sábado. 20.04.2024

El aeropuerto de Parayás

“Parayá” es un término cántabro que hace referencia a los lugares cenagosos y/o pantanosos donde se practica la pesca de marisma.

Los aeropuertos no son solo la puerta de entrada a un país, también pueden ser fantásticos escaparates que dan a conocer la cultura de ese lugar y/o territorio. Y si no, que se lo digan, por ejemplo, al Aeropuerto Internacional de Singapur, también conocido como el aeropuerto de Chiangi; que por siete veces consecutivas ha ganado el premio de Skytrax a la mejor terminal aérea del mundo. Y la razón es evidente cuando se observa en el lugar la recreación de una selva artificial con su cascada correspondiente de 40 metros, en un espectáculo en el cada cinco minutos se alternan los juegos de luces y los sonidos en una sincronización asombrosa y realmente fascinante.

Desde que en 1910 la ciudad de Santander celebrase su primer festival aéreo, hasta que en 1948 se abriera oficialmente al tráfico aéreo civil nacional e internacional de turismo y escalas técnicas comerciales pasaron muchos años, sin embargo, sus impulsores tenían en mente el dar a este aeropuerto un indiscutible nombre cántabro; que con el tiempo sería conocido como Aeropuerto de Parayás, en el municipio de Camargo.

“Parayá” es un término cántabro que hace referencia a los lugares cenagosos y/o pantanosos donde se practica la pesca de marisma. Y esto era ciertamente así entonces en el término municipal de Maliaño (a cuatro kilómetros al Sur de la ciudad), al fondo de la bahía, y junto a las marismas de Raos. Al ser un plural nos indica indirectamente que el lugar no era uno, sino muchos, como efectivamente así fue hasta no hace demasiados años en donde no se había edificado y drenado tanto el terreno como hasta ahora en los momentos presentes.

Otras acepciones hacen derivar este topónimo con las paradas o picaderos de los caballos. Sin embargo esta última afirmación (sin dejar de suponer que pudiera ser cierta) no es del todo correcta, pues también resulta que los lugares con agua a donde acuden los caballos, y también otros animales (siendo estos “paradas” o “picaderos”) es más bien: “parandara”; y todo a falta de que también existiera otra denominación para referirnos a estas referencias que aquí y ahora se exponen, y que también pudieran ser. No confundir no obstante con “parandira”, que al castellano esta palabra cántabra de principios del siglo XX aún se empleaba para describir una “parada”. En cántabru koiné sería: “paraa”.

Mucho tiempo después (2015) el aeropuerto sería rebautizado con el nombre de “Aeropuerto Seve Ballesteros-Santander”

Mucho tiempo después (2015) el aeropuerto sería rebautizado con el nombre de “Aeropuerto Seve Ballesteros-Santander” (en memoria del más relevante e insigne deportista internacional cántabro: el golfista Severiano Ballesteros), perdiendo así este aeropuerto su particularidad y singularidad cantabriega, y al tiempo, también dejando de ser el mismo un excelente escaparate a través del cual poder dar a conocer la cultura popular (en este caso el cántabru) de un pueblo singular y siempre apegado a su lengua cántabra.

Y aunque el nombre cántabro de parayas-parayás ya lo han sustituido convenientemente las nuevas autoridades bajo sus parámetros y estándares “más objetivos”, pese a todo y sin embargo, el cántabru bien podría de nuevo volver a estar presente en este aeropuerto si la voluntad política de sus gobernantes y dirigente se viniera a bien para que esto así pudiera ser. ¿Y cómo?

Pues de una forma muy sencilla, por ejemplo, utilizando palabras cántabras en sus inmensos espacios y escaparates, o, simplemente, colocando terminología cántabra y castellana, y por qué no, junto a la también inglesa en sus carteles e indicadores de señalización más significativos.

Esto sería visto por no solo los turistas, sino también por la propia población de Cantabria, que vería así y de esta manera como una seña más de su identidad colectiva es respetada y tenida en cuenta, y todo en unos tiempos en donde la “aldea global” pugna por aniquilar o reducir lo propio y lo personal, lo íntimo y lo individual, a una mera caricatura y parodia, ridiculización y burla.

Hemos querido hoy hablar del aeropuerto de Parayás porque sabemos que desde hace unas semanas su actual director, Bienvenido Rico, se jubilará tras trece años de servicio, siendo sustituido como nuevo director del aeropuerto Seve Ballesteros-Santander por Miguel Ángel Salgado a partir del próximo 1 de Mayo tras haber sido nombrado el mismo por Aena. Un Salgado que es ingeniero aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid, y en la actualidad responsable del Departamento de Ingeniería y Mantenimiento del Aeropuerto de Girona-Costa Brava desde 2013.

Con esta sencilla y humilde disertación queremos contribuir a que la memoria colectiva de nuestro pasado no se pierda

Y puesto que desconocemos si Bienvenido le va o no a decir a Miguel Ángel acerca de lo que significa y significaba antaño en cántabru el nombre del aeropuerto de la capital de Cantabria, hoy con esta sencilla y humilde disertación queremos contribuir a que la memoria colectiva de nuestro pasado no se pierda, como lamentablemente sí que se han olvidado, malogrado y hasta omitido voluntariamente, tantas y tantas referencias cántabras y en cántabru que tienen que ver con nuestra idiosincrasia e identidad como país y pueblo diferenciado dentro de “una aldea global” llamada “tierra”.

El aeropuerto de Parayás
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