El debate abierto en medios de comunicación y redes sociales entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón ha convertido el Congreso de Podemos ‘Vistalegre II’ en una de las citas más esperadas del año, si es que no lo era ya. Sin embargo, dicho debate se ha vuelto más personalista que programático, más humano que político. Los cruces de acusaciones y críticas entre uno y otro movimiento están provocando que se hable únicamente de sus desencuentros personales, dejando a un lado el verdadero contenido de Vistalegre, que es el futuro político de la, por ahora, tercera fuerza en el Congreso de los Diputados.
Más allá del carácter organizativo del acto, lo más destacado de Vistalegre II, y lo que definirá la esencia de Podemos de aquí a los próximos años, al menos hasta las siguientes elecciones generales, es el modo en que se afrontará la estrategia política de la formación morada. Estrategia que tiene como principales rivales al Secretario General, que abandera el movimiento denominado ‘Podemos para todas’, y al portavoz en el Congreso y Secretario, que encabeza la corriente ‘Recuperar la ilusión’. A ellos se suma el movimiento de los llamados ‘anticapitalistas’, ‘Podemos en movimiento’.
Si bien es cierto que estas tres corrientes tienen numerosos puntos en común, existen notables diferencias en el modo de gestionar el funcionamiento tanto del partido como de la línea política que ha de seguir Podemos.
Una de las diferencias más significativas se halla en la capacidad de los Círculos Ciudadanos Autonómicos para decidir sus pactos y alianzas anteriores y posteriores a las elecciones municipales y autonómicas de 2019. La corriente de Iglesias, que cuenta con el cántabro Alberto Gavín entre sus miembros, defiende esta posibilidad, así como una independencia política y económica con respecto a la formación nacional.
También apoyan esta idea los anticapitalistas, entre los que se hallan Miguel Urbán y la cántabra Marta Holgado, mientras que el movimiento impulsado por Errejón (que lleva en sus filas a la diputada nacional por Cantabria, Rosana Alonso) se opone a esta independencia.
Consultas
El otro gran aspecto en el que difieren las tres corrientes, sobre todo la de Iglesias y Errejón, es el de las consultas a la militancia. Podemos para Todas, el movimiento encabezado por el Secretario General, apuesta porque el líder de la formación mantenga la competencia de convocar estas consultas, algo a lo que se oponen ‘errejonistas’ y ‘anticapitalistas’.
De hecho, una de las iniciativas más discutidas de Errejón es la posibilidad de que programa electoral y Secretario General se decidan de forma separada, algo ante lo que Iglesias ya ha anunciado que, de aprobarse, renunciaría a su cargo en Podemos. Errejón, además, ha decidido no presentarse como candidato a la Secretaría General.
La consulta a inscritos y círculos también se debate en lo que respecta a la fusión con otros partidos. En este caso, y al igual que ocurre con la convocatoria de consultas por parte del Secretario General, tan solo Iglesias apoya la posibilidad de que tanto los inscritos como los círculos puedan votar en las posibles fusiones que realice el partido con otras fuerzas. Tanto ‘Recuperar la ilusión’ como ‘Podemos en movimiento’ defienden que únicamente pueda consultarse a los inscritos.
