Esta madrugada, del 25 al 26 de marzo, a las dos habrá que adelantar el reloj a las tres. De esta forma, se dormirá una hora menos.
Este cambio, junto con el del horario de Invierno, que se produjo el 30 de octubre de 2016, obedece a un motivo de ahorro energético para aprovechar de forma eficiente la luz del sol, con especial incidencia en las empresas.
Sin embargo, hay quien opina que este cambio en los relojes no es útil, ya que las horas de electricidad ahorradas por la tarde son las perdidas a primera hora de la mañana.
Así, los expertos no se ponen de acuerdo. Unos, como el Catedrático del Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela, Jorge Mira, ha argumentado que "un cambio de huso no sólo no arreglaría nada sino que incluso traería problemas". Además, ha añadido que los científicos observan "con mucho pánico que se está razonando sobre un mapa plano cuando la Tierra es redonda" al tiempo que ha advertido de que "se están dando argumentos que son falacias".
"Un cambio de huso no sólo no arreglaría nada sino que incluso traería problemas"
En la misma línea está el científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), José Fernández-Albertos, ha declarado "que compararse con los países del norte de Europa es un error porque tienen menos horas de sol, sobre todo en invierno" y además ha señalado que hay que compararse con Japón, Estados Unidos, Italia y Portugal, "países que están en la misma posición con respecto al sol y con los que no se tienen costumbres tan diferentes".
Por otra parte, quienes están a favor del cambio, sin embargo, creen que "si amanece y comemos antes, salimos antes del trabajo y se logra un beneficio para la salud". Además, los expertos inciden en que se disfruta más del tiempo libre debido a que al tener luz diurna anima a salir más a la calle y aprovechar así las horas del sol.
