jueves. 28.03.2024

Los médicos y el personal sanitario que cada día arriesga sus vidas y su salud para tratar de frenar la pandemia de coronavirus son la primera línea de contención contra el virus. Pero junto a ellos, miles de personas trabajan cada día para lograr que la sociedad, encerrada en sus viviendas, pueda seguir teniendo acceso a suministros básicos como alimentos o medicinas. Y en ese grupo se encuentran los repartidores de productos adquiridos a través de internet. Una profesión que ha cambiado mucho desde que se decretara el estado de alarma.

Y es que las entregas a domicilio ya no son exactamente iguales. Ya no hay contacto, o se limita a lo mínimo necesario, y las puertas se han convertido en fronteras físicas inamovibles. “Hay gente que colabora saliendo a la calle y recibiendo el pedido en el portal, pero a algunos les da miedo abrirnos”, reconoce José Colino, autónomo que trabaja para varias empresas. “Y no me extraña”, aclara, pues “estamos más expuestos que otros colectivos”.

En efecto, su trabajo les lleva a tener contacto con todo tipo de personas, desde los trabajadores de las empresas a las que se ha comprado el producto, hasta los diferentes clientes a los que entrega. Su trabajo no es sencillo, y de hecho reconoce que ha habido compañeros autónomos que “se han quedado en casa por miedo” a un posible contagio. No es su caso, aunque sí critica la falta de equipos de protección para uno de los grupos considerados esenciales.

Como explica, “reparto para varias empresas”, y todo su material de protección, básicamente mascarillas y guantes, se las han entregado los clientes o son regalos. “No hay en ningún lado, así que tengo que reutilizarlas”, ha asegurado, para lo que los fines de semana lava todo el material con lejía. A pesar de todo, “trabajo sin miedo, estoy protegido”. Y destaca la "colaboración estrecha" que ha percibido de las fuerzas de seguridad para poder desempeñar su trabajo, que como ellos "están a pie de obra".

Respecto al nivel de trabajo, reconoce que “han subido las ventas online de todos los productos”, por lo que “hay más mercancía y transportes”. A pesar de eso y del riesgo que corren, lamenta que “no se nos reconoce”, y pone el foco en las pocas ayudas por parte del Estado para los profesionales que siguen trabajando en estas circunstancias.

“Somos autónomos, pero no recibimos ayudas si no paramos nuestra actividad”, ha criticado, señalando que, al menos, se podrían haber tomado medidas como “no pagar la cuota de autónomos”. En este sentido, ha reclamado “más consideración con los autónomos” por parte de las administraciones.

Su día a día durante el estado de alarma transcurre en la carretera y, como el resto de la población, en su vivienda. Pero su trabajo es directamente dependiente de otras empresas, de sus ventas y de su actividad económica. Por eso la salida del estado de alarma es una de las preocupaciones.

“Los que podamos seguiremos, pero si las empresas no generan actividad no se enviará”, ha explicado. En este sentido, cree que va a haber un “bajón” de la actividad, con el cierre de muchos negocios o, al menos, una reducción importante de su actividad. “Ojalá me equivoque, pero creo que la situación va por ahí”, ha concluido.

“Algunos colaboran, pero a otros les da miedo abrirnos, y no me extraña, estamos más...
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