jueves. 25.04.2024

Es común tener ciertos hábitos muy marcados dentro de la rutina diaria. Bien sean manías, costumbres o recomendaciones de algún conocido o incluso del gran enemigo en la sombra, Internet. La higiene bucodental es una víctima muy recurrente de las creencias erróneas, que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud de nuestra boca. Si sueles llevar a cabo alguna de estas acciones, sigue leyendo.

•    Cepillarse muy fuerte y/o utilizar enjuagues muy fuertes: es bastante frecuente frotar demasiado enérgicamente los dientes durante el cepillado, pues se piensa que así la limpieza es mucho más completa. Pero nada más lejos de la realidad, ya que lo que se consigue es desgastar el esmalte, irritar las encías e incrementar la sensibilidad de los dientes.

Por otro lado, hay cantidad de enjuagues bucales en el mercado, y muchos de ellos contienen alcohol. Estos últimos suelen asociarse con una eficacia mayor pero este componente es bastante agresivo con la mucosa de la boca y, además, algunos estudios lo han llegado a relacionar con el cáncer oral. 

•    Utilizar palillos de dientes para eliminar restos de comida: se trata de una práctica bastante extendida que, si bien se puede realizar esporádicamente, no es recomendable, ya que se pueden dañar las encías e incluso los dientes. En su lugar se deben utilizar otros utensilios como el hilo o la seda dental. 

•    Los chicles como sustitutos del cepillado: en muchas ocasiones puede ser difícil llevar una correcta higiene bucodental. Pasar todo el día fuera de casa, salir a comer o cenar por ahí, dormir fuera… En estos casos el chicle suele utilizarse como sustituto del cepillado, lo que es un gran error. A través de la goma de mascar se incrementa la segregación de saliva, ayudando a neutralizar los ácidos de los restos de comida, pero nunca sustituiría al cepillado. De hecho, si el chicle es con azúcar, se propicia la aparición de caries.  

•    Lavarse los dientes inmediatamente después de comer: se recomienda esperar unos 30 minutos después de cada comida antes de lavarse los dientes. Esto se debe a que el cepillado inmediato puede volverse contraproducente. El estado de nuestros dientes depende, en parte, del nivel de pH de la boca. Después de cada comida, estos niveles disminuyen y los dientes se vuelven más vulnerables. Entonces, si se cepillan justo después lo que se consigue es esparcir los ácidos y restregarlos contra los dientes, en ese momento más desprotegidos. 

•    Consultar Internet en vez de acudir al especialista: ante cualquier problema o molestia en la boca es imprescindible acudir inmediatamente al dentista. Últimamente se ha extendido mucho la práctica de buscar en Internet para “autodiagnosticarse” o llevar a cabo remedios caseros. Esto, que puede parecer barato saldrá caro a la larga. Las clínicas iDental cuentan con un programa de ayudas para que todos puedan acceder a los tratamientos odontológicos que necesitan independientemente de su situación económica. Allí, su personal estudia el diagnóstico de la boca del paciente y la situación que atraviesa cada uno para determinar que porcentaje de ayuda se le concede, es decir, qué porcentaje del tratamiento cubre iDental. Sobre todo es importante contar con un diagnóstico profesional para no poner en peligro nuestra salud.

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