El Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona celebra este viernes un juicio por un delito continuado de lesiones causadas por imprudencia grave y profesional.
Los hechos se remontan a 2007, cuando una clínica dental de la capital foral intervino de forma imprudente a una paciente causándole graves daños físicos, estéticos y psíquicos, además de distintas secuelas. El dentista cometió distintos errores durante cuatro operaciones que en un principio sólo buscaban implantarle tres piezas dentales. La mujer y clienta de la clínica pagó 3.325 euros por sus servicios.
El fiscal pide para el odontólogo 2 años de cárcel y una indemnización de más de 163.000 euros para la paciente, a quien colocó dos tornillos en el hueso de la mandíbula que fracturaron su hueso mandibular. Mientras un tornillo terminó por caerse, el otro traspasó su membrana nasal. De hecho, en la cuarta y última operación, atravesó el hueso y el tejido llegando a asomarse por la nariz de la clienta.
Se añade, además, que previamente a la intervención, el odontólogo tampoco efectuó ninguna prueba ni análisis a la mujer.
Las consecuencias inhabilitaron a la paciente a desarrollar una vida normal. Sufrió una pérdida ósea extrema que tardó en recuperar más de dos años. A esto, se suman las secuelas de pérdida de sustancia en el paladar duro y blando y que le causaron un impedimento funcional del uso de la boca. También un perjuicio estético muy grave.
Inhabilitación profesional
La pena de dos años de prisión que solicita el fiscal para el acusado se suma a la inhabilitación para ejercer de odontólogo, estomatólogo y médico durante cuatro años.
Asimismo, deberá abonar a la mujer un total que supera los 163.000 euros. Los primeros cien mil en concepto de lesiones y secuelas, 60.000 euros por daños morales y 3.325 euros por las cantidades que pagó la clienta por las intervenciones.
A estas cantidades, se sumará también el importe de las actuaciones médicas y quirúrgicas que necesite la misma para el restablecimiento estético y funcional de su boca.
