sábado. 20.04.2024

España no es la nación más antigua de Europa

Existen incluso naciones dentro de España que habiendo nacido en plena Edad Media, cuando España aún no era España y Europa se debatía en infinitas luchas de poder, ya eran soberanas e independientes de cualquier poder o reino.

Que la Corrección Política se ha convertido en la mayor amenaza para la libertad desde la eclosión de las ideologías totalitarias en el pasado siglo, es algo que cada vez resulta más evidente a juzgar por cómo se desenvuelven los acontecimientos más inmediatos y cercanos.

Y así es como podemos afirmar que España no es la nación más antigua de Europa (Francia o Inglaterra, por ejemplo, nacieron antes) como muchas veces (y de manera intencionada) se afirma errónea e inconscientemente; pues no es lo mismo el concepto de “nación” que el de “estado”.

¿Acaso desconocemos (o desconocen muchos historiadores) que lo que define a una nación es un elemento subjetivo (grupos de individuos que creen compartir ciertos rasgos culturales, y viven sobre un territorio al que consideran propio), mientras que los Estados modernos son estructuras político-administrativas que controlan un territorio y la población que lo habita? Afirma José Álvarez Junco (catedrático de Historia del Pensamiento de la Universidad Complutense de Madrid), que “si por nación entendemos un Estado-Nación, con unas fronteras, que responden a un nombre, y ese nombre es España; entonces España no es la nación más antigua de Europa”.

En el Couto no gobernaban reyes, ni tampoco señores feudales, sino que eran los propios vecinos los que elegían a un juez o a un jefe político

Existen incluso naciones dentro de España que habiendo nacido en plena Edad Media (entre los siglos V y XV), cuando España aún no era España y Europa se debatía en infinitas luchas de poder, ya eran soberanas e independientes de cualquier poder o reino, como, por ejemplo, ciertamente sucedió en los confines sureños de la provincia de Ourense. Concretamente en tres pueblos (hoy en vías de extinción: Meaus, Santiago y Rubiás) de apenas 30 kilómetros cuadrados, que el 5 de Octubre de 1143 comenzaron a regirse de forma independiente tras la firma del Tratado de Zamora, cuando dos hombres (Alfonso I de Portugal, y Alfonso VII de León) llegaron a un acuerdo de paz que dio lugar a la creación del Reino de Portugal.

Este lugar se llamaba Couto Mixto, y habiendo sido independiente de España y Portugal, el pequeño reino mantuvo su independencia por más de 700 años, habiendo sido, posiblemente, el primer territorio democrático de Europa. Sin embargo, de aquel tratado nació algo más: un espacio fuera de la ley que era demasiado pequeño como para pelear por él, y lo suficientemente grande como para que naciese una república.

En el Couto no gobernaban reyes, ni tampoco señores feudales, sino que eran los propios vecinos (los cabezas de familia) los que elegían a un juez o a un jefe político cada tres inviernos; el cual era auxiliado por tres hombres de cada aldea: los homes do acordo. La iglesia de Santiago ejercía de Parlamento, al tiempo que era el lugar donde se guardaba el tesoro del Couto Mixto: un cofre con tres cerraduras (uno por cada home do acordo) y en donde se encontraban los documentos oficiales del Couto; los cuales serían saqueados y destruidos por el ejército napoleónico durante la guerra de Independencia española: 1808-1814.

Su origen tiene varias hipótesis, entre ellas la de los coutos homiciados, creados en la frontera en la Baja Edad Media (1300-1500) como lugares donde los presos cumplían condena repoblando tierras tras la ocupación musulmana. Los mixtos no tenían una nacionalidad determinada: podían elegir ser españoles o portugueses según su propio beneficio. Esta situación llevaba también a que los mixtos no tuviesen que pagar tributos en ninguno de los dos países, así como a quedar exentos del ingreso en los ejércitos.

No nos damos cuenta de que toda la Historia ha sido manipulada, cambiada, trastocada y mancillada, en favor de los intereses de turno, adecuados y oportunos

Con Cantabria, Bretaña, Moravia, Córcega, Flandes, Tartaria, etc. han sucedido cosas similares y/o parecidas, además de ser territorios que siempre han tenido su propia costumbre, idiosincrasia y lengua propia. No nos damos cuenta de que toda la Historia ha sido manipulada, cambiada, trastocada y mancillada, en favor de los intereses de turno, adecuados y oportunos… y esto es una realidad; por más que ésta a algunas personas les duela o les cueste reconocer. Por tanto, poco importa que alguien (o “alguienes”) diga que “España es la nación más antigua de Europa”, cuando esto no es verdad; y aunque este concepto sea repetido por mil veces hasta hacernos creer que tal aseveración es cierta cuando no lo es.

Es como lo de la bandera de España, pues hay quien cree que es muy antigua en el tiempo, cuando en realidad solo tiene 176 años. Y aún hay mucha gente que desconoce que la elección de sus colores tienen más bien que ver con un origen práctico, más que simbólico, pues fue pensada como pabellón naval para identificar claramente a los buques de la Armada en el reinado de Isabel II; con un Real Decreto que unificó las insignias y escarapelas de los distintos cuerpos del ejército e instancias del Estado.

Es una falacia muy grande (al cántabru “arrenuncios”: falsedades, “artes”: apariencias, “caloñas”: mentiras, “inflaúras”: arrogancias y “discurriatos”: ocurrencias), decir que España es un país con más de 500 años de historia (situando el nacimiento del Estado Español en la época de los Reyes Católicos: finales del siglo XV y principios del XVI), por la sencilla razón de que el matrimonio de Isabel y Fernando (según coinciden los historiadores), en realidad nunca logra de manera efectiva la unidad de España; y en verdad los Reyes Católicos nunca fundan ninguna nación con una lengua única y exclusiva para tal fin. Ellos, en verdad (pese a su gran y loable logro a la hora de restablecer las instituciones civilizadoras occidentales existentes antes de la invasión aniquilacionista norteafricana), ni tan siquiera son capaces de crear un Estado. Y esto es así porque, sencillamente, cuando muere Isabel (el 26 de Noviembre de 1504), Fernando deja de ser automáticamente el rey de Castilla; ya que solo sería rey de Castilla como simple consorte que era de Isabel.

Ni siquiera “estirando mucho el término del concepto moderno de nación”, España es la nación más antigua de Europa

De hecho, y según apunta el historiador José Álvarez Junco: “La corona de Aragón, la de Castilla, la de Nápoles y Sicilia, y el imperio alemán (incorporado con la llegada de Carlos I); siguen teniendo sus propias normas y derechos, su propia fiscalidad; y hasta su propia moneda”. Y aún más, “hasta el siglo XIX las coronas de Aragón y Castilla tienen monedas diferentes”. Tampoco Álvarez Junco cree que la España de los Reyes Católicos sea un Estado-nación: “Es una monarquía confederal, compleja, y es un conjunto de señoríos”. Una prueba de ello es el “complejísimo escudo” que tenía. “Una nación se ve representada por un animal, dos colores, tres colores, en definitiva, un símbolo sencillo”. Pero el escudo de los Reyes Católicos es “un aglomerado de territorios y señoríos”.

A todo ello se añade que dichos territorios poseían aún antes más que ahora, sólidos y habituales idiomas en los cuales se expresaban con soltura un pueblo llano y poco instruido, con apenas interferencias idiomáticas notables e ininteligibles (aunque también existían dialectos), y sin duda muy diferente a como sucede en la actualidad en los núcleos urbanos; dentro de un área sin duda mayor que la actual, y a la cual en los momentos actuales dichos territorios se circunscribían.

Pero es que ni siquiera “estirando mucho el término del concepto moderno de nación”, y aplicándolo a la unión dinástica nacida con el matrimonio de los Reyes Católicos, España es la nación más antigua de Europa; señala Ruiz-Domènec, catedrático de Historia Medieval de la Universidad Autónoma de Barcelona. “El concepto de nación, tal y como hoy en día se configura, se desarrolló en Francia a finales del siglo XII, y principios del siglo XIII”, explica el experto en historia europea.

Y lo mismo ocurre con Inglaterra: “Adquiere esta connotación nacional a principios del siglo XIII, cuando Eduardo I configura el Parlamento”. Incluso “del reino de Francia, con capital en París, y del Reino de Inglaterra, con capital en Londres, se habla desde el año 1000”, apunta Álvarez Junco. Es el mismo año en el que, según José Luis Corral, nace Islandia: “(…) que se constituye como una nación, con unos hombres libres en la asamblea de Althing”.

Y es que la verdadera historia de España, ni tan siquiera comienza con los romanos (aunque estos la llamaran Hispania), sino con las Cortes de Cádiz; inauguradas en 1810. Para José Álvarez Junco, “si hablamos de nación moderna, de un conjunto humano compacto que se declara soberano sobre ese territorio; habría que remontarse a las Cortes de Cádiz”. José Luis Corral cree, en cambio, que el “Estado Español, tal y como hoy lo conocemos, nace en 1978. En 1972, el Sáhara Occidental era tan español como pudiera serlo la provincia de Albacete”. Por lo tanto, los Reyes Católicos no fundan ninguna nación, y en verdad, ni tan siquiera un Estado regido por una única y exclusiva lengua: la  lengua castellana.

España no es la nación más antigua de Europa
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