viernes. 29.03.2024

El propietario de un bar de Irun (Gipuzkoa) ha sido condenado a tres meses de prisión y a indemnizar con 53.657 euros a un cliente al que, de manera equivocada, le sirvió líquido lavavajillas en vez del mosto que solicitó este hombre, quien sufrió lesiones en el esófago. Durante la vista por estos hechos, celebrada el pasado 21 de noviembre en el Juzgado de lo Penal número 2 de San Sebastián, la Fiscalía solicitó dos años de cárcel para el procesado y también para su esposa como autores de un delito de lesiones imprudentes, si bien la sentencia absuelve ahora a la mujer, al entender que ella no podía “prever lo que su marido iba a hacer”.

Como recoge la resolución judicial, dictada por el magistrado Santiago Romero Buck Arstad, los hechos se remontan al 9 de julio del 2012, cuando, tras sufrir una avería en el aparato lavavajillas de su establecimiento, el procesado decidió seguir utilizándolo añadiendo el líquido limpiador “directamente a la máquina”, cada vez que tenía que hacer uso de ella.

Con este fin, tomó una botella de mosto vacía y la rellenó con el líquido lavavajillas que tenía en un bidón, una operación que “repitió varias veces” a lo largo de la jornada, como recogen varios medios. Sobre las 20:30 horas de ese mismo día, la víctima, junto a un grupo de amigos, acudió al establecimiento y pidió dos zuritos, un vino y un zumo de manzana, pero como esta última bebida se había agotado, el camarero le sugirió que podía pedir un mosto, algo a lo que el perjudicado accedió.

De esta manera, el acusado tomó la botella de mosto “rellenada con el corrosivo líquido lavavajillas, sin percatarse del fatal descuido”, y lo sirvió en un vaso. La víctima, “al darle un trago a su consumición”, notó “inmediatamente cómo se abrasaba la boca y el esófago, cayendo al suelo presa del dolor”, donde fue “inmediatamente atendido por su cuadrilla” y por el hostelero que asimismo dio aviso telefónico al servicio de urgencias.

A consecuencia de estos hechos, el perjudicado sufrió “una esofagitis necrótica difusa, estenosis esofágica distal y gastritis antral”, lesiones de las que tardó 148 días en recuperarse y en los que estuvo impedido para sus ocupaciones, 17 de ellos hospitalizado. Como secuelas padece estenosis esofágica con disfagia para sólidos y gastralgia.

La sentencia del caso explica que durante la vista oral, el inculpado reconoció que echó el líquido del lavavajillas en una botella “por cuanto se le había estropeado el dosificador”. La resolución considera que el procesado incurrió en una “infracción del deber del cuidado” al tratarse “de un establecimiento de hostelería que sirve consumiciones”, en el que “existe un deber especial en cuanto al cumplimiento de la normativa en materia de salud e higiene respecto de los productos que se venden al público”.

Condenado un camarero por servir lavavajillas a un cliente en lugar de mosto