La Audiencia Provincial de Cantabria ha confirmado la pena de tres años de prisión a dos hombres que fracturaron la cristalera de un bar de Santander y se llevaron siete botellas de alcohol y la caja registradora, que contenía 100 euros.
En una sentencia notificada recientemente y contra la que cabe recurso de casación, la Sección Primera de la Audiencia rechaza de este modo el recurso de apelación presentado por los dos acusados contra la sentencia del Juzgado de lo Penal nº 1 de Santander.
Esta última les condenó entonces como autores de un delito de robo con fuerza en el establecimiento fuera de las horas de apertura, con la la circunstancia agravante de reincidencia y, en el caso de uno de ellos, la atenuante de drogadicción.
La pena que les impuso a cada uno, y que ahora se ha confirmado, fue de tres años de prisión, así como el pago conjunto de una indemnización de 1.267 euros por los desperfectos causados y los bienes sustraídos.
Los hechos tuvieron lugar durante la madrugada del 14 de marzo de 2022, cuando los dos hombres rompieron una de las cristaleras del bar y se apoderaron de las botellas y la caja registradora. Posteriormente, aparecieron las botellas y la caja con múltiples desperfectos y sin el dinero que guardaba.
La defensa de los condenados alegó en su recurso que no existen pruebas de que los acusados fueran las personas que accedieron al bar. Sin embargo, para el tribunal, pese a que no existen testigos de los hechos ni prueba que acredite de forma directa la culpabilidad de los acusados, los indicios "han sido acreditados en el juicio".
Entre estos cita al propietario del bar, que deja constancia de la fractura del cristal y de la sustracción; un empleado, que oye ruidos, constata que faltan las botellas y la caja, y llama al 112; o los agentes que acuden, que comprueban el robo y escuchan a una persona dar una descripción de los autores e indicar hacia dónde se han dirigido.
En la zona indicada, los agentes encontraron a los dos acusados, uno de ellos con una herida en la mano y la ropa manchada de sangre, que también había en el lugar de los hechos y en la caja registradora, y junto a las botellas.
