martes. 23.04.2024

Digerir todo lo que ha sucedido en el último año es difícil de explicar. Una pandemia, varios confinamientos, restricciones diferentes que tan pronto se implementan como se cambian por otras… La COVID-19 ha traído el caos en todos los sentidos, pero sobre todo en el de ser uno mismo.

Nadie es quién era en febrero de 2020, ni mucho menos. Ahora todo ha sido eclipsado por un virus que ha paralizado la vida, y hace que la sociedad se encuentre ante una pregunta: ¿qué nos está pasando?

Vacunas sí, vacunas no. Trombos, seguridad, miedo, esperanza, desesperanza… Todo lo derivado de la COVID-19 ha provocado tantos problemas que sería casi imposible enumerarlos. Quizás el más importante ha sido incrementar uno de los factores más dañados que ayudan a sustentar a una sociedad, la salud mental.

“Cada vez se dan más casos de ansiedad o depresión”, asegura una experta, quien destaca que “la mayoría de psicólogos están saturados por el aumento de casos en materia de salud mental”.

El pasado mes de marzo un estudio realizado por el Ministerio de Sanidad describió los datos relacionados con esta disciplina de la salud. Así, señalaba que una de cada diez personas mayores de 15 años había sido diagnosticada de un problema de salud mental. Además, también decía que el 6,7% de la población estaba afectada por la ansiedad. Este porcentaje coincidía con el número de personas con problemas de depresión.

“No se ha concienciado correctamente a la población de que además de tener una salud física hay que tener una salud mental”

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) también realizó una encuesta entre el 19 y el 25 de marzo donde señalaba que un 41,9% ha tenido problemas de sueño. Asimismo, la mitad de los ciudadanos encuestados (51,9%) aseguraron estar “cansados o con pocas energías”.

La COVID-19 ha incrementado el aumento de casos de problemas de salud mental en el territorio nacional. Pero ello se ha sumado a un problema que venía de antes donde, según aseguran varios expertos, “España no valoraba la salud mental”.

“La pandemia ha aumentado los casos. También se han agravado los que ya tenían”, ha descrito una psicóloga que ha hablado con este medio. “Es un problema que viene de mucho antes. No se ha concienciado correctamente a la población de que además de tener una salud física hay que tener una salud mental”, ha denunciado.

Por otro lado, otros expertos señalan que “hay una falta clara de psicólogos en la Salud Pública. No solo la de Cantabria. También a nivel estatal hace falta más ayuda”. A ello añaden que “no todo el mundo puede permitirse un psicólogo”.

Uno de los afectados en materia de salud mental en el último año ha contado su experiencia. “Al principio no me quise dar cuenta. Me sentía triste, cansado. Pensaba que era por pasar tanto tiempo en casa. Y cuando salí seguía así. Había perdido las ganas de vivir”, declara.

“Nunca hemos querido admitir que a veces necesitamos ayuda, y ese es el problema más claro con la salud mental”

“No queremos pedir ayuda porque pensamos que somos invencibles, y no es así. La verdad es que somos seres humanos, con emociones y sentimientos”, denuncia. Además, asegura que “desde las instituciones nunca ha habido ningún apoyo” y afirma que “también hay que cuidar la salud mental”.

Agorafobia, depresión y ansiedad son los síntomas más claros derivados de la COVID-19. “Nunca hemos querido admitir que a veces necesitamos ayuda, y ese es el problema más claro con la salud mental”, ha señalado una experta cántabra.

No obstante, sigue habiendo personas que poco a poco conciencian a la población desde sus redes sociales y en su día a día. “Es difícil quitarse la venda de los ojos. A veces es mejor saber la realidad que vivir en una mentira. Y en España nos gusta mucho vivir pensando que estamos bien cuando no es así”, destaca un psicólogo que dice estar “cansado ante la falta de ayuda por parte de las instituciones políticas”.

“Si antes la salud mental estaba infravalorada, ahora se ha magnificado”, ha asegurado una estudiante de psicología, que señala que “hay que educar e informar”. No obstante, también ha añadido que “no hay que dar voz a personas que no tienen conocimiento sobre estos temas”, en referencia a personajes públicos que “creen que su palabra vale más que la de los expertos”.

En este sentido, varios psicólogos con los que ha podido hablar este medio se han referido a las palabras de Íñigo Errejón en el Congreso de los Diputados sobre la importancia de la salud mental. “Me parece genial que los propios políticos den luz sobre este tema”, ha comentado una experta que denuncia que “no sabemos pedir ayuda porque pensamos que todo está bien, que la sonrisa es permanente, y que todo lo malo nos afecta de una forma muy breve”.

“No puede haber esperanza si nadie se pone de acuerdo”

Lo cierto es que todos los rangos de edad han sufrido por el aumento de casos de problemas de salud mental en los últimos meses. La agorafobia, además, está siendo uno de los síntomas más claros. Ahora miles de personas se ven incapaces de estar en un espacio público, abierto o cerrado, con muchas personas.

Mientras que continúan las peleas por la efectividad de las vacunas y sus efectos secundarios, la incertidumbre sigue incrementándose entre la sociedad, y la ansiedad por el futuro siembra las mentes de todos aquellos que ya no saben distinguir la realidad. Una realidad eclipsada por la lucha entre las instituciones.

“No puede haber esperanza si nadie se pone de acuerdo. Es caótico. Tan pronto dicen que sí como que no, y eso lo único que causa es más desconcierto y, por ende, más problemas”, asegura un afectado por problemas de salud mental.

“La salud mental es algo tan natural como el poder respirar”

Además, los expertos destacan que “las vacunas eran la luz al final del túnel”, pero dicen que “esa luz ahora se ha apagado porque ya nadie sabe nada, porque todo lo que saben hacer las instituciones es contradecirse entre ellas”.

“La salud mental es algo tan natural como el poder respirar, y pedir ayuda es algo que todos deberíamos hacer”, afirman los psicólogos. Además dicen que “ahora hay más gente que ha desarrollado trastornos”. 

Lo cierto es que el aumento de los casos ha demostrado la fragilidad del ser humano. La incertidumbre y el caos provocado por la COVID-19 y por las vacunas ha incrementado un problema que ya existía en España.

La sociedad española no se ha distinguido nunca por querer pedir ayuda. Al contrario. Varios afectados en materia de salud mental han destacado que “pensamos que somos invencibles, y la pandemia ha demostrado que no es así”. Y quizás ahora es el momento de comenzar a valorar la importancia de que salud no solo significa tener una forma física adecuada, si no que también hace falta estar bien mentalmente. Y que no pasa nada por estar mal.

“No queremos pedir ayuda porque pensamos que somos invencibles, y no es así. También...
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