viernes. 19.04.2024

Viernes, nueve de abril del esperanzador 2021, primera hora de la mañana, un grupo de personas hacen cola en el almacén de la Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos (Fecav) situado en la calle Gutiérrez Solana de Santander para recoger el sustento que sus familias se llevarán a la boca esta semana. Las mascarillas cubren los rostros y las historias de vida particulares de quien pudiera ser cualquier trabajador cántabro arrasado por una pandemia a la que le costó poco llegar y parece que mucho marcharse. Allí no necesitan timbre, ni campana, la Fecav es la puerta siempre abierta de ese vecino dispuesto a ayudar. Las más de cuatrocientas familias afectadas a las que atienden saben que cada viernes pueden contar con ella, pues, como afirma su presidente, Ricardo Sainz, “esta federación está para que los vecinos de Santander tengan alimentos en sus casas, nos movemos y buscamos lo que ellos más necesitan”. Todo ello en un año que no ha sido nada fácil y en el que han tenido que multiplicar esfuerzos. “Estamos dando más de lo que podemos”, afirma.

"En plena pandemia llegamos a tener 1.000 familias, unas 4.200 personas"

La Fecav atiende actualmente a unas 470 familias, que se traduce en más de mil personas las que dependen de ellos para recibir alimentos. Una demanda que crece respecto a años anteriores. “Llevamos en esto desde el año 2007, hemos ido poco a poco para arriba, el año pasado en plena pandemia llegamos a tener 1.000 familias, unas 4.200 personas. Cuando se empezó a abrir y a cobrar los ERTEs bajó la demanda, y ahora están en 470 familias. La gente en cuanto lo necesita busca, no le queda otra”, explica Ricardo. Los afectados, a los que se les toman unos datos básicos, se reparten en cuatro grupos, que, debidamente organizados para llevar un control necesario, acuden el viernes que les corresponde del mes a recoger su lote de productos para poder pasar la semana. El COVID, desgraciadamente, ha traído muchas primeras veces este año, y la de pedir ayuda para recibir alimento diario ha sido una de ellas para muchas familias. Principalmente reciben a gente de Santander y alrededores, “familias de todo tipo y de todos los barrios”, señala Ricardo, a las que reparten las cestas en función del número de miembros que formen la unidad familiar. En ellas incluyen todo tipo de productos de consumo diario tales como legumbres, pasta, verduras, aceite, melocotón en almíbar, tomate, batidos, carne, pescado, cereales, yogures, queso… Además, también cuentan con una sección de alimentos para bebes y niños de pequeña edad.

Estanterías con los productos que reparte la Fecav Estanterías con los productos que reparte la Fecav 

Una gran despensa nacida de la colaboración y solidaridad de vecinos y entidades que sufren la necesidad de otros aportando productos hoy porque, mañana, cualquiera puede cambiar el lado de visión. “La gente en Santander se vuelca, el año pasado teníamos este almacén medio vacío en pleno verano y todas las semanas había gente que te traía el paquete de la semana, estamos muy agradecidos”, cuenta el presidente. Pero el afán de esta Federación no se queda ahí, buscan de manera incansable lo que necesitan los afectados en cada momento, no escatiman esfuerzos para “hacer todo lo que pueden” por estas familias santanderinas. “Necesitábamos para la carne y el pescado neveras y congeladores el año pasado, lo pedimos y nos lo enviaron. La última ha sido llamar al Ayuntamiento de Valderredible que nos ha donado 1.000 kilos de patatas, el banco de alimentos todas las semanas nos dona también productos, aparte de que el Gobierno por mediación del banco de alimentos de la Nación y de la Comunidad Económica Europea nos envía alimentos tres veces al año. Gracias a ello te vas arreglando, además ha habido empresas que se han volcado como el Buen Pastor, y varias lácteas de la zona”, afirma. Y es que, es precisamente leche lo que más demandan las familias. Además, todos los viernes reciben de Eroski repostería del día anterior, algo que la gente también pide mucho, “hay gente que viene a primera hora porque está esperando el pan”, afirma.

Almacén con los alimentos que se reparten entre los afectadosAlmacén con los alimentos que se reparten entre los afectados

"Con un poquitín cada ciudadano llenamos este almacén hasta que no podamos entrar nadie”

Sin embargo, la necesidad no cesa, crece al ritmo que baja la despensa de esta Federación que alimenta a cada vez más santanderinos. “Siempre necesitamos recursos, más dinero, porque es insuficiente”, afirma. Y más en un año que ha sido, en palabras del presidente, “descomunal”. “Hemos necesitado de todo y vamos saliendo también de todo poco a poco, pero lo que necesitamos es ayuda de los vecinos de Santander. Recogemos de todo, no rechazamos nada, que tienen en casa muchos macarrones porque a los hijos ya no les gustan, que nos lo traigan. Con un poquitín cada ciudadano llenamos este almacén hasta que no podamos entrar nadie”, señala Santiago. 

Santander sufre la necesidad cada semana, en primera persona o como mano amiga. La unión de todas ellas, materializadas en la Federación Cántabra de Asociaciones de Vecinos, intenta paliarla con puñados de solidaridad que alimentan el estómago y reconforta el alma. Las familias encontrarán cada viernes en este bajo de la capital, de 11:00 a 13:00 horas y de 17:00 a 19:00 horas, una puerta abierta siempre para ellas.

Sufrimos la necesidad de alimento cada semana
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