubiera tenido la feliz idea de ser original a la hora de utilizar esta ejecución u obra, para haber hecho gala de consideración y de respeto hacia nuestra lengua propia, única y singular.

Pero no todo está perdido aún si se sabe utilizar acertada y convenientemente la imaginación y la creatividad (aunque sea en acero corten), y se pone junto a ese “corazón-love”, también palabras, frases y textos en cántabru. ¡¡ Eso sí que sería celebrar un San Valentín por todo lo alto y encima en cántabru !!, aunque en el centro del banco aún tengamos que ver un “love”.

Todo el mundo sabe que Cantabria es un país de mar, por eso, y puestos a hacer grafitis urbanos, ¿por qué no decantarnos por realizarlos en edificios abandonados o de cierta altura y/o elevación? Por ejemplo, uno que tenga que ver con la mar (como lo nombran las gentes del mar), así como con esos muchos y variados colores y matices que el mismo puede albergar bajo un cielo cambiante de los solsticios y los equinoccios, los rojizos del atardecer, o por ejemplo, la oscuridad de la noche

Obras así, aparte de poder ser contempladas desde diferentes lugares de un municipio (e incluso desde localidades aledañas), si en los mismos se ponen y se añaden palabras y caracteres cántabros, sin duda esto podría servir para sobre y en sus muros escribir como se dicen y se nombran los pescados en Cantabria, y no una que no es propia y característica de nuestra tierra, y que a veces imponen “salvajemente” (y en no pocas ocasiones con poco respeto) las grandes superficies comerciales, mostrando así y de esta manera una nula empatía por las señas de identidad propias y específicas del lugar donde estas empresas se asientan y luego tienen sus beneficios. Unas ganancias muchas veces a costa de tener que cerrar no pocos locales y pequeñas empresas familiares, que sí que utilizan el cántabru y las denominaciones cántabras para referirse a esos pescados que son singulares y específicos de nuestra mar.

Una de las maneras más efectivas y de más largo alcance (eficacia) a la hora de dar a conocer el cántabru es dar charlas y conferencias en los pueblos un día acordado y/o determinado. Esta proximidad y cercanía con la población y el entorno es el camino que han seguido a pies juntillas todos los movimientos lingüísticos que en favor de su lengua nacional se han propuesto su elogio y su dignificación, su alabanza y su ensalzamiento.

Es muy sencillo, solo hay que hacer y proponer esta pregunta: “¿Quieres que demos una charla de cántabru en tu localidad? A continuación hay que poner una forma de contacto, que, por ejemplo, puede ser esta: “Escríbenos tu idea o la de tu asociación a la siguiente dirección…”.

Más tarde se pueden realizar diversas y diferentes gestiones a través de los organismos o asociaciones culturales respectivas y competentes que en esa población o lugar operen, a fin de poder así coordinar con garantías y éxito el futuro encuentro y/o evento.

FITUR (acrónimo de Feria Internacional de Turismo), recientemente celebrado, es un evento internacional que tiene lugar anualmente en el IFEMA (acrónimo de Institución Ferial de Madrid), y en su 44º aniversario es la única feria de turismo que nunca ha dejado de celebrarse. Tiene lugar durante cinco días en los meses de Enero y Febrero, y como hecho destacable, el diario económico español Cinco Días en su momento la consideró (2007) como la segunda feria de turismo más importante del mundo.

Un paseo por sus instalaciones permite disfrutar de placeres y experiencias de otras latitudes, y quizá, con estas referencias sería bueno, adecuado y muy deseable, que este escaparate internacional también pudiera ser estratégica y convenientemente aprovechado para mostrar que Cantabria también posee una lengua propia a la que hay que proyectar y dar a conocer, al igual que ocurre, pintu’l casu (por ejemplo), con el queso, los valles, las playas o las montañas.

Y es así como año tras año se pierde una gran oportunidad de dignificar y de dar a conocer una lengua que es única y singular, concreta y particular.

Como medida de presión, y también de visibilización, los visitantes que acuden al pabellón o al stand en donde está representada Cantabria, quizá podrían aprovechar la oportunidad y el momento para mostrar que el territorio en el cual se incluye Cantabria, o mejor, a la Cantabria Histórica, posee una lengua que es específica de este territorio, y que antes que el castellano ha sido el cántabru.

Estas acciones “de auténtica guerrilla lingüística” (extrapolables a otros tipos de eventos de similares y/o parecidas características) se podrían hacer, bien hablándolas con las personas que allí se encuentran trabajando, o bien visitando, aunque también (y esto es muy efectivo) dejando hojas informativas y/o fotocopias con textos explicativos para dar a conocer esta circunstancia a las muchas personas que hasta este lugar acuden para saber y conocer más acerca de un país singular.

Realizar publicidad a favor del cántabru desde camiones y pick-ups, furgones y furgonetas, camiones clásicos y modernos, autobuses y remolques, vehículos telemáticos y estands móviles, y por qué no, hasta en barcos y globos… es una manera más de hacer “circular” el cántabru hacia todas las direcciones y lugares, transmitiendo así los valores de poner en alza nuestra lengua través de este tipo de iniciativas; que sin duda generan un gran impacto visual y una no menos amplia notoriedad.

Se he estudiado y comprobado que estas acciones y campañas poseen hasta un 80% de “índice de penetración” en la población (cuando no hay campañas electorales), al tiempo que también son un gran catalizador de ilusión y de esperanza.

Realizando colectas públicas para este fin, o bien a un nivel particular, un grupo o una colectividad puede tranquilamente preparar e iniciar con acierto y éxito este tipo de iniciativas en favor del cántabru, generando con ello y así un importante impacto visual entre la sociedad.

Un felpudo es un objeto plano con forma (normalmente) rectangular que se pone ante la puerta de entrada de una vivienda o edificio. Los felpudos y alfombras para las entradas de las casas, que siempre han tenido una amplia gama de motivos y formas, variedades de diseños y materiales diversos, son y pueden ser una manera más de dar a conocer el cántabru.

Los felpudos también se pueden utilizar como alfombras de recepción, habida cuenta de que su localización en la entrada de una casa constituye una forma de bienvenida para los visitantes, si bien es habitual que lleven impresas palabras, mensajes o bien motivos de saludo.

Y aunque en la actualidad algunas empresas los distribuyen como elemento publicitario o de imagen corporativa, si sabemos utilizar hábilmente nuestra imaginación, esta la podríamos emplear para poner sobre el mismo una palabra o frase en cántabru del estilo: “bienviníu a la mi casa” (bienvenido a mi casa) o “bienvinía a la mi breniza” (bienvenida a mi cabaña de montaña).

Siguiendo con la estrategia de dar a conocer el cántabru en la Red, otra manera muy efectiva de hacerlo es comenzar una conversación, un enunciado o una frase con, por ejemplo, un: “Güenas tardis. Buenas tardes”. Mejor (y ahora que al principio aún la lengua cántabra no está lo suficientemente asentada) con su correspondiente traducción al castellano.

Las hojas informativas que se ponen en las comunidades de vecinos, y que todo el mundo ha visto alguna vez, de una manera habitual están escritas en castellano. ¿Pero qué sucedería, por ejemplo, si estas estuvieran escritas también en cántabru a petición de los vecinos de esa comunidad? ¿Quién podría oponerse si se cuenta y se dispone de una mayoría de los votos suficientes como para poder colocar esos carteles en los portales o en los espacios reservados para tal fin?

Esta acción propagandística sería de una repercusión importantísima, pues daría que hablar en las comunidades vecinas colindantes, al tiempo que se enmarcaría dentro de lo que los expertos en favorecer las lenguas minoritarias definen como: “contagio por resonancia”.

El efecto simbólico y místico-espiritual que envuelve a una vela o a una candela siempre ha sido objeto de una especial atención y consideración a lo largo de la Historia antigua y también moderna, pues por medio de ellas se manifestaba, por ejemplo, el respeto hacia ciertas personas distinguidas, o simplemente, determinadas colectividades o entidades de renombre a las cuales se las deseaba festejar. Aunque también se hacía con ellas alusiones y proclamas, deseos y notificaciones, anuncios y revelaciones, que en última instancia tenían como fin el poder llamar la atención de un grupo concreto o una colectividad determinada.

Y es que las velas siempre han sido (y son) uno de los elementos básicos en los rituales, los hechizos y las peticiones, o cuando, por ejemplo, simplemente rezamos o pedimos, enfocamos o meditamos. Su flama representa para muchas personas la fuente de la creación, aunque también para otras, la luz interior del alma que nos une a todos y a todo; revelando por lo tanto información importante sobre el rito o la ceremonia, la petición o el deseo que estamos haciendo o queremos realizar.

El poder hacer cada año, y en fechas determinadas, por ejemplo, una manifestación nocturna en favor del cántabru, serviría para con ello no solo llamar la atención de la colectividad, sino también para crear un sentimiento de simpatía y proximidad hacia la lucha en favor del cántabru que ya traspasaría lo meramente cultural, para seguro instalarse en lo personal, íntimo y particular. Y esto es lo que precisamente se desea con esta acción: traspasar las fronteras de lo meramente “institucional”, a fin de poder hacer así que la lucha en favor del cántabru cobre una nueva dimensión hacia lo social y hacia lo comunal.

Si esta celebración (institucionalizada en el calendario como fecha a celebrar y festejar) se puede convertir en itinerante, la dimensiones y el alcance podrían ser aún mucho mayores, lo que finalmente haría que muchas más personas la comenzaran a sentir como propia y especial, íntima y representativa de un deseo que ya sería colectivo y también general.

 

San Valentín y también más cosas
Comentarios