Dice el refrán que “rectificar es de sabios”. Y eso es lo que ha hecho el responsable del bar La Frontera de Santander, donde ayer lunes, en el primer día de la Fase 1 de la desescalada, cuando los establecimientos podían abrir sus terrazas al 50% de ocupación, decenas de personas fueron desalojadas por la policía local. Una cantidad de clientes que superaba esa mitad del aforo máximo, y que además salían tanto de dentro del local como de la terraza que se encuentra en la parte trasera del bar.
En una publicación en su página de Facebook el responsable asegura que "era un día especial y esperado y he metido la pata", reconociendo que podría argumentar muchos motivos para lo que ocurrió, pero que "no tengo excusa". "Lo siento por mis clientes y amigos, por la policía municipal que tampoco les gusta hacer estas cosas", continúa, asegurando que "no era mi intención que pasara esto".
Su publicación ha tenido numerosas reacciones de todo tipo. Algunos no parecen haber aceptado sus disculpas, alertando del riesgo que puede suponer lo ocurrido para un rebrote de la pandemia de coronavirus que Cantabria está empezando a superar. Otros, sin embargo, también ponen el foco en la responsabilidad de los clientes, que han acudido al establecimiento incluso viendo que se estaba incumpliendo el aforo permitido. Y algunos también señalan lo que esto puede suponer para el resto de hosteleros, tanto los pocos que han abierto en esta fase 1 como los que han preferido esperar a las próximas etapas.
