jueves. 28.03.2024

Los investigadores del Instituto de Salud Carlos III han publicado un estudio que pone el foco en la cisticercosis, una infección causada por quistes larvales de una tenia de cerdo que no solo sigue existiendo en España, sino que no recibe la suficiente atención en Europa y, en el caso concreto de nuestro país, parece que el riesgo de tenerla se está elevando. Por ahora, Murcia, Navarra y Madrid son las comunidades españolas donde más casos se detectan.

La cisticercosis se considera la causa prevenible más frecuente de epilepsia en todo el mundo. En Europa, los casos se han vuelto más comunes en los últimos años debido a los viajes y movimientos migratorios desde países donde la tenia es endémica. En España, no existe un sistema de vigilancia para controlar la cisticercosis humana, como recoge El Comerio.

La cisticercosis se considera la causa prevenible más frecuente de epilepsia en todo el mundo

El trabajo del Instituto de Salud Carlos III analiza casos atendidos en hospitales españoles entre 1997 y 2014, detectando un aumento de los mismos fundamentalmente en la década entre 1998 y 2008.

CÓMO SE INFECTA EL HOMBRE

Los seres humanos pueden contraer cisticercosis por ingestión de huevos del parásito emitidos con las heces de personas infestadas, por vía fecal-oral, o por autoinfestación a partir de la ruptura de los segmentos en que se divide el cuerpo de las larvas adultas alojados en el intestino del mismo hospedador. El embrión liberado del huevo penetra la pared del intestino y es transportado por los vasos sanguíneos a cualquier lugar del cuerpo. La ubicación definitiva suele ser preferentemente el tejido cerebral, aunque también pueden ubicarse en tejido subcutáneo o en órganos como hígado, riñones y ojo.

Es importante su presencia en el sistema nervioso central, con fuertes dolores de cabeza, desorientación y, en los casos graves, convulsiones, parcial pérdida de la memoria y hasta la muerte. El tratamiento médico, siempre y cuando no se requiera cirugía, se realiza con medicamentos antiparasitarios.

Crece en España el riesgo de la larva que invade el cerebro del ser humano