viernes. 29.03.2024
LABORAL

Los trabajadores autónomos de Cantabria reivindican cambios y mejoras en sus condiciones laborales

Lidia Gutiérrez, Patricia Aparicio y Carlos Javier Fernández muestran sus quejas en comparación con otros países europeos

La cuota fija mensual, la falta de paro o la alta morosidad se encuentran en su punto de mira

Coinciden en que el Covid-19 ha afectado de forma negativa a muchos negocios y actividades y ha supuesto más gastos en medidas de seguridad e higiene para los emprendedores

Autónomos Patricia Aparicio 2
Patricia Aparicio, autónoma tras abrir ‘El Vestidor de Patri’ en Santoña

Los trabajadores autónomos en España siguen reivindicando mejoras en sus condiciones laborales después de haber sufrido también las consecuencias negativas del Covid-19 en numerosos de sus negocios y actividades.

Lidia Gutiérrez, Patricia Aparicio y Carlos Javier Fernández son tres de los 41.191 autónomos que hay en Cantabria (25.484 son hombres y 15.707 son mujeres) y de los 3.255.283 en España según los datos facilitados por la Asociación de Trabajadores Autónomos referentes a septiembre de este año.

Ellos coinciden a la hora de señalar que existen diferencias entre la situación de estos trabajadores en España en comparación con otros países europeos.

Carlos Javier Fernández es licenciado en Derecho por la Universidad de Cantabria y a sus 29 años tiene dos master, en asesoría de empresas y en formación del profesorado. Natural de Santander, lleva 3 años y siete meses en la condición de autónomo y ejerce su profesión en los despachos Lexlia, online, y es socio de Taxus. Para este abogado la situación en España es más complicada que en otros países de la Unión Europea, ya que hay determinadas ayudas limitadas en el tiempo, como subvenciones a fondo perdido o tarifas planas.

Autónomos Carlos 1Carlos Javier Fernández trabajando

“En España la cuota mínima fija asciende a 283,31 euros y en otros países se paga en función de los ingresos que se obtengan”

Lidia Gutiérrez es natural de Santoña y tiene 50 años, de los cuales 13 ha trabajado como autónoma y los 15 anteriores en el régimen general, siempre desarrollando la actividad de servicios contables, financieros y laborales. En este sentido, indica que existe una gran diferencia de pago de cuota entre España y otros países de la Unión Europea. Y profundiza en lo que afirma, diciendo que “en España la cuota mínima fija asciende a 283,31 euros, tras no actualizarse por el Ministerio de Trabajo, con o sin ingresos de la actividad y en otros países se paga en función de los ingresos que se obtengan”, recalcó. Como ejemplo pone a Alemania, donde se pagan unos 140 euros si los ingresos superan los 1.700 euros y no pagan cuota en caso de ser inferior. “En otros países de la Unión Europea no existe cuota como tal, sino que pagan a través de impuestos”, declaró.

Natural de Laredo y de 44 años de edad, Patricia Aparicio Revuelta lleva tres años y medio como autónoma tras abrir un negocio de ropa, calzado y complementos en Santoña, ‘El Vestidor de Patri’. Coincide con Lidia Gutiérrez en este aspecto y pone como ejemplo Francia donde los dos primeros años no pagan nada y después lo hacen dependiendo de la facturación. “Somos los que peor estamos en Europa”, matizó.

En cuanto a las prestaciones y ayudas a los autónomos por parte de los gobiernos, para iniciar su actividad se acogió a la tarifa plana, de tal forma que pagó durante el primer año 60 euros al mes, una cantidad que entre los 12 y 18 meses ha aumentado al 50% y entre los 18 y los 24 meses al 70%. “Estoy contenta con esta ayuda, pero te obligan a trabajar al menos tres años, en caso contrario hay que devolverla”, explicó.

Se han ido aplicando en Ley, según se planteaban las necesidades los colectivos, por lo que algunas ayudas se cobran muy tarde

Por su parte, Lidia Gutiérrez afirmó que se han ido aplicando en Ley, según se planteaban las necesidades de los diferentes colectivos, por lo que algunas ayudas se cobran muy tarde. “Esto ha afectado en gran medida a las empresas más pequeñas, algunas llegando a cerrar sus negocios”, señaló. Desde su perspectiva no le parecen escasas, aunque siempre son mejorables, pero van en función de cada Comunidad Autónoma y del Fondo Europeo.

Para esta asesora fiscal las condiciones han mejorado muy lentamente en estos años, aunque una de sus quejas más importantes hace referencia a equiparar la cotización y el cobro de prestaciones o pensiones con el régimen general (enfermedad, cese de actividad, pensiones, entre otras).

En Cantabria hay ayudas interesantes, resalta Carlos Javier. Aun así, es partidario de que el emprendedor piense bien el modelo de negocio y el plan de viabilidad inicial, sin pensar tanto en las subvenciones, para comenzar la actividad. Es por ello que para este abogado el negocio tiene que ser rentable al margen de las ayudas y en caso de que no haya capacidad económica, tal vez hay que esperar e iniciar la actividad por cuenta propia.

En estos últimos años no ha notado mejoras en sus condiciones laborales, es más a raíz del Covid-19 la situación se ha complicado con medidas escasas e insuficientes. “A consecuencia de las medidas y la situación actual hemos ido a peor, con problemas liquidez que provocarán cierres masivos de muchos negocios”, vaticina.

Dadas sus condiciones laborales y la situación actual del mercado, Carlos, Lidia y Patricia no dudan en mostrar sus quejas y reclamar cambios.

Cuando se le pregunta sobre sus quejas, Carlos Javier dispara rápido y enumera unas cuantas, entre las que se encuentran la dificultad de acceso al crédito, la alta morosidad de grandes empresas que subcontratan a autónomos para ejecutar tareas, el coste elevado de la cuota y la desprotección ante la baja por enfermedad, así como la falta de investigación del falso autónomo en el régimen general.

Exige pagar la cuota según los ingresos reales, descontando los gastos y un mayor acceso al crédito

Ante sus reivindicaciones, exige cambios importantes, tales como pagar la cuota según los ingresos reales, descontando los gastos, de cara a que la cuota no se convierta en un problema; mayor acceso al crédito, que el mecanismo de la segunda oportunidad para renegociar, reestructurar o cancelar deudas funcione y es necesario incluir expresamente las deudas públicas para que se puedan exonerar. 

A ello se añade luchar contra la morosidad de las grandes empresas o la Administración Pública, en concreto, inversión del sujeto pasivo en relación a las obligaciones tributarias si se demoran en el pago y no usar a los autónomos para financiarse. Y por último, aprovechar la coyuntura actual para potenciar las inversiones en el mundo rural y hacerlo más atractivo, mejorando la red de infraestructuras tanto terrestres como tecnológicas, para la ubicación de empresas y profesionales independientes.

La santoñesa no esconde que en todos sus años se han producido cambios en cuanto al cobro de prestaciones de enfermedad, maternidad y paternidad, entre otras. Sin embargo, desde su visión el principal problema estriba en que la mayoría de autónomos paga la cuota mínima que deriva de una base de cotización que está sobre 944 euros y sobre ello se pagan las prestaciones. “Por ejemplo, una baja de enfermedad te pagan sobre la base el 60 o 75%, según los días de prestación, es decir al mes unos 708 euros, a los que tienes que descontar el pago de autónomo que debes seguir pagando, aunque no puedas trabajar”, analizó. Y no deja de lado que a los dos meses de estar de baja te eximen del pago de la cuota, pero muy pocos autónomos se pueden permitir estar de baja tanto tiempo.

Una de las demandas de esta asesora pasa por garantizar las prestaciones de enfermedad, accidente, maternidad y paternidad

Una de las demandas de esta asesora pasa por garantizar las prestaciones de enfermedad, accidente, maternidad y paternidad. Por este motivo, señaló que se debe pagar la cuota en función de los ingresos de cada actividad y utilizar una serie de tramos durante el año que permitiera regularizar las situaciones de menor o mayor trabajo, ya que los autónomos no tienen ingresos fijos, por lo que el pago de las cuotas todos los meses a veces es complicado.

Por este motivo, Lidia Gutiérrez demanda cambios laborales acorde a otros regímenes en cotización y horarios, económicos y fiscales en cuanto a la tributación a Hacienda según los ingresos, así como la modificación del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Desde que abrió su tienda y es autónoma, Patricia Aparicio asegura que los cambios producidos, lejos de mejorar sus condiciones han supuesto todo lo contrario, ya que la cuota ha ido subiendo y de 2019 a 2020 ha aumentado tres euros.

Precisamente, esta cuota mensual es una de sus principales quejas, ya que en su opinión no debe ser la misma para todos, sino que se debería pagar en proporción a lo que se factura. Y a ello añade que si tiene que bajar la persiana del negocio no hay posibilidad de paro por un tiempo para reorganizarse y empezar a trabajar de nuevo.

COVID-19

En cuanto al Covid-19 y sus efectos sobre el trabajo, esta laredana incidió en que se tiene miedo a gastar debido a que hay personas que lo están pasando mal por el paro y los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs). En su caso particular comentó que no se vende tantos vestidos de fiesta, de noche, debido a que no salen tanto, y se ha sustituido por ropa más cómoda, básica y de sport. Tampoco deja de lado la impaciencia de los clientes que deciden marcharse cuando deben guardar cola para entrar a la tienda en el momento de respetar el aforo. 

En España el horario de trabajo está obsoleto, sobre todo con la situación actual

Y aunque aseguró que ha trabajado bien durante el verano, esta emprendedora se está planteado cambiar el horario comercial de su tienda y abrir de seguido hasta las 18:00 o 18:30 horas como en Europa. En su opinión en España el horario de trabajo está obsoleto, sobre todo con la situación actual. “La gente compra por la mañana y por la tarde-noche no salen, hay menos ventas, y con el cambio de hora seguramente menos”, declaró. 

Autonómos Patricia Aparicio 1Patricia Aparicio en su tienda

Para Carlos Javier Fernández el virus ha generado un momento difícil y diferente. “En mi caso, supuso un frenazo a los ingresos por la paralización absurda y absoluta de la actividad judicial durante los meses de la pandemia, que ha servido para provocar un caos en la justicia”, remarcó.

A eso añade la estrategia de trabajo de los letrados de la Administración de Justicia de devolver los ingresos efectuados por terceros condenados a pagar costas procesales vía consignación judicial. “Es decir, un banco o tercero condenado a pagar costas de abogado ingresaba las cantidades en la cuenta del juzgado y expedían un mandamiento de pago en favor de quien tiene que cobrarlo. Esto, los juzgados han dejado de hacerlo, provocando que haya que interponer un nuevo procedimiento judicial; ejecución de títulos judiciales, más costas para la Administración de Justicia, y que los ingresos se ralenticen”, aclaró. 

En lo que concierne a Lidia Gutiérrez “todas las actividades, en general, han tenido que hacer un esfuerzo económico de cara a la pandemia, ya sea adecuando su actividad y local a la compra de equipos de protección individual (EPI), mascarillas, gafas, desinfecciones, así como equipos informáticos para el teletrabajo”.
 

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