jueves. 28.03.2024

La fibromialgia ha sido tradicionalmente una patología difícil de acreditar por sus síntomas, que pueden en muchos casos dificultar un diagnóstico certero de la enfermedad, lo que provoca del mismo modo la dificultad de acreditar ante el INSS y posteriormente ante el Juzgado de lo Social, la reducción o anulación de la capacidad laboral del trabajador o trabajadora que la patología en cuestión provoca.

Así, es pacífica la Doctrina que establece que para que se estime la pensión de  incapacidad permanente en grado total por fibromialgia, ésta provoque continuas bajas de incapacidad temporal, lleve aparejado  dolores que precisen tratamiento en unidades del dolor, y que los diferentes facultativos determinen la  falta de respuesta a todos los tratamientos  instaurados. Así, se reconoce como causa de una incapacidad permanente total con el  mínimo de 11 puntos de dolor  (puntos gatillo) objetivados. En contra se considera que no basta con acreditar un número de puntos-gatillo superior a 11, sino que es necesario valorar cuál es la repercusión real ; o bien se considera que no tiene intensidad en relación con la actividad.

En este sentido, la fibromialgia se manifiesta a través de la dificultad para dormir, rigidez por la mañana, dolores de cabeza, periodos menstruales dolorosos, sensación de hormigueo o adormecimiento en las manos y los pies o la falta de memoria o dificultad para concentrarse (“fibroneblina”), síntomas que hay que relacionar en torno a esta patología y probar el nexo de unión entre ella y la capacidad laboral que resulte.

El propio INSS en vía administrativa denegó la prestación aduciendo:“Por no ser las lesiones que padece, susceptibles de determinación objetiva o previsiblemente definitivas"

Así pues, y en el caso que nos toca, volvimos a enjuiciar al INSS y a la  TGSS  respecto de una trabajadora –peón agrícola- con un cuadro clínico complejo, el cual se componía además de fibromialgia de 18 puntos gatillo, de rotura parcial del biceps derecho.

Es muy evidenciador que el propio INSS en vía administrativa denegó la prestación aduciendo: “por no ser las lesiones que padece, susceptibles de determinación objetiva o previsiblemente definitivas”, y que el mismo Informe Médico de Síntesis (en adelante IMS) contradecía, pues se ha estimado la prestación de incapacidad permanente por las mismas patologías y en la misma fase de evolución que el propio IMS recogía.

Más allá del debate de las actuaciones del propio Instituto Nacional de la Seguridad Social –que es materia para muchas líneas- es relevante que de nuevo se constata los efectos limitadores de la fibromialgia para el trabajo. En este caso, cuanto menos, para la profesión habitual reconocida administrativamente de peón agrícola. Por ello, y a pesar de que en algunos casos comienza a estimarse que la fibromialgia puede invalidar de forma absoluta para todo trabajo, lo realmente importante es que cada vez más, se objetiven y concreten los efectos que dicha patología tienen sobre la capacidad para el trabajo.

La Fibromialgia ya se considera incapacidad permanente