viernes. 19.04.2024

La República Checa está viviendo un momento de esplendor. Tal es así que el pasado año 2016 volvió a barrer su cifra récord de visitas de turistas extranjeros, alcanzado los 31,1 millones. Esto supone un aumento del 11,7%, si se tienen en cuenta las cifras del año anterior, de acuerdo a los datos aportados por la agencia de turismo CzechTourism. Y una buena parte de esas visitas va siempre a parar a la bella ciudad de Praga donde se combinan a la perfección la belleza, con la historia, el arte y el ocio. Todo lo que puede ofrecer este lugar sólo puede saberse a través de una amplía guía, pero desde aquí hemos querido desatacar algunos de los lugares que nadie debería perderse si hace una visita a Praga.

1. El reloj astronómico. Si aún no has oído hablar de él seguro que ha sido por falta de tiempo porque en cuanto que alguien que haya visitado Praga sepa a donde planeas ir, sin duda, te hablará de él. Se encuentra en la plaza de la ciudad vieja y se trata de toda una maravilla de la ingeniería. En este reloj no sólo se marcan las horas, ni mucho menos. Se puede observar la posición del sol y de la luna y las figuras que lo acompañan representan más de lo que parece. Los 12 apóstoles, por ejemplo, indican los diferentes meses del año. Por otro lado, hay estatuas que hablan de los pecados capitales. Según dice la leyenda, es tan único que cuando el relojero acabó su trabajo se pidió que le dejarán mudo y ciego para que jamás nadie lo pudiera reproducir.

2. Staré Mesto. Es la misma ciudad vieja. Se trata de un barrio que está salpicado por pequeñas calles que casi parecen un laberinto. Lo mejor es dejarse llevar y descubrir sus rincones únicos por uno mismo. Para acabar el paseo, nada mejor que contemplar el río Moldava.

3. Su castillo. El castillo de Praga es considerado como la fortaleza más grande que existe. A este lugar bien merece la pena dedicarle un día entero para poder ver todo lo que en él se guarda, como ocurre con la Catedral de San Vito.

4. El Puente de Carlos. Es uno de los símbolos más característicos de esta ciudad. Se trata de un puente de piedra que cuenta con 30 estatuas barrocas. Aún hoy en día conecta a los dos barrios más destacados y es que se encuentra en muy buen estado.

5. Teatro Negro. Se trata de espectáculos no verbales con actores que dominan la escenificación muda. Se represetan en un escenario negro con una iluminación que juega con las luces y sombras.

6. Malá Strana. Se le denomina como el 'barrio pequeño' y, a lo largo del tiempo, ha sabido mezclar las distintas tradiciones y culturas de quienes lo habitaron (desde emigrantes hasta burgueses) lo que queda reflejado en su arquitectura. Como ocurre con la Iglesia de San Nicolás.

7. El callejón dorado. Se le llama así porque, al parecer, el emperador Rodolfo II hacía que en ese lugar los alquimistas trataran de dar con el codiciado metal. Las casas y los museos que hay por la zona siempre llaman la atención. Además, hay tiendas suficientes para llevarse un buen recuerdo.

8. Museo Hebreo. En realidad, se tarta de seis monumentos que hacen referencia a esta cultura, muy arraigada en la ciudad. Todos se encuentran el un barrio llamado Josefov, el emperador que en 1781 abolió las medidas que discriminaban a los judíos.

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