miércoles. 24.04.2024

Las hamburguesas de supermercado son una alternativa barata y siempre tierna a la carne fileteada. Pero ¿hasta qué punto son equivalentes nutricionalmente?, ¿qué otros ingredientes incluyen? Para responder a estas y otras cuestiones la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado 16 hamburguesas de vacuno frescas: 6 preparados de carne picada y 10 burger meat, que se distinguen por la posibilidad de emplear sulfitos como conservantes.

Presentan casi un 14% de media de grasa, frente al 6% que tiene un filete de ternera

Los resultados, publicados en la revista OCU Compra Maestra de marzo, confirman que a la carne de este tipo de hamburguesas se le añaden otros ingredientes, como la cebolla, la soja, el arroz o el maíz, cortados tan finos que rara vez se aprecian. Su cantidad suele ser mayor en las burger meat, pero varía mucho: entre un 3% (Hamburguesa Nostra Ternera Selección) y un 40% (Eroski Basik Burger meat vacuno); y es el factor que más influye en el precio final. En cualquier caso, la calidad de la carne es al menos aceptable en la gran mayoría de las hamburguesas analizadas. Y, a diferencia del análisis de 2013, no se han detectado otras carnes mezcladas, como la de caballo. No obstante, las pruebas también revelan una significativa cantidad de grasa: casi un 14% de media, frente al 6% que tiene un filete de ternera; es decir, más del doble.

El análisis también revela un alto aporte de sal: 1,46 gramos por 100 gramos de hamburguesa, de media. Y eso sin contar la sal que llevan las salsas que suelen añadirse luego (como el kétchup o la mostaza). De hecho, dos de cada tres hamburguesas superan los 1,25 gramos de sal a partir de los cuales la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición considera que un alimento tiene un exceso de sal. Por eso OCU recomienda no añadir más durante el cocinado.

Entre las 16 hamburguesas analizadas destaca por su buena relación calidad precio la burger meat de El Encinar de Humienta (8,19 €/kg); la Compra Maestra de OCU. Mientras que la peor valoración global es para la Lidl Raza Frisona (6,04 €/kg), con una carne pobre en proteína y rica en colágeno, que además presentó problemas puntuales de higiene. 

En cualquier caso, OCU recomienda priorizar las hamburguesas caseras, sobre todo porque el consumidor puede elegir y ver el corte de carne directamente en la carnicería. Si se prefiere adquirir una ya preparada en un supermercado es preferible no abusar de las burger meat, puesto que incluyen sulfitos, unos aditivos empleados como conservantes y para mantener el color rojo de la carne. Es cierto que no se han encontrado en cantidades preocupantes, pero tienen un efecto suma (se acumulan en el organismo) y pueden terminar provocando dolores de cabeza y náuseas en personas sensibles a ellos.

Por último, OCU recuerda la posibilidad de buscar la localización y el precio prácticamente de cualquier alimento mediante OCU Market, una app gratuita que además permite conocer la información nutricional y de aditivos del producto seleccionado. Basta con leer el código de barras o introducir a mano su denominación.
 

Las hamburguesas de supermercado tienen el doble de grasa que un filete de ternera
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