sábado. 20.04.2024

El 26 de agosto de 1937, hace 83 años, Santander caía en manos de las tropas franquistas. Al frente, el general Fidel Dávila, comandante en jefe del Ejército del Norte tras la muerte del general Mola en un accidente aéreo. Pero su entrada en la capital cántabra no fue, ni mucho menos, a resultas de una batalla. Más bien al contrario. Según el periodista Indro Montanelli, la resistencia de Santander “se desmoronó porque aquellos pobres combatientes tenían hambre” tras meses de bombardeos por la aviación franquista.

Dávila, al frente de sus tropas, entraba en la capital cántabra hacia el mediodía entre el recibimiento enfervorizado de una población mayoritariamente conservadora. Su ‘paseo’ fue por la calle de El Alta, que más de 80 años después sigue dedicada al general Dávila, incumpliendo la Ley de la Memoria Histórica. Las tropas sublevadas hicieron 17.000 prisioneros, muchos de los cuales serían fusilados de inmediato, y el resto se moverían entre los diferentes campos de concentración que se instalaron en la ciudad.

La ocupación de la capital fue un paso más en la conocida como ‘batalla de Santander’, un conjunto de operaciones militares que se desarrollaron en Cantabria entre el 14 de agosto y el 17 de septiembre, y que terminaron con la ocupación de la región después de más de seis años de República.

Placa de la calle de General Dávila

Previamente a este 26 de agosto, el día 15 las tropas franquistas lograban copar unos 6.000 soldados gubernamentales en Reinosa después de avanzar, no sin cierta dificultad, desde Barruelo de Santullán (Palencia). Un día después, la IV Brigada de Navarra rompía la resistencia y entraban en Reinosa al anochecer.

El 17 de agosto los italianos de la División ‘23 de Marzo’ conquistaban el Puerto del Escudo, y a partir de ese momento, el avance de las tropas franquistas continuó con la ocupación de Santiurde, San Pedro del Romeral, San Miguel de Luena, Cabuérniga, Bárcena de Pie de Concha, Iguña, el valle del Pas, Torrelavega, Mazcuerras…

Santander supuso el punto de inflexión, y a partir de su ocupación el avance fue progresivo hasta que Tresviso cayó en manos franquistas, dando por finalizadas las operaciones militares en Cantabria.

Hace 83 años, el general Dávila entraba ‘paseando’ en Santander
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