miércoles. 24.04.2024

Las víctimas del presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, se tuvieron que someter durante tres meses a un tratamiento profiláctico para evitar enfermedades venéreas derivadas de las agresiones sexuales de las que fueron objeto.

Así se desprende de la declaración en el juicio de una de las pediatras del Hospital de La Paz que asistió a las menores, según han informado fuentes jurídicas. La especialista ha comparecido a puerta cerrada ante el tribunal que juzga a Ortiz por cuatro delitos de agresión sexual, cuatro secuestros y uno de lesiones.

Según su declaración, habría informado a la Sala que las víctimas estuvieron durante tres meses tomando un tratamiento de tres pastillas diarias con fuertes efectos secundarios para evitar posibles enfermedades venéreas.

Además, ha comparecido a puerta cerrada la madre de la menor de 9 años que fue secuestrada el 10 de abril de 2014 en la calle Cidamón, en el distrito de Ciudad Lineal. La madre habría relatado al tribunal que el agresor de su hija le dio Orfidal y que la niña vomitó hasta cuatro veces; dos en el piso de Santa Virgilia y otras dos en el hospital.

Su hija, que aún sufre pesadillas, fue llevada al piso de Santa Virgilia, donde Ortiz habría abusado de ella. Tras ello, fue liberada en una parada del Metro de Hortaleza. La madre ha detallado que fue raptada a las 20.30 horas y apareció a la una de la madrugada.

Sin articular palabra

También ha declarado el dueño de un bar que se encontró a esta menor tras ser liberada. "Estaba llorando y me dijo que su madre estaba en el Metro. Le acompañé hasta la boca del Metro y los funcionarios del Metro la llevaron a una caseta. La niña no podía articular palabra", ha relatado el testigo, quien ha explicado que la vio mareada y aturdida.

Una de las agentes de la investigación que atendió a la niña agredida el 17 de junio de 2014 ha manifestado que la menor tenía el pelo mojado y parecía adormilada, ya que se le cerraban los ojos. "Me indicó una calle en la que éste le dijo que se quedará ahí, que su mama iba a ir a buscarla", ha señalado.

En el hospital, la agente le preguntó detalles sobre el "amigo malo" y ésta le dijo que la llevó a una casa con puertas blancas y que éste "no tenía el pelo rubio". "La costaba mucho hablar", ha comentado la testigo, quien ha confirmado que la niña le comentó que le había dado una pastilla de color blanco.

Datos calcados

Uno de los agentes de la 'Operación Candy' que habló con la menor agredida en abril ha detallado a la Sala los datos que aportó sobre el piso de Santa Virgilia, propiedad de la madre del acusado. "Decía que todo era blanco y que había un sofá individual plastificado -cómo se vio en la reconstrucción virtual-. Si no estaba segura de algo, no contestaba. Casi todas las cosas que nos dijo de la descripción del piso estaban calcadas", ha reseñado.

El investigador ha manifestado que daban mucha credibilidad a lo que les contó la pequeña, como el dato de que las puertas eran blancas. "Nos dijo que las letras de las puertas eran trianguladas. En el trastero, están dispuestas en forma de triángulo. Cuando fuimos con ella, no quiso entrar más allá del rellano. Dijo 'no, aquí no es'", ha indicado.

Este agente ha destacado que el objetivo de Ortiz eran "niñas exóticas". Había entre las víctimas dos niñas de origen latino, una asiática y una española -rubia y con aspecto extranjero-. Hubo una tentativa en Coslada de una menor de origen japonés.

Con respecto al coche, se pidió permiso a los padres de la niña española para llevarla a un concesionario de Toyota con el fin de que la niña pudiera identificar el modelo del coche en la que le trasladó. Ahí, la fueron sentando en cada uno de los vehículos. Creyó identificar alguno, pero no daba resolución final. Y se tomó con determinación que pudo montar en tres vehículos.

Las víctimas del presunto pederasta de Ciudad Lineal tomaron tratamiento profiláctico...
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