viernes. 19.04.2024

El próximo y siguiente bloque de la serie Cantabrismo, el número 4, cederá el paso a un diverso elenco de especialistas que posibilitarán la comprensión de los distintos ámbitos que definen el perfil de la Cantabria actual, y cómo el cantabrismo, como ideología y proyecto político de base amplia, ha incidido en su conformación. 

Expuestas las raíces históricas del cantabrismo (bloque 1 de la serie), analizadas las grandes trazas fundacionales de las instituciones autonómicas en relación con las distintas formas de expresión cantabrista (bloque 2), y planteadas las orientaciones evolutivas del devenir político de la Cantabria autonómica (bloque 3), es el momento de conocer cómo se ha configurado el país como consecuencia de los profundos cambios acaecidos en el contexto internacional, estatal e interno, y planteando cómo el cantabrismo político ha coadyuvado a configurar la actual situación o pudiera haber incidido para revertir algunas de las evidencias más contradictorias. 

Cantabria, como sociedad occidental inscrita en el grupo de los países desarrollados, no ha permanecido ajena a las grandes transformaciones que explican el paso de un modelo de sociedad industrial a otro postindustrial. Los historiadores y otros científicos sociales han situado en el incremento de precios del petróleo del año 1973 impuestos por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), como referencia procesual, el inicio de la crisis de las sociedades basadas prioritariamente en el sector industrial que van a dar paso a las sociedades de servicios actuales.  

Adhesión de España a la Unión Europea Adhesión de España a la Comunidad Económica Europea

Cantabria, así mismo, ha experimentado esta evolución en el marco de un contexto de transformación política en el Estado español que instauró un régimen democrático formal desde el franquismo, fundado sobre los soportes de la Constitución de 1978, y ha establecido las bases para la construcción de las instituciones autonómicas que han propiciado su inicial autogobierno. Además, desde 1986, la entrada en la Comunidad Económica Europea ha condicionado este paso de la Cantabria industrial a la de servicios, a partir de consecuencias tales como el desplome del subsector lácteo, el proceso de crisis industrial y subsecuente desindustrialización, y la orientación hacia una economía subsidiaria y dependiente de tamiz turística, baza de las élites interiores desde el siglo XIX a partir del impulso de las actividades de balneario y el ocio de verano y playa. En este sentido, los resortes de un empresariado autóctono y de una empresa pública cántabra que indujera el desarrollo multisectorial han perdido protagonismo en favor de implementos de capital exterior de carácter multinacional que alejan del país los centros de decisión, tal como está sucediendo en el resto del planeta.

Las transformaciones económicas derivaron en contradicciones de tipo social. Las movilizaciones del sector primario en la segunda mitad de los años ochenta del siglo XX, enlazaron con las fuertes contestaciones obreras contra la política de reconversión industrial aplicada por los gobiernos centrales españoles (Reinosa 1987) o las movilizaciones ecologistas que respondían a un modelo agresivo sobre el medio ambiente. La remodelación hacia una sociedad de asalariados que se concentran fundamentalmente en el sector de los servicios, se ha llevado a cabo desde la evolución a una sociedad urbana en la que el peso de lo rural va quedando reducido a referencias simbólicas, y en la que el papel de la mujer cántabra, incorporada al mundo laboral, ha de afrontar una renovada respuesta al patriarcado. La funcionalidad de Cantabria en el contexto estatal, además, la va a convertir en punto de atracción de población fundamentalmente vizcaína y mesetaria

La evolución política de la Cantabria actual ha de entenderse a partir de una democratización española que ha partido de una dictadura franquista que ha prolongado algunas de sus secuelas hasta el presente. El Gobierno de Cantabria ha debido dar respuestas efectivas que no siempre ha sido capaz de ofrecer, respecto a la terciarización que va dejando el campo vacío, la crisis de los servicios públicos y sociales en un proceso de deterioro del “Estado del Bienestar”, o la incorporación del país en un mundo globalizado, que ha de entenderse también a partir de unas instituciones europeas que están evidenciando su profunda crisis en un entorno internacional definido por la creciente disputa por la hegemonía económica, política, militar y cultural. Después del aparente triunfo del bloque capitalista liderado por EEUU tras el fin de la Guerra Fría, con la caída del modelo del “socialismo realmente existente” encabezado por una URSS que desaparece en 1991, y más allá del “fin de la historia” vaticinada por algunos de los exégetas del liberalismo, el mundo deviene multipolar, con un norte desarrollado (Norteamérica, Unión Europea, Japón y sudeste asiático, y países anglosajones del hemisferio Sur) y un sur desfasado (América latina, África y resto de Asia), con las sociedades emergentes disputando al norte su protagonismo (los BRICH -Brasil, Rusia, India, China-). Cantabria afronta su presente y dilucida su futuro como periferia turistizada (Europa del sur) de un subcentro en crisis (Unión Europea) que pierde drásticamente influencia económica y política en el escenario internacional.

Desde una perspectiva más interna, la representación política derivada del régimen de 1978 no se ha reproducido miméticamente en Cantabria como en el resto del estado, precisamente por la emergencia del cantabrismo político. Sin llegar al esquema propio de nacionalidades con conciencia propia más evolucionada, el poder municipal y autonómico ha conocido el surgimiento de diversos proyectos de autoidentificación cantabrista. Es por ello lo necesario de ahondar en la génesis y evolución de un cantabrismo político que ha estribado entre un regionalismo inocuo de representación amplia y un soberanismo que evidencia dificultades para extenderse mayoritariamente, y analizar la supervivencia institucional de Cantabria en un Estado español en crisis, económica, política y territorial. El esquema de representación social y político-electoral ha sido consecuencia también del grado de conciencia de especificidad progresivo entre la población de Cantabria y su identificación con los elementos sustantivos de la cantabridad.

La crisis de los sistemas de representación democráticos y la adaptación de una democracia en cuestión a las circunstancias del país proporcionará el conocimiento de cómo se han instaurado los mecanismos de ejercicio del poder en la Cantabria autonómica y, al mismo tiempo, globalizada. La representación política se establece bajo los mecanismos de una democracia liberal de una calidad progresivamente cuestionada. Y todo ello en un modelo capitalista de consumo que ha de tener en cuenta la huella ecológica de fuentes energéticas y materias primas agotables, y que ha propiciado el aumento de las desigualdades como respuesta de las élites a las luchas obreras encarnadas en su “miedo al comunismo”, hasta llegar a un punto que ha llevado a Credit Suisse a denunciar que el setenta por ciento más pobre de la población del planeta no llega hoy a tener en conjunto ni el tres por ciento de la riqueza total, mientras el 8'6 por ciento de los más ricos acumulan el 85 por ciento.
La Cantabria actual no puede comprenderse sin la integración del país en el marco global definido por las líneas generales culturales del Occidente desarrollado y aún líder. Es por lo que se atenderá a cómo lo universal define las pautas de comportamiento de la sociedad cántabra del presente; a cómo la cultura “globalizada” ha sido asumida por el conjunto de la población de Cantabria; y a cómo las instituciones no han sabido oportunamente propiciar su impulso y no han podido proponer la inserción de “lo cántabro” en la inmediata internacionalización. 

No obstante, simultáneamente, la cultura tradicional de Cantabria también ha proseguido con su aportación más genuina. La Cantabria global ha podido mantener ciertos rasgos de sus peculiaridades que han podido vigorizarse en el presente, tales como la música de raíz, el movimiento folk o la supervivencia de ciertos rasgos de la cultura tradicional, entre las que se atenderán a las “variantes lingüistas de raíz cántabra distintas al castellano”, la lengua cántabra, reivindicada desde una perspectiva inicialmente referencial y cultural. Y también el deporte. Se podrá conocer cómo esta actividad mantiene rasgos propios en sus vertientes vernáculas y fundamenta su práctica de base y su simbolismo como muestra de identidad colectiva. 

Una Cantabria autonómica en un Estado español en crisis y en un mundo azotado por los efectos negativos de una pandemia vírica y de una situación estructural muy incierta es la que, en los rasgos expuestos, nos disponemos a conocer mejor. Globalidad y particularismo, universalismo y cantabrismo, han actuado y previsiblemente continuarán haciéndolo como fuerzas que, imbricadas dialécticamente, posibilitan adentrarse en la Cantabria del presente y del futuro. 

El bloque 4 de esta serie periodística Cantabrismo intentará responder a la comprensión de todos estos sesgos.

 

Viene de: [BLOQUE 4 | ARTÍCULO 14] El PRC, fuerza hegemónica de Cantabria

[BLOQUE 3 | ARTÍCULO 13] Retorno de la derecha al poder: “Lo llaman democracia y no lo es”

[BLOQUE 3 | ARTÍCULO 12] Y en el 2003... Revilla presidente

[TRIBUNA VI] | Breves apuntes sobre Conceju, la izquierda cantabrista

[BLOQUE 3 | ARTÍCULO 11] Cantabria, comunidad histórica y soberanismo

[TRIBUNA V] | Las contradicciones iniciales de la Autonomía de Cantabria: Crisis institucional y regionalismo revillista

[BLOQUE 3 | ARTÍCULO 10] “Charlotín (refiriéndose al expresidente José María Aznar) no es de fiar porque solo se acuesta con su mujer”

[BLOQUE 03 | MESA REDONDA]​ "Hormaechea tenía en mente la creación de un partido nacionalista"

[BLOQUE 03 | ARTÍCULO 09] El PRC llega al gobierno con el fin del cantabrismo de la derecha y el surgimiento del soberanismo cántabro

[TRIBUNA IV] | ICU: La primera alternativa de izquierda nacionalista cántabra

[BLOQUE 03 | ARTÍCULO 08] “ICU reconoce el derecho de los pueblos a su autodeterminación, incluido el de Cantabria”

[BLOQUE 02 | ARTÍCULO 07] “Cantabria no es Castilla ni lo ha sido nunca”

[TRIBUNA III] | El cantabrismo político y el triunfo de la vía cántabra uniprovincial

[BLOQUE 02 | ARTÍCULO 06] “La reivindicación histórica en favor de Cantabria se constituye por primera vez en proyecto político organizado”

[BLOQUE 02 | ARTÍCULO 05] “Como si la eterna y siempre joven Cantabria nos convocara a despertar”

[BLOQUE 02 | ARTÍCULO 04] “A partir de ahora se hablará mucho menos de Santander o La Montaña y mucho más de Cantabria”

[TRIBUNA II] | Particularismo y regionalismo en los orígenes de la Cantabria contemporánea

[BLOQUE 01 | ARTÍCULO 03] | Un proyecto de Estado cántabro frustrado por la Guerra Civil

[TRIBUNA I] | Una vía propia en la Cantabria del final del Antiguo Régimen y la Ilustración

[BLOQUE 01 | ARTÍCULO 02] | Bajo las quimas de una vieja cajiga

[BLOQUE 01 | ARTÍCULO 01] | “El río Ebro nace en el país de los cántabros”

[PRESENTACIÓN] | “A los que en el pasado consiguieron el reconocimiento de las libertades de Cantabria y a los que luchan y lucharán en el futuro”

El perfil de la Cantabria actual y la incidencia del cantabrismo
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