viernes. 19.04.2024

La misionera Carmen Bascarán, que ha trabajado en Brasil durante 15 años con Congregación de los Padres Combonianos, desarrollando proyectos financiados por Manos Unidas, ha denunciado este lunes en Santander el trabajo "esclavo" en éste y otros países, y ha pedido luchar contra él, tanto sobre el terreno como desde nuestra sociedad, "dando vuelta a las etiquetas" de ropa y otros productos a la hora de comprar, para ver dónde y cómo se fabrican, y hacer un "boicot absoluto" a las empresas que "se enriquecen" gracias a estas prácticas.

Así lo ha reivindicado esta mujer, que nació en Oviedo hace 70 años, y que ha venido a Cantabria para apoyar la presentación de la 57 Campaña contra el Hambre de Manos Unidas, que se inicia anualmente en el mes de febrero y que este año lleva por lema 'Plántale cara al hambre: siembra'.

Durante la presentación de la campaña en rueda de prensa, Bascarán ha denunciado determinadas condiciones de trabajo en diversas zonas de Brasil y otros países.

Al hilo, y preguntada por la posible sanción del país carioca al grupo español Inditex por incumplimiento del acuerdo contra el trabajo esclavo, la misionera ha confesado que le "parece fantástico" que se denuncie y cualquier persona o empresa que se aproveche de estas prácticas para enriquecerse.

En este sentido, ha pedido "dar vuelta a las etiquetas" de la ropa y productos al ir de compras, y que los habitantes del denominado 'primer mundo' nos neguemos a adquirir prendas y artículos elaborados  donde se emplea el trabajo esclavo. "Boicot absoluto" a estas personas y empresas, ha sentenciado Bascarán, que exige "acabar con esos crímenes".

Así, se opone a que "nosotros estemos viviendo mejor" a costa del "sufrimiento y muerte de otra gente", al tiempo que llama a un consumo "consciente" y a la "austeridad", pues para ella, la "sociedad del desperdicio", es decir, aquella que "usa y tira" los productos que adquiere "tiene que acabarse". De igual modo, Bascarán es contraria a la denominada "obsolencia programada" de los artículos.

Esta misionera fundó al sur de la desembocadura del Amazonas, en una ciudad del estado de Marañón de trece años de antigüedad y que "estaba por hacerse", un Centro de Defensa de la Vida de los Derechos Humanos que ha contribuido a formar a niños y jóvenes posibilitando que en la actualidad muchos de ellos tengan una formación universitaria y contribuyan a erradicar el trabajo esclavo, que en algunas zonas de Brasil es "dramático".

Así, ha relatado que había hombres que llegaban al centro marcados por el hierro que se usa con las vacas porque habían pedido el salario que les debían desde hacía meses, mientras que otros que trabajaban en una carbonería se acercaban con los pies quemados, a uno de los cuales se los tuvieron que cortar.

Según Bescarán, por estas instalaciones pasaron más de un millar de niños en quince años, muchos de los cuales son universitarios y siguen en la actualidad en el centro, defendiendo a quienes trabajan en condiciones de esclavitud, ya que algunos de ellos son ahora abogados.

Una misionera llama a hacer “boicot” a empresas que se enriquecen con trabajo esclavo
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