Llegar a este personaje es controvertido. Se tiene que desbrozar, como si de un bosque se tratara, una pléyade de personajes masculinos que le rodean, nublando la luz de Lou, por la que irradian ellos. Nietzche, Rainer Maria Rilke, Freud, Paul Ree, Viktor Tausk, entre otros. La mayoría de las biografías que le dedica a Lou, lo hacen de forma soslayada, como musa inspiradora de los grandes hombres, como seductora y torturadora de amores mal correspondidos hacia ellos. Y desdibujan a un personaje verdaderamente revolucionario, genial y poderoso como es Lou Andreas Salomé.
Nacida en Rusia, en San Petersburgo, en 1861, fue educada en ideas liberales, libres de religión, aunque su padre pertenecía al entorno zarista siendo general del ejército ruso. Fue la única mujer entre cinco varones. Su belleza y magnetismo eran brutales. Su mentor, y profesor, Hendrik Guillot, se enamoró de ella, hasta el punto de proponerla matrimonio divorciándose de su mujer.
Huyendo de la locura de Guillot, Lou, junto a su madre, emprendieron viaje a Zurich, donde se matriculó en la Universidad, prosiguiendo sus estudios. Poco después, ambas mujeres, viajaron a Roma, donde Lou, con tan solo 21 años, conoce a Paul Ree. Él, junto con su amigo Nietzsche, vivieron una comuna universitaria con ella, deshaciéndose la amistad y la relación con el segundo al proponerla matrimonio. Ella no le aceptó, ya que desechaba la idea del matrimonio, no la de unirse en relaciones libres y amistosas que pudieran unir a los tres. Ree y Nietzsche se enemistaron por este motivo, y de alguna manera quedó marcada la biografía de Lou, como la femme fatale que desunió a los amigos y fue la promotora de la depresión que sufrió Nietzsche. Se dijo que fue por su causa, aunque todo indica que ya tenía atisbo de enfermedad mental, que desarrolló con los años.
Salomé y Ree siguieron juntos, viajando a Berlín. Más tarde, ella, contrae un extraño matrimonio célibe con Carl Friederich Andreas, que la separa de Ree. Se mantuvo casada con Andreas, durante toda su vida, mientras llevó una existencia de relaciones libres con bastantes hombres, entre ellos mantuvo una relación de años con Rainer Maria Rilke, teniendo él, tan solo 21 años y ella 15 más, siendo su musa y mentora. Le presentó a Tolstoi y Pushkin, y le enseñó ruso relacionándole con el mundo artístico al que ella pertenecía.
En 1911, conoce a Sigmund Freud, con el que entabla una relación amistosa, entra en el círculo del psicoanalista, sintiéndose fascinada por el psicoanálisis. Fue una de las escasas mujeres aceptadas por él, en su intimidad. Con el tiempo, desarrolla sus propias terapias, atendiendo con el psicoanálisis a gente, de forma altruista.
Mezcló las enseñanzas de Froid, con la filosofía de Nietzsche, basando sus estudios en el narcisismo y el pensamiento femenino. Mantuvo un ideario de libertad y feminismo toda su vida, sin ataduras sociales de ningún tipo.
Fue autora de una variada obra sobre sus conocimientos en psicoanálisis, filosofía y su experiencia con los hombres que conoció. Es más conocida por lo que ellos escribieron sobre ella que por su propia obra, quedando como musa de grandes hombres, quizá postergando la enorme talla intelectual que Lou Andreas Salomé poseía. Escribió una magnífica autobiografía novelada.
Salomé, consideraba que la sexualidad iba por caminos diferenciados a la amistad, incluso a la relación intelectual y conyugal, se dijo que jamás consumó su matrimonio, mientras que mantuvo un innumerable número de amantes.
Freud la "adornó" con una frase: "es una mujer con una inteligencia peligrosa..." Lo cual define al padre del psicoanálisis, como si ser inteligente y mujer entrañara peligros.
Sus libros son un análisis exhaustivo sobre la sexualidad y los entresijos del alma humana. Los autobiográficos, permiten conocer su personalidad fascinante, así como la de los hombres con los que compartió su vida.
Murió en Götinga, poco después de su marido. La Gestapo quemó toda su biblioteca quedando así destruido el inmenso caudal de libros que acumulaba.
