viernes. 29.03.2024

Todo en el debate de los candidatos a la Secretaría General del PSOE ha evidenciado que Susana Díaz y Pedro Sánchez son la prueba de que ambos proyectos representan un partido dividido y, hasta cierto punto, irreconciliable tras lo que ocurra el 21 de mayo, que parece difícil que pueda evitar un Patxi López que no paró de clamar por la unidad del partido y el fin de los enfrentamientos.

Díaz fue a dibujar a un Pedro Sánchez sin criterio propio, que cambia de opinión en función de sus intereses, y que ni siquiera es pro-Ciudadano o pro-Podemos, "sólo eres pro-Pedro Sánchez", dijo con gesto serio.

El siguiente ataque a su principal rival, como señala Público, estaba más que previsto: sus derrotas electorales. Más de media docena de veces recordó los 85 diputados que cosechó Sánchez en los últimos comicios y, en contraposición, exhibió de nuevo su triunfo en Andalucía, aunque obtuviera el peor resultado de la historia del PSOE-A. "Ante un PP tóxico y corrupto se obtuvo la mayor derrota electoral", dijo una y otra vez; y recordó que su candidatura superó en más de diez puntos al PP en Andalucía.

Sánchez tomó la palabra a continuación y sí entró de lleno en esta abstención al PP, para denunciar que ha llevado al PSOE "a una crisis de identidad" que ha hecho que los ciudadanos ya no lo visualicen ni como fuerza de izquierda, ni como fuerza de cambio. De ello, sin duda, culpó a Díaz y al golpe orgánico del 1 de octubre que, en su opinión, condenó al PSOE a dejar de ser un partido de referencia de la izquierda y subalterno del PP.

Pero, especialmente, Sánchez acusó a Díaz de deslealtad, de haber permitido que un secretario general tuviera que dimitir por no poder cumplir la palabra dada con sus votantes y sus militantes. Por ello, indicó que él recuperará un PSOE "creíble, coherente, a la izquierda y alejado del PP".

López rehuyó de todos estos planteamientos que, en su opinión, no constituían ni el núcleo del debate ni lo que esperaban de ellos sus ciudadanos. Aseguró que el PSOE está como está -Díaz llegó a decir que "el PSOE está muy malito"- precisamente por este enfrentamiento interno y la falta de un proyecto.

Díaz y Sánchez escenifican la división interna del PSOE