viernes. 29.03.2024

Pasaban 23 minutos de las seis de la tarde cuando el teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, irrumpía un 23 de febrero de 1981 en el Congreso de los Diputados donde se votaba la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo. No estaba solo. Lideraba un grupo de 200 guardias civiles. Su intento de golpe de estado pudo haber cambiado el sino de un país que había salido del Franquismo unos pocos años antes, se cernió la sombra de una nueva dictadura sobre las calles y los rostros de los españoles que vivieron aquella jornada.

Este martes se cumple el 35 aniversario de aquel suceso que ha quedado grabado en la memoria de todos, y que todavía recuerdan aquellos que lo vivieron, sobre todo los que estuvieron en el hemiciclo durante las 18 horas que duró la incertidumbre. La mayoría de los personajes claves de aquella jornada histórica han pasado a un segundo plano político o han fallecido, pero aún rememoran lo ocurrido aquel día.

Tejero, sentenciado a 30 años de prisión por un delito de rebelión militar, fue el último de los condenados en salir de la cárcel, en la que permaneció quince años y nueve meses, y es de los pocos golpistas que continúa vivo.

Entre los fallecidos se encuentran Jaime Milans del Bosch, capitán general de la II Región Militar, que impuso el estado de excepción en Valencia; el general de división del Ejército de Tierra, Alfonso Armada; y el Jefe del Estado Mayor de la División Acorazada Brunete, José Ignacio San Martín.

El presidente en funciones en ese momento, Adolfo Suárez, y el que iba a ser investido también han muerto, así como otros protagonistas: el secretario general de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo; el vicepresidente del Gobierno y teniente general del Ejército, Manuel Gutiérrez Mellado; el secretario del PCE y único diputado que permaneció sentado, Santiago Carrillo; o el presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga.

Sin cobertura mediática

Horas después, tres escuadrones con blindados ocupaban las instalaciones de RTVE en Prado del Rey, por lo que TVE no informa sobre lo que ocurría y Radio Nacional sólo emitía música, hasta que a las 21:00 los militares se retiran.

Poco antes, Tejero ordena la salida del hemiciclo y recluye en diversas dependencias del Congreso a Suárez, Gutiérrez Mellado, el entonces ministro de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún, el secretario general del PSOE, Felipe González, Santiago Carrillo y el vicesecretario de los socialistas, Alfonso Guerra.

A la 01:14 horas, el rey Juan Carlos I, con uniforme de capitán general, dirige un mensaje a los españoles a través de la radio y la televisión, en el que ordena el mantenimiento del orden constitucional.

Poco caso hizo el comandante de infantería Ricardo Pardo Zancada, que acude, posteriormente, al Congreso y se suma al golpe con 113 hombres de la Policía Militar de la Brunete.

No obstante, desde las 10:30 del día 24 una decena de guardias civiles comienza a entregarse a la Policía Militar y en torno a mediodía salen el Gobierno, los diputados y los periodistas encerrados.

Sobre las 12:30 horas Tejero se entrega y abandona el Congreso junto a los guardias civiles implicados en el asalto

Acta del Congreso

Treinta años después de lo sucedido, el Congreso publicó un acta con los pormenores de lo ocurrido, escrita por los cuatro secretarios de la Mesa a petición de Lavilla, quien se ofreció a Tejero esa madrugada para quedarse hasta el final, dada la calma que existía fuera del Congreso y permitiera salir a los demás.

Los héroes y antihéroes de aquella jornada están muy presentes en la memoria colectiva, pero quizás no recuerden tanto que dejó algunos heridos y evacuados.

Ocho diputados -Fernando Sagaseta, Asunción Cruañes, Gabriel Cisneros, José Antonio Trilla, Faustino Múñoz, José Rodríguez, Francisco Javier Sanz y Francisco Vázquez- recibieron asistencia por parte de los también diputados y doctores Donato Fuejo y Carlos Gila, así como por la médico Carmen Echave, que estaba en la tribuna de invitados y atendió a varios de ellos.

Además, ella salió del Congreso a por medicinas y volvió con información para los diputados.

Sin muertos

Los lesionados sufrieron contusiones o heridas a causa del tiroteo inicial, del rebote de los casquillos o del desprendimiento de cristales y escayola.

De los heridos, Cruañes, Muñoz, Rodríguez, Vázquez y Cisneros fueron conducidos a centros hospitalarios, aunque éste, después de ser asistido por primera vez, se incorporó a su escaño y fue desalojado de nuevo por sentirse indispuesto otra vez.

El senador David Pérez Puga también fue desalojado, mientras que el diputado Jesús Aizpun se negó, pese a que padecía afecciones cardiacas.

También tuvieron que ser atendidos tres invitados, que sufrieron cortes o contusiones en el tiroteo inicial.

23-F: 35 años del instante en que España pudo volver a la dictadura
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