jueves. 25.04.2024

Qué es de un verano sin helados, y más con la fama que estos tienen en nuestra comunidad, donde es imposible resistirse a los ya consagrados helados de Regma o los artesanales y deliciosos helados de López, entre otros. Y es que, elegir el mejor helado de Cantabria puede traer consigo algún que otro desencuentro, pues son varios los que se llevan los principales reconocimientos de los amantes del postre más aclamado del verano. Incluso algunos de ellos han creado sus propias recetas al más puro estilo cántabro, ofreciendo helados de sobaos pasiegos e incluso quesada.

Hay uno que ha conseguido salir ya de nuestras fronteras y es conocido en todo el país. La firma de helados y confitería Regma destaca no solo por sus sabores, sino también por no pecar de escasez en sus porciones. Regma tiene tiendas repartidas por toda Cantabria, no solo en la capital, y además su fama entre los cántabros y turistas la han llevado a expandirse por otras localidades españolas como Gijón, Ribadesella, Llanes, Aguilar de Campoo, Pamplona, Vizcaya, Vitoria, Valladolid e incluso Madrid.

Se trata de helados con el sabor de antaño y una larga tradición que se remonta a 1933, cuando Marcelino Castanedo Miera adquirió la propiedad de una heladería en venta regentada por italianos en la calle Hernán Cortés, 41 (Santander). Regma es la denominación derivada de la fusión del nombre de sus dos hijas, Regina y Margarita, y que ha ido adquiriendo prestigio hasta la actualidad. Ahora está dirigida por la tercera generación y sigue siendo parada obligada después de un día de playa, un paseo o incluso motivo principal para salir con amigos y familiares: comer uno de las grandes y sabrosos helados Regma con sello cántabro.

Los helados López es otro de los emblemas del verano en Cantabria. La pequeña tienda donde se elaboran y comercializan en Ontaneda recibe a miles de visitantes cada verano atraído por el 'boca a boca', y que aprovechan para llevarse tarrinas para poder disfrutarlos también desde casa. Por ello es habitual encontrar cola para hacerse con uno, y es que sus helados bien merecen la pena. Pero hay uno en concreto que se lleva un protagonismo especial, el ya célebre helado de queso de Ontaneda es sin duda su ‘joya artesanal’ más demandada.

Tradición y elaboración artesana también son señas de identidad de los helados Trueba, ubicado en Sarón y reconocido en toda la comarca pasiega. La heladería de Amanda Sainz mantiene las recetas y sabores de antaño y son muchos los clientes que visitan la pequeña tienda de El Ferial de Sarón para disfrutar de uno de los mayores placeres del verano.

 

 

En la capital cántabra encontramos también dos heladerías características, Capri y Monerris. La heladería Capri de Santander ofrece el “auténtico” helado italiano y combina los sabores más populares junto con nuevas variedades como kínder, oreo o galletas cookies. Monerris inauguró su obrador de los helados en 1966, diversificándose y modernizándose hasta la actualidad, cuando cuenta con varios locales en Santander.

Nacidos en la comarca del Besaya, los helados de Covadonga son otros de los más conocidos en la región. El equilibrio entre tradición e innovación también es su punto más característico, con sabores de siempre y nuevos que recorren toda Cantabria en casi una decena de tiendas repartidas por la región y las furgonetas que los acercan a las zonas más costeras para no perderse este manjar en un día de sol y playa.

Por último, los helados de Los Pasiegos, en Hoznayo, han encontrado su hueco dentro de la amplia oferta que existe en la comunidad, y lo han hecho creando sus propias recetas con esencia cántabra como los de sobao pasiego o quesada.
 

Los helados con sello cántabro más aclamados cada verano
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