jueves. 28.03.2024

Rubén Gómez (Santander, 1983) ha estudiado física en la Universidad de Cantabria. Su carrera profesional se ha desarrollado en varios ámbitos, entre los que destaca el desarrollo de aplicaciones para Android. Portavoz del Grupo Parlamentario de C’s en el Parlamento de Cantabria, considera que las elecciones han sido una fotografía de lo que necesita la sociedad, y defiende la necesidad de hacer reformas en el Congreso de los Diputados. Entre las reformas del Estatuto de Autonomía que considera más urgentes está la eliminación del aforamiento de los diputados, un privilegio que solo es una “diferencia legal” entre los políticos y los ciudadanos de a pie.

Se han reducido de 39 a 35 los diputados regionales y ha aumentado el número de partidos en el hemiciclo. ¿Es más fácil o más difícil hacer política y buscar consensos?

Es más fácil hacer política porque cuantos menos grupos hay menos política se hace. Al menos se hace menos política desde el punto de vista del diálogo, de la negociación y de llegar a acuerdos. Lo que venimos viviendo en las últimas legislaturas es que la actividad parlamentaria sea dos más dos, es decir, si gobiernan unos la oposición no pinta nada, y si gobiernan otros con mayoría absoluta al final se desmerece un poco el trabajo parlamentario.

El que haya pluralidad es beneficio para todos, y lo estamos viendo. Hay sorpresas a las que no estamos acostumbrados. Hemos llegado incluso a ver cómo iniciativas de la oposición salen adelante en contra del interés del Gobierno y eso siempre es positivo. Lo que se potencia es precisamente la política con mayúsculas, que es la que se tiene que hacer.

La composición del Parlamento regional es un reflejo de las elecciones autonómicas, pero se diferencia bastante de la composición del Congreso de los Diputados. ¿Cree que las elecciones generales es una fotografía más real que las autonómicas?

Las elecciones de diciembre son una fotografía real de lo que Cantabria quiere votar en ese mes. Al final todas las elecciones son la imagen fija del momento justo y la coyuntura y la situación que acompañan a ese instante. En las autonómicas los partidos nuevos nos presentábamos con cabezas de lista desconocidos para la inmensa mayoría de la gente y con la duda de qué íbamos a hacer. En las elecciones nacionales la gente ya nos empieza a conocer, sabe qué recorrido tenemos, y eso también ayuda.

No es menos cierto que no se puede mirar con la misma clave unas elecciones autonómicas que unas nacionales. Estas tienen otro color y la gente no siempre va a votar lo mismo, algo a lo que hay que acostumbrarse. Eso también es bueno y enriquece el debate político. Al final es muy difícil saber si eso representa el color de una región. Sí representa ese momento, pero en dos meses puede cambiar. Si se repitieran las elecciones autonómicas posiblemente tendríamos una composición totalmente distinta.

Los economistas y las entidades financieras aconsejan 18 meses de política slow para mantener las políticas y lo que se ha conseguido hasta ahora. ¿Cree que en el Congreso se puede dar un Gobierno de solvencia o estamos abocados a unas nuevas elecciones?

Ahora mismo el problema de formar Gobierno es una cuestión de responsabilidad de los partidos mayoritarios en el Congreso. Estamos viendo la lucha entre la verdadera nueva política y la no tan nueva política. Algunos piensan en sí mismos, en quién gobierna y quién es vicepresidente, pero hay quien piensa, y en esto Ciudadanos se está quedando absolutamente solo, que debe haber un Gobierno de mayor consenso posible y empezar a pensar más en lo que nos une que en lo que nos divide.

Y empezar a hablar de reformas. El único que ha hablado de reformas es Ciudadanos. Otros hablan de líneas rojas, de si tiene que ser presidente o si había que hacer un referéndum, ilegal por otra parte, en un territorio del país. Es un momento complicado, nos estamos adaptando a un Congreso de los Diputados más plural que nunca y con fuerzas nuevas que han entrado con mucha potencia.

Lo que espero es que se llegue a un acuerdo, que impere la responsabilidad y no tengamos que llegar a unas nuevas elecciones y mantener al país en la situación de bloqueo en la que está. Si eso es posible o no dependerá de la responsabilidad de los grandes partidos. El papel de Ciudadanos es intentar dialogar con todos, buscar lo que nos une y dejar claro que no se puede formar un Gobierno que quiere saltarse las leyes. No podemos posicionarnos con partidos que están luchando en contra del concepto de España y de unas normas que dan validez a la representación que ejercen los diputados nacionales y cualquier representante público.

El presupuesto del Parlamento ha crecido casi un 7% hasta los 7,4 millones de euros en este ejercicio, pero las pensiones han crecido un 0,25%. ¿No cree que la gente puede pensar que los políticos están lejos de los problemas de la ciudadanía?

Creo que no son cosas comparables. El Parlamento de Cantabria es el más austero de España. Sí es cierto que debe poner a disposición de los que aquí trabajamos los recursos para que desarrollemos nuestra labor lo mejor que podamos, de ahí que haya ese pequeño incremento en el presupuesto. En la última legislatura se ha apostado por la austeridad, lo que es muy loable, pero llega un momento en el que hay que afrontar que los equipos con los que contamos diputados y funcionarios no están adaptados a la actualidad ni a las necesidades que tenemos. Eso obliga a hacer una pequeña inversión. No estamos hablando de que haya grandes privilegios de pensiones vitalicias, coches oficiales, etc.

Precisamente para que la situación pueda mejorar y podamos hacer nuestro trabajo es necesario que tengamos todas las herramientas a nuestra disposición. Solo así podremos trasladar a la sociedad los cambios que necesita. Los tiempos del Parlamento son muy diferentes a los de la sociedad, todo es más lento, entre otras cosas porque si no se pueden cometer errores muy graves que acaba pagando toda la sociedad.

El Parlamento de Cantabria es el más transparente de España, con una valoración de 98,8 sobre 100. Según la presidenta de la Cámara, es necesario hacer modificaciones al reglamento para ser más transparentes. ¿Le parece necesaria?

La transparencia es básica, y más en estos tiempos en los que todos los ciudadanos reclamamos que nuestras instituciones sean lo más transparente posible. Es un orgullo que el Parlamento de Cantabria sea el más transparente, pero aun así siempre hay margen para la mejora, y en eso hay que seguir trabajando, en concreto la presidenta y la Mesa del Parlamento, que tienen la potestad para ello.

Es una prioridad modificar el reglamento. Hay muchas cosas que cambiar del reglamento de la Cámara, cuestiones que se quedan anacrónicas y que no tienen mucho sentido dentro del día a día del debate. También en cuestión de transparencia. Nosotros siempre hemos defendido bolsillos y paredes de cristal, que todo lo que se hace en las instituciones, que se hace con dinero público y hay que cuidarlo, sea transparente, que todo el mundo tenga acceso y sepa qué se hace y cómo se hace. Y los que llegamos a la política, cómo llegamos y cómo salimos, que no haya dudas. El 99% de los que están en política son gente honrada, pero hay un 1% que no lo es tanto.

Nuestra obligación como representantes públicos es que se sepa cómo llegamos, cómo salimos y qué hacemos por el camino. Y no tenemos por qué tener miedo. Si no hacemos nada malo no tenemos que temer que la gente sepa todas estas cuestiones.

Muchas comunidades están aprovechando la situación de Cataluña para pedir modificaciones en sus estatutos. Solo Madrid y Cantabria no lo han hecho. Ahora que se celebra el XXXIV Aniversario del Estatuto, ¿cree que es necesaria su reforma?

Nosotros ya hemos propuesto una reforma del Estatuto de Cantabria, concretamente en los puntos que se refieren al aforamiento de diputados y Gobierno. Es una cuestión en la que la sociedad está muy sensibilizada, y en la que existe una gran demanda y consenso en la sociedad. Es innecesario que esté, son unos privilegios que no tienen sentido y no aportan nada más que una diferencia legal entre un diputado y un ciudadano de a pie.

Los estatutos de autonomía han sido un gran avance para España y para las comunidades autónomas. Lo que sí es cierto es que la sociedad ha avanzado y hay que modernizar algunas partes. Pero lo que no podemos perder nunca de vista es el concepto de solidaridad sobre el que se crearon tanto la Constitución como los estatutos. Desgraciadamente, hay quienes, amparándose en cuestiones más o menos cercanas a la realidad, quieren olvidarse de ese principio y de que vivimos en un Estado en el que convivimos muchos millones de personas, y en el que tenemos que convivir porque el proyecto de España y el de Europa es lo que nos va a llevar hacia el futuro. Construir nuevas fronteras y ser diferentes a los demás nos va a hacer retroceder en el tiempo.

Por tanto, reforma del Estatuto sí, pero siempre con el mayor consenso posible, si es la unanimidad mejor que mejor. No podemos dejarnos llevar por el color que gobierna y aprovecharnos de que unos tienen más escaños que otros. Nosotros nos hemos dejado llevar por esa unanimidad y hemos buscado lo que más demanda la sociedad, que es el aforamiento. Se puede llegar a encontrar otros acuerdos, estoy seguro, pero no podemos dejarnos llevar por calentones de la indignación del momento. Es una cuestión muy seria que hay que tratar con mucha tranquilidad.

¿Esa iniciativa cuenta con el respaldo de otros partidos políticos?

En principio la defendemos todos, aunque luego solo nosotros la hemos trasladado a la realidad y hemos conseguido la unanimidad de toda la Cámara. Bien es cierto que ahora llega el momento de debatir cómo ponerlo en práctica, pero estamos todos de acuerdo. A unos les parecerá más urgente y a otros menos urgente.

Podemos entrar también en el debate de si debemos hacerlo al tiempo que en otros parlamentos autonómicos, y a su vez a nivel nacional, eliminando los aforamientos en la Constitución. Es bueno que Cantabria de ejemplo en este caso, no porque seamos los primeros, sino porque demostremos que se puede hacer y no pasa nada.

¿Qué va a defender Ciudadanos a lo largo de esta legislatura?

Hay que separar la parte parlamentaria de la parte ejecutiva. El Ejecutivo tiene mucho más margen de maniobra en este sentido. Nosotros siempre vamos a defender una oposición constructiva, es decir, vamos a vigilar la labor del Gobierno y vamos a hacer propuestas. Lo que hemos venido haciendo hasta ahora. Hay tantas cosas que solucionar que muchas veces es difícil priorizar.

Efectivamente, el empleo es una prioridad para todos los cántabros, pero hay luchas con el Ejecutivo respecto a las líneas a seguir. Entendemos que lo que se debiera buscar es un consenso entre todas las fuerzas políticas y sociales para crear un futuro para Cantabria, es decir, dónde estamos y a dónde queremos llegar más allá de una legislatura o incluso de dos.

A partir de ahí las propuestas que estamos haciendo pretenden que el Parlamento sea lo más cercano posible a la gente, atender a todo el mundo y trasladar al Pleno los problemas del ciudadano de a pie que nos llegan, y trabajar y luchar para que este Parlamento sea más inmediato. La transparencia y la regeneración son básicas, vamos a luchar por ello y en ello estamos trabajando, y a partir de ahí intentamos abarcarlo todo, aunque es difícil porque todavía somos pocos. Puede sonar rimbombante, pero la prioridad es Cantabria y sus ciudadanos.

¿Considera que el Parlamento de Cantabria es abierto a la ciudadanía?

Creo que sí, aunque quizás es desconocido hasta qué punto lo es. Y eso lo he vivido en primera persona. Cada poco tiempo llega una persona a mi puerta y pregunta si puede hablar conmigo. Hay mucha gente que no sabe eso, del mismo modo que no saben que me pueden contactar por correo o redes sociales. Y yo atiendo encantado. La gente puede venir aquí, preguntarnos e incluso echarnos la bronca si lo consideran oportuno.

Yo vengo de un mundo que, en cierto modo, es similar. La gente no sabe hasta lo fácil que es contactar con expertos en ciencia y preguntarles su opinión.

“La sociedad ha avanzado y es necesario modernizar algunas partes del Estatuto de...
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