viernes. 19.04.2024

Ensayo y experimentación a la riojana. Apuntes y reflexiones

La pasada reforma del Estatuto de Autonomía de 2018 en La Rioja ha servido para que una parte de los socialistas riojanos aprovecharan el proceso de renovación de la norma fundamental de la región para intentar equiparar en términos históricos y culturales el euskera con el castellano en la ley, y por primera vez en la historia de este territorio, equiparando así el castellano con el euskera en el Estatuto de La Rioja

De hoy en un mes será fiesta y celebración en La Rioja, pues es en esta fecha (y desde el año 1982) cuando el pueblo riojano sale a la calle para festejar la promulgación de la Ley Orgánica que aprobó el Estatuto de Autonomía de La Rioja mediante el cual se constituyó como comunidad autónoma uniprovincial. El día anterior, y en la localidad de Santa Coloma, se celebra el pregón del Día de la Rioja para recordar la Convención de Santa Coloma o Junta General de La Rioja, una convención esta que es un acontecimiento histórico (sucedido el 8 de Diciembre de 1812) a través del cual se reivindicó por vez primera la identidad riojana.

Sirva esta introducción para recordar que la pasada reforma del Estatuto de Autonomía de 2018 en La Rioja ha servido para que una parte de los socialistas riojanos aprovecharan el proceso de renovación de la norma fundamental de la región para intentar equiparar en términos históricos y culturales el euskera con el castellano en la ley, y por primera vez en la historia de este territorio, equiparando así el castellano con el euskera en el Estatuto de La Rioja. Y aunque la enmienda a la reforma del Estatuto de Autonomía riojano sobre el euskera, presentada por el Grupo Parlamentario Socialista (a la postre fallida por falta de votos) no salió adelante, sí que al menos ha servido para dar pie a innumerables conversaciones en los hogares y en los bares riojanos.

Y es que aparte de proponer más recursos de IVA o IRPF (para impulsar el autogobierno en La Rioja), sus enmiendas al nuevo Estatuto de Autonomía también contenían un mayor aumento del gasto, o, por ejemplo, autorizar la celebración de consultas populares. Aunque también destacan “la dignidad irrenunciable” de los riojanos “de decidir por sí mismos el reto de su destino político y social”.

Y en la lectura de las enmiendas presentadas por los socialistas sobre el texto normativo vigente, en sus comienzos este no dejaba lugar a dudas cuando en el artículo 9 del Título preliminar se afirman y destacan los “valores esenciales del acervo histórico y cultural riojano”, cuyo primer punto reza lo siguiente: “La Rioja considera la lengua española y el euskera como un elemento esencial de su acervo histórico y cultural, constituyéndose así como lugar de encuentro de todas las lenguas españolas”.

A algunas personas les ha extrañado la incorporación del euskera al Estatuto

A algunas personas les ha extrañado la incorporación del euskera al Estatuto, ya que las referencias a la lengua vasca en las ediciones anteriores del texto (aprobado en 1982, modificado en 1994 y 1999) brillan por su ausencia. Aunque también porque hace más de 600 años que en La Rioja nadie ha vuelto a hablar “euskera”, sino ahora con la movilidad de las personas (que se instalan donde les place y hablan lo que les parece) y las empresas (que deciden y acuerdan cómo y de qué manera se comunican). Y así, el socialismo riojano describe a La Rioja como “una tierra fértil de vidas y lenguas”, destacando la referencia al Monasterio de San Millán de la Cogolla como lugar donde emerge la lengua castellana, y también el vascuence.

No obstante esto no es del todo cierto, pues en las glosas emilianenses aparecen “protopalabras” que no tienen por qué ser necesariamente vascas, ya que antes de que aparecieran las “tribus vascas” (éstas originarias de África, bereberes libiofenicios y tingitanos varios de Mauritania, que entraron en la Península Ibérica en torno al año 219 a.C., cuando Aníbal los dirigía contra Roma; y en torno a 20.000 de ellos se desviaron de su ruta para “invadir las hoy cuencas navarras del Sur); ya los berones (primitivos pobladores celtas de las cuencas riojanas) hablaban una lengua propia inundada de infinidad de celtismos e iberismos varios. No olvidemos que antes de que se produjera la unificación del euskera (con la fundación en 1918 de la Real Academia de la Lengua Vasca, culminándose este proceso en 1968), lo que se podría llamar como “lengua vasca” se podía hablar antaño de hasta 24 formas y maneras diferentes; muchas de ellas (como es harto demostrado) mutuamente ininteligibles entre sí. 

En el espíritu general de las enmiendas registradas por el PSOE en Noviembre de 2018 (más allá del aspecto lingüístico) quedaron resumidos en los párrafos que pretendieron añadir a la exposición de motivos del futuro Estatuto riojano claramente las intenciones, y de esta manera el grupo parlamentario encabezado por Concha Andreu no ocultó en ningún momento su intención de “potenciar el autogobierno” en La Rioja, por lo que para ello anticipó que su propuesta tuviera en cuenta la exclusividad competencial en 50 materias, por las 37 que anteriormente se produjeron. De igual modo se presentaron otras once competencias compartidas (con el Estado) y dieciocho ejecutivas.

Andreu (líder del socialismo riojano) ha mostrado en varias ocasiones su simpatía por reconocer en La Rioja, tanto el castellano como el euskera, y para ello propone que la región encabece “un proyecto plurilingüe desde la pluralidad política”; para lo cual propone que La Rioja sea una tierra de “convivencia lingüística”. O si lo preferimos, y para que todo el mundo lo pueda entender mejor, y bien a las claras, un lugar en donde el euskera se pueda expandir a voluntad con el apoyo y el beneplácito de determinados políticos y actuaciones políticas que aboguen por tal cometido y fin.

Entre tanto en Cantabria se continua sin tan siquiera acometer unas mínimas medias de salvaguarda, promoción, enseñanza y divulgación del cántabru

Entre tanto en Cantabria se continua sin tan siquiera acometer unas mínimas medias de salvaguarda, promoción, enseñanza y divulgación del cántabru (pues las hasta ahora realizadas y acometidas son claramente insuficientes y deficientes), como ciertamente se debería de haber hecho hace ya mucho tiempo, sumergiendo y conduciendo así año tras año a una cultura (que no es castellana) y a una identidad hacia lo que desde el Estado central pretende y dicta que es lo que debe de prevalecer y dominar, con el lógico beneplácito de las sucursales políticas que cómodamente instaladas en el país fiscalizan y dirigen la vida cultural, institucional y política de un territorio al que desean los controladores seguir sujetando y dirigiendo con mil y un entretenimiento de conductismo social inducido y programado; para así luego poder recoger ellos más cómodamente el fruto o el premio de sus interesadas intervenciones e inoportunas intromisiones.

El cantabrismo político habría podido avanzar sin lugar a dudas muchísimo (y hace ya varias décadas), si partidos políticos como lo es hoy el PRC se hubieran implicado a conciencia y con favor, además de con suficiente entendimiento y fuerza, a la hora de abordar esta cuestión que siempre ha sido seña y virtud de una nación singular. 

No haberlo hecho a tiempo generará sus consecuencias y sus lógicos efectos, pues las políticas no combativas y buenistas que solo ofrecen playas, prados y turismo, sin antes contar con una base identitaria fuerte y consolidada que las proyecte en el tiempo, están a todas luces expuestas a ser barridas y apartadas en la ahora y cada vez más fuerte ola de “modernismo” y “globalismo internacionalista unipolar” que amenaza con enterrar y sepultar por siempre y para siempre a aquellas identidades y culturas que no se distinguen por poner el suficiente cuidado y esmero a la hora de defender su legado lingüístico y cultural. Y que en el caso del cántabru este es mucho y muy variado y abundante. 

Tenemos los ejemplos cercanos y próximos de otros territorios que continua y constantemente invierten recursos y medios a la hora de potenciar y defender sus señas de identidad, que lógicamente incluyen también las que en este caso son lingüísticas y culturales. Es así y de esta forma y manera como se nivelan y se compensan los desajustes y las evidentes desarticulaciones que los tiempos y las épocas imponen de una manera inexorable a un mundo cambiante.

Tenemos los ejemplos cercanos y próximos de otros territorios que continua y constantemente invierten recursos y medios a la hora de potenciar y defender sus señas de identidad

Es hora de despertar y es hora ya de reflexionar hacia dónde nos dirigimos, sin dejar de pensar seriamente en manos de quienes en verdad estamos. Por todo ello, y a menos de tres semanas para que en Cantabria se celebren elecciones municipales y autonómicas, el pueblo cántabro tiene una vez más en sus manos (y a no ser que se produzcan intervenciones no deseadas e interesadas en los recuentos de las papeletas) la posibilidad más que real y efectiva de elegir entre lo mismo de siempre, o bien entre aquello que con urgencia desea ser cambiado, transformado y mejorado, para que así la vida institucional y cultural de nuestro pueblo pueda de nuevo volver a soñar y a pensar en cántabru. Y a día de hoy solo la propuesta política de Cantabristas es la que ofrece, sin lugar a dudas, la más que fiable y creíble agenda de cambio y de transformación en favor de una lengua minorizada y amenazada.

No desaprovechemos esta ocasión para transformar nuestro entorno más inmediato y al tiempo poder así también cambiar el inmovilismo y la inacción que tan nefastos y trágicos resultados ha generado a una sociedad, a la cual se le ha privado conscientemente (a través de una calculada agenda de intervención y de participación) de una esencia y de un legado que por herencia y por derecho le pertenece como sujeto político y humano que es.

Ensayo y experimentación a la riojana. Apuntes y reflexiones
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