martes. 23.04.2024

José María Fuentes-Pila (5 de diciembre de 1962) es licenciado en Farmacia y Director del Instituto Cántabro de Conductas Adictivas. Desde hace cuatro años ejerce como concejal y portavoz del Grupo Regionalista dentro del Ayuntamiento de Santander, un Consistorio que afronta una legislatura con seis partidos que cuentan con representación.

-¿Cómo analiza todo lo sucedido tras las elecciones municipales?

Teníamos algo claro, no era el hecho de poner a uno para quitar al otro. Lo que no se puede hacer es plantear la idea de que nueve gobiernen bajo la tutela de 14. Ese tutelaje en la sombra no es de recibo y por eso nosotros dejamos muy claro que no estábamos abortando ningún proyecto. Voy  hacer una oposición en la que, por una parte, vamos a seguir fiscalizando la acción del equipo de Gobierno, mientras que vamos a continuar siendo críticos en lo que consideramos que afecta negativamente al desarrollo de la ciudad además de constructivos con nuestras propuestas. Va a haber más voces, más riqueza y más ideas.

-¿Esta pluralidad dentro del Ayuntamiento beneficia a los ciudadanos?

Por supuesto. La riqueza y complejidad del nuevo arco del Consistorio indica un cambio que ha sido asignado directamente por la propia ciudadanía. Los grupos políticos deben estar a la altura y ahí es donde debemos presentar de forma coherente los nuevos proyectos políticos sobre la capital de Cantabria. Lo que hace falta es claridad sobre estos proyectos y es lo que yo estoy echando en falta, saber qué medidas de transformación y que ideas presenta cada uno. La oposición debe ser lo suficientemente responsable como para saber donde confluyen los grupos desde el punto de vista programático para poder así hacer una oposición crítica y constructiva. Hay ejes que para nosotros son inalienables. El primer de ellos es la política que se va a llevar a cabo sobre el Frente Marítimo de la ciudad. Por otro lado, hay que poner en marcha un proyecto de reindustrialización para la capital y también analizar el paso al frente que debe dar la Universidad de Cantabria para conseguir ser una ciudad universitaria y no una ciudad con universidad. Hay 350 kilómetros cuadrados frente a PCTCAN y desde el grupo regionalista tenemos perfectamente desarrollado un proyecto que conecta cuatro escenarios, el logístico, el productivo, el de las empresas de servicios y por último el del campus de emprendedores. Debemos a la vez realizar una limpieza conceptual del propio PCTCAN porque si seguimos manteniendo las cosas como están, está claro que tendremos un problema de contenido.

-Se habla mucho de que Santander es una SmartCity, ¿el Ayuntamiento de Santander es verdaderamente transparente?

Creo que la transparencia no viene asignada por un titular, sino que viene integrada con la propia ética del pleno del Ayuntamiento y del equipo de Gobierno. Hay una ordenanza a desarrollar que ya apoyamos todos los grupos políticos al final de la anterior legislatura y a través de ella se deben gestionar los criterios de transparencia también de las empresas pública. Esto debe permitir que exista una información clara, precisa y de fácil acceso para el ciudadano, algo que permitirá activar su participación. La transparencia no sirve para que el vecino esté tranquilo sobre la actividad política sino también para que se involucre en la vida diaria de la ciudad. Se consulta a la población cuando los proyectos están prácticamente realizados. Es un escándalo que los Consejos de Distrito hayan sido utilizados en tan pocas ocasiones y que sólo se haya hecho para presentar planes estratégicos que en sí mismos ya estaban agotados. Eso no es verdadera participación ciudadana. Los vecinos deben ser conscientes de que la ciudad es suya y que el destino de la ciudad es su propio destino. Cosas tan evidentes y poderosas como son las políticas de barrio, la accesibilidad o el frente marítimo son proyectos que necesitan de la participación de todos. Aquí se implementó la zona de gran influencia turística a cañón y el proyecto del Frente Marítimo se hizo a través de un plan maestro dictado exclusivamente por la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento.

-¿Qué medidas se pueden llevar a cabo para mejorar este aspecto?

Debemos potenciar la existencia de plenos vecinos que, con una cuota de representación baja, puedan llevar mociones a que sean debatidas de forma directa en los plenos municipales. Hay que recuperar las Juntas vecinales de Cueto, San Román, Peñacastillo y Monte y que cuenten con un nivel de autonomía municipal que sea real y evidente. En definitiva, modificar el reglamento de participación ciudadana, ya que es la manera de hacer propuestas contundentes y abiertas. Debemos dejarnos de medias tintas para conseguir un mayor nivel de participación y que crezca así el sentimiento de identidad y pertenencia a esas zonas. Estos aspectos son claves a la hora de trabajar con los colectivos. El Consejo Municipal de la Cultura está vacío de contenido y es un órgano de carácter institucional que se pervirtió al sacar las políticas culturales hacia ‘Santander Creativa’. El vecino acaba harto de que sólo se les pida opinión y se les informe sin que sus decisiones sean vinculantes. Es una ciudad excesivamente vertical en la que las decisiones se toman arriba y se aceptan abajo.

-¿El proyecto del anillo cultural es realmente viable?

El anillo cultural es más un artefacto  mental que un diseño global de lo que debe ser la ciudad. Nuestro proyecto cultural pasa desde Varadero a San Martín y creemos que debe tener una marca. Hay que tener en cuenta el gran escenario con el que contamos. Nuestra marca está creada, no debemos inventarnos nada. Somos patrimonio de la Unesco, una referencia a nivel universal y creemos que se puede complementar todo. No hace falta que nadie dé a conocer Altamira y debemos aprovecharnos de eso. El Sardinero es una referencia de primera magnitud que ha caído en el olvido y por eso creemos que debemos aumentar la capacidad de atractivo del mismo, desestacionalizando el turismo y creando un tejido producto de servicios de calidad, sin entrar al atropello del hormigonado. Hay muchas cosas que han sido ajenas al anterior equipo de Gobierno y que nosotros vamos a seguir exigiendo porque creemos en ellas.  Debemos trabajar para conectar el área metropolitana del arco de la Bahía, que incluye al 46% de la población de Cantabria. Debemos mancomunar servicios como las agencias comarcales de empleo y crear un criterio de conexión territorial que genere políticos que afecten a todo el arco. Para nosotros es un asunto prioritario.

-¿Qué balance hace de la Semana Grande?

Está claro que aglutina a mucha gente y que se llevan a cabo muchas actividades pero quizá el programa es algo repetitivo. Hay que potenciar que los vecinos participen durante el día. No hay una referencia clara del carácter cultural e histórico en la ciudad y habría que pensar en promoverla. Es importante hacer propuestas y recuperar tradiciones como las regatas de traineras, que la fiesta sea consecuencia del propio relato de lo que somos.

-¿Cuáles son las principales necesidades de la ciudad a corto plazo?

Es prioritario crear un Plan de Emergencia Social para las familias que se encuentran en riesgo de situación de exclusión social, no podemos permitirnos bajo ningún concepto una ciudad en la que muchas familias estén en situación crítica y el Ayuntamiento debe llevar a cabo acciones directas. También debemos recuperar el pulso al empleo, en la medida que Santander tenga competencias en el desarrollo de planes de estímulos y desarrollar proyectos estratégicos que ayuden a crear puestos de trabajo de calidad y estables, que impidan que los jóvenes se vayan de Santander. Hay que trabajar para que los barrios no sean islotes desequilibrados y que vivan con muchas diferencias en cuanto a dotaciones y servicios, para de esa forma generar justicia social a través de una adecuada política de barrios.

-Ha hablado usted de la demagogia con la que ha gobernado Íñigo de la Serna, ¿cree que lo continuará haciendo en esta legislatura?

Creo que la tendencia es la misma, pero el dibujo político ha cambiado,  por lo que el Alcalde de Santander debe estar atento y ser receptivo con los grupos de la oposición. Los plenos del Ayuntamiento no van a ser un paseo militar sino un escenario en el que se va a tomar decisiones muy importantes para la ciudad. Todos nos vamos a retratar en cuanto a nuestra voluntad de transformación de la ciudad.

 

“Santander necesita la participación real de sus vecinos”
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