jueves. 25.04.2024

El vuelo JK5022 a las 14,45 horas de la tarde de un 20 de agosto de hace ocho años sufre un accidente al despegar en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Se cumplen ya ocho años del primer accidente mortal de Spanair y se convierte en el accidente de aviación más grave de España.

El avión, un MCDonnel Douglas MD-82 partía de Madrid a Las Palmas de Gran Canaria con 172 pasajeros, de los que tan solo sobreviven 18 y fallecen 154 personas. 146 víctimas fallecen inmediatamente, seis camino del hospital y otra tres días después del accidente.

La conmemoración de este octavo aniversario se celebrará en Madrid y Canarias está organizada por la Asociación de Afectados del Vuelo KJ5022. Comenzará en Madrid a las once de la mañana en el Parque Juan Carlos I con una ofrenda floral en el monumento que recuerda a las víctimas.

Partía de Madrid a Las Palmas de Gran Canaria con 172 pasajeros, de los que tan solo sobreviven 18 y fallecen 154 personas

A mediodía, las ofrendas florales serán en la denominada Plaza de la Paloma de la Terminal 2 donde hay una placa en el olivo que se encuentra en la entrada de la misma terminal.

Los familiares se trasladarán al punto en el que sucedió la tragedia para recitar poemas, depositar flores y guardar silencio en memoria y recuerdo de sus seres queridos.

Los afectados siguen reclamando justicia ocho años más tarde y ayuda a los partidos políticos para poder reabrir el caso. Esta semana, además de estar marcada por el recuerdo a las víctimas se celebra la novedosa sentencia que ha resuelto incrementar la indemnización para, de momento, uno de los casos.

Averías en el avión

El siniestrado avión debía de haber despegado rumbo a las islas a las 13.00 hora local pero el comandante avisa de que el avión presenta una avería. El vuelo se aplaza y los técnicos de mantenimiento revisan la aeronave.

Regresa a pista con 12 toneladas de queroseno en el tanque, repleto de combustible. A las 12,45 al despegar, el avión gira a la derecha siendo incapaz de mantener una velocidad aérea suficiente para evitar perder altitud, por lo que se estrella en las inmediaciones de la pista, partiéndose en dos pedazos destrozados por la explosión que se produce a continuación.

Los afectados siguen reclamando justicia ocho años más tarde y ayuda a los partidos políticos para poder reabrir el caso

El avión, que había sido bautizado con el nombre de "Sunbreeze" había sido entregado a Korean Air en noviembre de 1993 y alquilado por Spanair en 1999.

La compañía, tras la accidente, informa de que el piloto había intentado y abortado anteriormente la salida debido a un sensor que daba una temperatura excesiva en una toma de aire; sensor, que supuestamente fue desactivado en tierra, lo que retrasó el vuelo más de una hora y terminó en tragedia.

El hecho de que el siniestro tenga lugar prácticamente en el mismo aeropuerto hace que los primeros en acudir al rescate fueran los empleados del propio Barajas aunque El Plan de Emergencias que depende de la comunidad de Madrid fue activado por la llamada de dos ciudadanos que avisaron del suceso antes de que se avisara desde el propio aeropuerto.

El siniestro tuvo una repercusión directa en la desaparición de la aerolínea en enero de 2012 por lo que se conoce como efecto "Rainman", por el cual los pasajeros tienden a penalizar a las aerolíneas que tengan accidentes. Este efecto fue muy visible en el aeropuerto de Las Palmas donde Spanair sufre una caída de clientes del 29% tras el siniestro.

Archivada la causa penal

Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) afirman que muchos de los fallos que dieron lugar a la tragedia siguen hoy presentes en la aviación y no se han corregido. Coinciden así con la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022. La Audiencia de Madrid archivó la causa penal y absolvió a los mecánicos de Spanair, que fueron los únicos imputados por el juez instructor.

Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) afirman que muchos de los fallos que dieron lugar a la tragedia siguen hoy presentes en la aviación y no se han corregido

El tribunal consideró que fueron los pilotos - ambos fallecidos- los responsables del accidente por haber olvidado desplegar los flaps y los slats, dispositivos de las alas que ayudan a elevar el avión con la fatal coincidencia de que el TOWS (una alarma) no sonó y no les avisó del olvido. Fallo, cuyas causas no son determinadas claramente en ninguna de las investigaciones, y que lleva a las víctimas del vuelo siniestrado a solicitar amparo al Constitucional.

Novedosa sentencia que amplía indemnizaciones

La Audiencia de Barcelona ha sentenciado esta misma semana incrementar las indemnizaciones para los familiares de una de las víctimas. Hasta el momento los juzgados de Canarias, Madrid y Málaga habían aplicado los baremos de los siniestros de tráfico como modo de cálculo para las indemnizaciones que debía afrontar la aseguradora. Pero la Audiencia de Barcelona ha decidido aplicar la normativa vigente en la UE, que se apoya en el Convenio de Montreal.

Esta novedosa sentencia abre las puertas a más afectados para reclamar indemnizaciones más justas.

La Asociación que aglutina a las víctimas del suceso busca que se haga justicia, que sus muertos no queden archivados en el cajón de un juzgado y que paguen penalmente los responsables del suceso, que en su opinión no fueron los pilotos, sino que fueron unas víctimas más de una cadena de errores que en su opinión no está resuelta.

La Audiencia de Barcelona ha sentenciado esta misma semana incrementar las indemnizaciones para los familiares de una de las víctimas

Durante la conmemoración del pasado año pidieron al Gobierno que "no cierren los ojos" ante su tragedia y solicitaron apoyo a los partidos políticos para reabrir el caso y depurar responsabilidades.

El Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial lamentó el archivo del accidente más grave de la aviación española y calificaron de "nuevo fracaso para la seguridad aérea" el hecho de que no se indagara hasta el final la cadena de responsabilidades.

A pesar de las recomendaciones realizadas por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil, sólo han sido respondidas en parte. El Sepla ya ha advertido desde hace tres años que sólo 15 de las 33 recomendaciones han obtenido respuesta y que de las seis calificadas como "no satisfactorias" están relacionadas con los cambios en el sistema de configuración inadecuada del despegue (TOWS), una de las piezas que falló el día del siniestro y que hubiera alertado a los pilotos. Aviones MD 80, anteriores a los años 90, como el accidentado en Barajas se mantienen en activo sin haber efectuado las modificaciones sugeridas por los expertos.

El Sepla siempre ha defendido que la seguridad aérea y las comisiones de investigaciones de accidentes deben ser independientes del Ejecutivo del país y no del Ministerio de Fomento

El Sepla siempre ha defendido que la seguridad aérea y las comisiones de investigaciones de accidentes deben ser independientes del Ejecutivo del país y no dependientes del Ministerio de Fomento y solicitó hace ya dos años la reapertura de la investigación por considerar que el "informe está plagado de errores e incongruencias, sobre todo en lo que se refiere a la parte operacional".

Hoy las víctimas del accidente serán recordadas por sus familiares y amigos y su muerte merece que no queden cabos sueltos, ni dudas en el aire sobre lo que llevó a tan trágico final.

Una mala investigación hoy nos puede llevar a otra catástrofe mañana. Por eso piden, desde el Sepla y desde la Asociación de víctimas, que no se cierre en falso y que se llegue hasta el final sin sombra de duda. No sólo por justicia a las víctimas, que sí, sino por seguridad aérea para todos.

Octavo aniversario del accidente de Spanair, que sigue archivado penalmente
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