viernes. 29.03.2024

Cuando la mejora de la movilidad se convierte en un paripé de cara a la galería

Los hechos son, que el Consorcio no existe, el tren no existe y el autobús es inservible para la mayoría de la población que no entiende cómo es posible que se apruebe lo mismo, año tras año, y no sirva para nada, porque nadie hace nada

La mejora de la movilidad se consigue con la mejora, la reducción de tiempos, la reducción de los costes de desplazamientos, tanto económicos como medioambientales, que aún son más importantes, y con la priorización del transporte que menos impacto ambiental cause.

Todo ello supone una mejora en nuestros derechos y calidad de vida que nos merecemos como ciudadanía. Esto ya se dijo en el Parlamento Cántabro y ahora que ya tenemos estas bases claras la pregunta es, ¿se está haciendo algo realmente importante en Cantabria para ello? La respuesta está clara: “NO”.

En este 2022, y en parte debido a la insistencia en estas y otras reclamaciones de la Plataforma de Jubilados, que nos ha demostrado un tesón encomiable y digno de admiración, un partido se sube al carro de sus reivindicaciones y de paso se coloca una medalla que no le pertenece y vuelve a proponer en el Parlamento la realización de un estudio de viabilidad del transporte público, que se aprueba por unanimidad. Tal vez para que no les den la “tabarra” una temporadita, el tiempo justo para que vean que, una vez más, se queda en intenciones y no en hechos o porque son muchos votos dentro de nada. Resumiendo, lo que tarden en darse cuenta de que, una vez más, les han tomado el pelo.

De nuevo hablamos del tren Santander-Bilbao con paradas en Laredo y Castro Urdiales, cuando quitaron el tren y hasta las vías de Castro Urdiales que servían para que pasajeros y mercancías pudiesen llegar al tren Santander- Bilbao.

Cada campaña electoral se repiten las promesas de los trenes y, una vez más, nos damos cuenta que un tren que pase por Castro es imprescindible

¿Alguien recuerda desde cuándo se lleva solicitando el tren? En 2004 el alcalde de Castro ya solicitaba un estudio para tener un tren Castro Urdiales-Muskiz, para que se pudiese desde allí seguir en tren a Bilbao. Cada campaña electoral se repiten las promesas de los trenes y, una vez más, como cada cuatro años casi desde que lo quitaron, nos damos cuenta que un tren que pase por Castro es imprescindible, no olvidemos que ya anuncian que las infraestructuras no estarán finalizadas antes de 2040.

¿Y mientras, qué? Todo al cajón, como la creación de un Consorcio de Transporte de Cantabria (ese al que nos dirige atención telefónica al cliente de ALSA, la compañía que gestiona la línea Santander-Castro Urdiales, para que solicitemos información sobre si se puede pagar su autobús con la tarjeta de transporte de Cantabria y que no saben que aún no existe) para coordinar los esfuerzos presupuestarios y todas las líneas como han hecho en Asturias o en Vizcaya.

Los hechos son, que el Consorcio no existe, el tren no existe y el autobús es inservible para la mayoría de la población que no entiende cómo es posible que se apruebe lo mismo, año tras año, y no sirva para nada, porque nadie hace nada.

Ahora se propone otro estudio; lo mismo que ya se aprobó en 2020, pero no se hizo, y nos preguntamos ¿para qué?

Ya en 2016 el grupo Ciudadanos planteó en el Parlamento un estudio que publicó la Universidad de Cantabria en 2018 sobre este tema. Ahora se propone otro estudio; lo mismo que ya se aprobó en 2020, pero no se hizo, y nos preguntamos ¿para qué?, ¿para no hacer este tampoco?, ¿para que pase la legislatura y ese sí dado en el Parlamento de Cantabria sirva únicamente para que no reste votos? Y es que, votar en contra queda muy mal. En ese año se fijó un plazo máximo de 4 meses para mejorar las comunicaciones que unen Castro con Laredo y Santander, pero se ve que lo leyeron mal y pensaban que eran 4 años o 40, quién sabe.

Mientras, por ese año el Partido Popular anunciaba que iba a llevar al Parlamento una proposición no de ley para pedir que se dote a Cantabria de un Plan Integral de Movilidad. 

Los problemas y la falta de transporte público es un mal endémico en Cantabria, no sólo en Castro Urdiales, también San Vicente de la Barquera, por ejemplo, tiene problemas, porque ya si hablamos del tren de cercanías, reducción de frecuencias, retrasos, falta de mantenimiento, etc., vemos que ponen todo su empeño en hacerlo desaparecer.

Según el PRC, en esta misma sesión parlamentaria de 2020, el Gobierno de Cantabria apostaba por la línea que une Castro con Liendo, Guriezo y Laredo, apoyando una iniciativa de la anterior legislatura presentada en marzo de 2019. Han invertido 1,7 millones de euros en lograr un sistema unificado de pago que permita políticas tarifarias multimodales y se han gastado mucho dinero en fomentar el uso de todas las líneas de autobuses y tren en nuestra región. 

También nos cuentan que se consiguió que todos los autobuses tuvieran parada en Valdecilla y, que en vez de aumentar el número de usuarios disminuyó en casi un 15%.

Tal vez si se les hubiese ocurrido que estos autobuses que van de Castro a Valdecilla, son tan sólo 4 al día y que, tanto para ir como para volver, no hay autobús que llegue antes de las ocho y media de la mañana ni después de las siete de la tarde, se habrían dado cuenta de que no sirve de mucha utilidad esa parada, ya que ese horario no ayuda ni a trabajadores, ni a pacientes, ni a familiares o cuidadores porque es totalmente incompatible con los horarios que estas personas necesitan.

Inversiones que de ser ciertas no sirven para nada si no se mantiene ni mejora lo más básico

Reír por no llorar, inversiones que de ser ciertas no sirven para nada si no se mantiene ni mejora lo más básico. Hacer el estudio y el tren está muy bien, pero mientras, no se ha hecho absolutamente nada. Para empezar, es necesario reforzar con un autobús a primera hora de la mañana que permita estar en Santander o en Castro antes de las 8 y también a última hora, después de las 10 de la noche, porque sin ello, el acceso a la cultura, a poder dar de cenar a un familiar, a la educación o al trabajo es inviable si se pretende utilizar el transporte público.

Es necesario que exista una página web en condiciones, sencilla, que detalle todas las paradas y horarios, así como que estos estén expuestos en las marquesinas, que se coloquen paneles informativos digitales en las paradas donde se vea qué autobús va a pasar y cuánto falta para que llegue.

Es necesario que el transporte sea a un precio asequible (el billete cuesta casi siete euros ida y siete vuelta, como mínimo, y el descuento no va más allá de un 15-20% si tienes bono de Alsa, (ya que la tarjeta de Cantabria, que te permite un descuento del 15%, sólo sirve para los autobuses directos Castro-Santander y no para los que hacen Irún-Gijón, que son la mayoría de los horarios), cuesta más del doble ir a Santander que a Bilbao.

En un transporte “público” no vale que se mida el precio por Kilómetros, siempre debería ser un precio más razonable y económico viajar por tu provincia. Deberían recordar que es un “servicio” público, no una empresa que debe obtener beneficios. Los beneficios los debe obtener la ciudadanía en su disfrute.

Como una contradicción más, Revilla no dice que el tren va a tener una potencial demanda de usuarios y usuarias de 2,5 millones anuales. La Ministra reconoce que la actual conexión ferroviaria entre Santander y Bilbao es poco atractiva, por lo que la búsqueda de una alternativa al coche es una prioridad. Quizá nuestro presidente debería explicarle el maravilloso horario y lo bien que funcionan también los autobuses.

Nos merecemos un transporte de calidad, y para ello es imprescindible mejorar urgentemente el que ya tenemos.

Cuando la mejora de la movilidad se convierte en un paripé de cara a la galería
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